Lizabeth Scott fue uno de los rostros más populares del Film Noir
a finales de los años 40, y buena parte de los 50. La actriz, retirada
del cine desde hace cuatro décadas, falleció en un centro médico de Los
Ángeles el pasado 31 de enero. Tenía 92 años.
Su debut en el cine fue a las órdenes del nunca bien considerado John Farrow, concretamente en 'You Come Along' (1945) —volvería a trabajar con Farrow en 'El soborno'
('The Racket', 1951)—, un drama romántico en el que compartía cartel
con Robert Cummings. Al año siguiente ya se adentra en el cine negro con
la estupenda 'El extraño amor de Martha Ivers' ('The
Strnage Love of Martha Ivers', Lewis Milestone, 1946), en la que
comparte pantalla con Barbara Stanwyck, Van Heflin y Kirk Douglas.
Su tercer trabajo es tal vez el más recordado de su filmografía. Una de las cumbres del noir, al lado de Humphrey Bogart, 'Callejón sin salida'
('Dead Reckoning', John Cromwell, 1947), una película también recordada
por lo arrebatadoramente guapa que aparecía Scott en ella. Tras la
misma llegaron títulos también clave en el género, como 'Pitfall' (id, André De Toth, 1948) o 'Ciudad en sombras' ('Dark City', William Dieterle, 1950).
Incluso, el director con mayor número de película en el cine estaounidense, Allan Dwan, la llamó para el film más prestigioso de su director, 'Filón de plata' ('Silver Lode', 1954). La última aparición de Scott en cine fue al lado de Michael Caine en 'Historias peligrosas' ('Pulp', Michael Hodges, 1972).
Vía | The Hollywood Reporter
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