Con 11 películas nuevas, este puente registra la mayor cantidad de
lanzamientos de 2013 pese a la crisis, augurando un panorama de lo más
competitivo en la cartelera. ¿No podría la industria dosificar mejor su
oferta? Por YAGO GARCÍA
Lector, ¿celebraste Halloween anoche? ¿Saliste disfrazado a
la calle, o te pusiste una máscara al llegar a una fiesta? Puede que sí
lo hicieras, o puede que no, pero te convendría saber que el jueves 31
de octubre fue escenario de un prodigio sin nada que ver con la
sobreabundancia de fantasmas, y sí con la de películas en cartelera:
ayer llegaron a los cines españoles la friolera de
11 títulos nuevos. Lo cual convierte a este 'puente' de Todos los Santos en
el fin de semana con más estrenos de cine en lo que llevamos de 2013. Eso
a pesar de la crisis, de las menguadas cifras de asistencia a salas y
de una rentabilidad para los lanzamientos de películas que (según la
industria) es cada vez menor por culpa de las descargas en internet.
Para hacernos una idea de lo excepcional que resultan esos 11
estrenos, hay que recurrir a las matemáticas: durante los primeros 41
fines de semana de este año, se han estrenado
291 películas, lo que nos da una media de
6,9 estrenos por fin de semana. De
hecho, sólo tres viernes hasta ahora (el 25 de enero, el 14 de junio y
el 11 de octubre) habían visto llegar a los cines a 10 películas de una
vez vez. Además de batir el récord actual, este puente también presenta
otra circunstancia: en lugar de ofrecernos uno o dos estrenos de
relumbrón en compañía de una pléyade de títulos muy menores (y, por
tanto, con muy pocas copias distribuidas), ayer fueron lanzados un
blockbuster en potencia con el sello
Marvel (Thor: El mundo oscuro), sendos trabajos
indie con firmas prestigiosas
(Don Jon, de
Joseph Gordon-Levitt, y
Pacto de silencio del incombustible
Robert Redford) y otros títulos
(El viaje de Bettie, Sólo Dios perdona, Hojas de hierba) en cuyos repartos figuran
Catherine Deneuve, Ryan Gosling y
Edward Norton, entre otras estrellas.
Además, tenemos que sumar un estreno español con buenas críticas y respaldo de una distribuidora potente
(Vivir es fácil con los ojos cerrados), un documental muy interesante
(Blackfish) y
El postre de la alegría, el enésimo trabajo francés de
Carmen Maura. Aun
sin enumerar todas las novedades, estamos ante un conjunto de estrenos
que apela a muchos grupos de espectadores potenciales, y ante el cual
más de un cinéfilo sentirá pena por no poder desdoblarse. O por no poder
doblar sus ingresos para costearse todas las entradas, lo que viene a
ser casi lo mismo. ¿Qué nos ha llevado a esta situación? ¿Contaban las
distribuidoras con semejante escenario a la hora de decidir sus fechas?
¿Será el público capaz de asumir este súbito aumento en la oferta?
CINEMANÍA aspira a responder a esas preguntas, y a otras más, a continuación.
Recortando las partes del pastel
"Tenemos filmes que van a ser un éxito seguro, como Thor. Luego otros, como Pacto de silencio, que
se hallan en situación complicada, porque no apuntan a un espectador
concreto. Y, finalmente, otros (los menos) cuya exhibición en pantalla
grande es un aperitivo antes de que salgan para el mercado doméstico y
la televisión". Son palabras de
Pedro Vallín, periodista del diario
La Vanguardia. Nuestro
primer experto consultado hace hincapié en que el 25 de octubre vio la
aparición de películas con tirón, bien respaldadas por el prestigio
crítico
(La vida de Adéle) o por la buena promoción y el
star power (Grand Piano), pero también se muestra sorprendido por estos 11 estrenos simultáneos.
"El otoño es una temporada en la que las distribuidoras sacan mucho material", nos dice,
"pero no sé si sale a cuenta, recordando que esta primavera la recaudación en España fue más baja que nunca en mucho tiempo". Sobre si el público se verá capaz de responder, Vallín tiene su propia teoría:
"No tengo claro si el público mayor de 18 años está tan segmentado como dicen: a lo mejor, el espectador potencial de Grand Piano y el de Thor son la misma persona".
A mayor cantidad de opciones, sentencia Vallín, más se fragmentará de
la masa de público. Y, por tanto, menor será la parte del pastel que
toca a cada película, algo muy importante si contamos que los beneficios
obtenidos por cada filme llevarán a los cines a decidir cuánto tiempo
permanece este en su programación.
"El parque de pantallas en España es muy amplio", dice el periodista.
"Y,
según a quién preguntes, te dirán que es mayor de lo que necesita el
público, pero eso no explica que haya películas de estreno que aguanten
tan poco en cartelera". En su opinión, parte de culpa la tiene
"el cambio de modelo de negocio en los 90, cuando los grandes cines en centros comerciales reemplazaron a los locales de minisalas en
centros urbanos: en proporción, una sala de 90 butacas con 30 entradas
vendidas arroja un saldo mejor que una sala con capacidad para 500 que
sólo vende 100".
Ahora bien, ¿qué opinan de esto los exhibidores? Según
Borja de Benito, portavoz de la patronal
FECE (Federación de Exhibidores de Cine de España), la situación tampoco es idílica para ellos:
"Un
panorama como el de este fin de semana obliga al jefe de un cine a
elegir entre un menú de 11 estrenos, de los que (tal y como está el
mercado) funcionarán dos". En estas circunstancias, apunta De Benito, el dato crucial sería saber
"cuántos
de estos estrenos van a llegar a un número 'interesante' de copias,
pongamos que alrededor de 150, que les permita dar grandes beneficios". Por otra parte, y refiriéndose a las distribuidoras, el portavoz de FECE hace hincapié en una necesidad de
"racionalizar" los calendarios de estrenos.
