Más de 2.300 millones de dólares en taquilla. Esos son los números de
la fructífera relación mantenida entre Paramount Pictures y la
Dreamworks en los últimos 6 años y que incluyen la saga ‘Kung Fu Panda’, ‘Madagascar’, ‘Shrek’ y ‘Como entrenar a tu Dragón’.
Parece mentira que con ese arsenal a alguien se le pueda pasar por la
cabeza terminarla. Pues a uno u otro, no lo sabemos, el caso es que
Paramount/Dreamworks se acaba el próximo mes de Noviembre con ‘Rise of the Guardians’ y a partir de ahí quien se lleva el ogro/león/panda al agua es otra:
DreamWorks Animation SKG, Inc. (DWA) anuncia que la
Compañía ha firmado un acuerdo de 5 años de distribución con la
Twentieth Century Fox. Bajo los términos del acuerdo, Fox asumirá
responsabilidades de distribución y marketing tanto en los mercados
domésticos como los internacionales para todos los films de animación
que se lancen desde el 2013 al 2017.
No busquéis malos rollos entre nadie, la razón principal es que la
Dreamworks ahora tendrá mejores condiciones económicas con la Fox y
sacará ventaja de costes más bajos en el mercado del DVD y televisión
digital. Vamos, que donde manda el dinero no hay lealtad que valga.
Así, es de suponer que ‘The Croods’, en Marzo del 2013, iniciará el duo DW/Fox, para seguir con ‘Turbo’, la secuela de ‘Cómo entrenar a tu Dragón’, prevista para el 20 de Junio del 2014 y ‘Kung Fu Panda 3′ en el 2016.
¿Pero que pasa con la animación propia de la Fox?, es decir, la que
produce Blue Sky Studios con franquicias tan potentes como ‘Ice Age’ y
la secuela de ‘Rio’ en marcha. Pues que seguirá igual y de forma
independiente. Con ello, la Fox se convierte en el Estudio a competir en
millones con la Disney/Pixar, quedándose ambas con todo el mercado.
A la Paramount ya se le escapó en su momento la distribución de los
films de la Marvel a favor de la Disney. La ‘montaña’ cada vez da menos
sombra.
‘Top Gun 2′,
cuya última actualización daba Tom Cruise el pasado 11 de Junio
afirmando que quería trabajar en ella y ya. Cruise, Jerry Bruckheimer y
Tony Scott regresaban a sus respectivos trabajos (actor, productor y
director) en un film que daba guión Peter Craig (’The Town’) y cuyo rodaje tenía preferencia en la Paramount sobre ‘Mission: Impossible 5′.
‘Narco Sub’, la más inminente en rodarse bajo la Fox. Con guión de David Guggenheim
(’El Invitado’) y reminiscencias a ‘Marea Roja’ y ‘El Fuego de la
Venganza’. La historia giraba en torno a las lanchas sumergibles que los
carteles de droga utilizan para introducir cocaína en los USA.
‘Lucky Strike’, también para la Fox con Vince Vaughn y rodaje previsto para el otoño con 80 millonazos de presupuesto. Guión de Henry Bean (’Asuntos Sucios’).
Remake de ‘The Wild Bunch’, clasicazo de Sam Peckinpah,
con una de las escenas de tiros más larga del cine (si no es la ‘más’
de todas) que estaba desde Enero del 2011 en la mira de la Warner Bros.
Otro remake, el del film de Walter Hill ‘The Warriors’, en la mira de Scott desde el 2009 y cuya acción trasladaba desde Nueva York a Los Angeles.
Atención a lo que decía por entonces el director y cuyo lugar de rodaje es hoy trágicamente premonitorio:
Then on the Vincent Thomas bridge,
which is Long Beach, you have a thousand gang members up there, then
Cyrus goes bang. It’s almost like 9/11, bodies coming off, it just goes
ballistic. Then these guys have got to get from the Vincent Thomas back
to Venice, through all these different gang territories. http://shutupandwatchthemovie.wordpress.com/2010/01/28/retro-review-top-gun/
John Travolta, Leonardo DiCaprio, Vin Diesel o Russell Crowe también
tuvieron que pagar sus facturas cuando eran jóvenes. Repasamos algunos
de sus primeras apariciones en publicidad. Por JAVIER SÁNCHEZ NAGORE
Hoy son millonarios y ganan con una película más que la
mayoría de los mortales a lo largo de toda su vida, de modo que no
debemos sentirnos mal si hacemos con ellos un poco de escarnio, aunque
sólo sea durante cinco minutos, repasando sus inicios como actores en
el mundo de la publicidad televisiva. Hace unos meses os trajimos la
primera entrega de “cuando no eran famosos”, pero el material para divulgar es tan extenso que no podemos resistirnos a traeros una nueva remesa.
Travolta anuncia champú
Antes de la Cienciología, antes de Pulp Fiction, antes de Grease e incluso antes de Fiebre del sábado noche, un sonriente John Travolta
nos vendía con su cara de chico bueno las bondades de unas tiritas y
un champú en dos anuncios donde, curiosamente, aparece duchándose con
unos compinches.
Michael J. Fox anuncia McDonald´s
Todavía no tenía el encanto que da el conducir un Delorean, pero Michael J. Fox ya se llevaba a las chicas de calle. En este edulcorado anuncio de McDonald´s, eso sí, tiene que conformarse con un beso de la rubia en la mejilla.
Russell Crowe anuncia una tarjeta de crédito
Lo de irse a casa de vacío no le pasará a Russell Crowe.
El australiano sale de farra con un amigo y una chica se le insinúa a
la puerta de una discoteca, por lo que acude raudo a un cajero para
sacar los diez pavos de la entrada. Lo más lamentable es que el tío
roñas no tiene el detalle de sacar para prestarle a su colega. “Así me
tocan a más” , debió pensar su mente maravillosa.
Vin Diesel breakdance:
Vale, esto no es un anuncio, pero no podíamos dejar pasar la oportunidad de ver a Vin Diesel
haciendo la culebra sexy y sacando a relucir el ritmo dominicano que
corre por su sangre. Eso sí, el compinche de Vin a punto está de darle
un disgusto en el segundo 50 del vídeo.
Leonardo Dicaprio anuncia Honda Civic
Leonardo DiCaprio ya había hecho algunos papeles protagonistas en el cine, pero antes de volverse rematadamente famoso con Titanic
aprovechó para rodar este anuncio en Japón. El actor parece tan
entusiasmado