"¿Cuántas de estas películas entran en el mercado con fuerza, y cuántas por, digamos, la puerta de atrás?", se pregunta.
Pez pequeño (o mediano) en un mar grande
Desde el sector de la distribución,
Miguel Morales también tiene algo que decir: él es uno de los directivos de
Wanda Films, la empresa que ha traído
Don Jon a nuestras pantallas. Pese a que nadie discute que el debut como 'autor total' de Joseph Gordon-Levitt (y con
Scarlett Johansson, lo cual siempre ayuda) tiene buenas posibilidades comerciales, Morales confiesa que en su compañía se vieron
"un poco preocupados" al encontrarse con este panorama.
"Nuestra primera idea fue estrenar Don Jon el 25 de octubre, pero cambiamos de fecha para no coincidir con el fútbol y con otras películas con un atractivo similar".
En todo caso, Morales se muestra confiado hacia el potencial de
Don Jon y sus
160 copias distribuidas frente a las otras películas de estreno (
"No intentamos competir por el mismo público", apunta) y también por la rentabilidad de este puente, pese a la gran cantidad de estrenos:
"Son tres días, y aunque mucha gente se vaya fuera de las grandes ciudades también hay mucha que se queda". Pero a continuación reconoce que
"no va a haber mercado para todos", máxime contando con que se avecina una época (
"de aquí a enero de 2014") que presentará
"mucha saturación, con una oferta muy amplia de muchos géneros".
"Espero que, por lo menos, los cines españoles lleguen a los 9 millones de euros de recaudación total durante esta temporada", sentencia.
Las estadísticas de taquilla emitirán su veredicto la semana que
viene, eso está claro. Pero nosotros nos preguntamos si las
distribuidoras no se plantean adoptar otras medidas para esquivar un
calendario de estrenos muy saturado. Sin ir más lejos, ¿tendría futuro
aquí la práctica estadounidense de los
estrenos limitados? Hablamos de esa modalidad, que tan buenos resultados da a
Woody Allen y
a otros, según la cual un filme llega primero a muy pocas pantallas de
ciudades grandes, para después ir incrementando su presencia según va
despertando expectativas entre el gran público. Para Miguel Morales,
"esa práctica se ha dado aquí: lo hacíamos en los 80, antes de copiar el modelo americano de los estrenos multitudinarios".
¿Y por qué no internet?
Para el director de distribución de Wanda Films,
"las distribuidoras independientes vamos de la mano de los cines, y no tenemos la fuerza negociadora de una major: hay exhibidores muy contentos con la idea de proyectar Thor, que además saldrá con muchísimas copias, pero que no se las ven tan felices con Don Jon". El periodista Pedro Vallín apunta, socarronamente, que
"teniendo en cuenta el número de copias, un estreno limitado en EE UU puede ser lo mismo que un estreno mediano aquí".
Vallín también explica que una situación como la actual, condicionando
la permanencia de una película a su primer fin de semana, es poco
compasiva con
"esas películas pequeñas que no generan millonadas durante su estreno, pero que van incrementándose poco a poco".
Por la parte que le toca, la de los empresarios de la exhibición,
Borja de Benito tampoco parece muy entusiasmado con la idea de estrenar
con pocas copias:
"No creo que funcionasen, sobre todo por el
pie que darían a la piratería: las descargas son responsables de que,
entre el primer fin de semana y el segundo, la demanda del público por
ver una película baje un montón". Entonces, ¿por qué no apostar por los estrenos simultáneos en cine e internet, o incluso por lanzamientos directos en
video on demand para algunas películas? Miguel Morales nos recuerda que Wanda Films fue pionera en esa fórmula con
Tiro en la cabeza (2008), pero vuelve a sacar el
monotema de las descargas:
"El
problema aquí es que no hay una fórmula que garantice el buen
resultado, y para tener éxito primero habría que combatir la piratería". En todo caso, nos dice,
"cada estreno debe ser tratado de una forma distinta".
El portavoz de los exhibidores, Borja de Benito, tampoco se muestra optimista a este respecto.
"Los estrenos simultáneos son para películas pequeñas", sentencia,
"y
FECE siempre defiende la política de ventanas de exhibición [la que
estipula un calendario para el paso de una película a distintos
formatos], entendiendo que siempre hay casos particulares". Teniendo en cuenta, por ejemplo, que
Sólo Dios perdona se
estrenó internacionalmente entre mayo y junio de este año, cabe
preguntarse si cierto público ha encontrado ya su propia ventana a
través del
streaming pirata y las descargas P2P.
Además, a nosotros nos parece que, bajo este asunto, late otro del que raras veces se habla abiertamente:
el descenso en el poder adquisitivo del espectador, propiciado
por la crisis y que ha vuelto mucho más competitivo el mercado del
cine, convirtiendo una cartelera abundante en un escenario de crisis.
"Le disguste a quien le disguste, el cine no es una cuestión de clases pudientes, sino que vive de las clases medias y bajas", afirma Pedro Vallín. El periodista prosigue:
"¿Ves
cómo la industria de la música se queja cada vez menos de esa presunta
debacle por culpa de internet? Es porque en su mundillo ha habido una
reconversión brutal. El cine también se está transformando, pero aquí
estamos ante un panorama con mucho despiste y mucha improvisación,
sospecho". Otro de nuestros expertos aporta un dato que, si bien conciso, da mucho que pensar:
"Esté como esté la cartelera, si no partes con una buena campaña de publicidad, te comes los mocos".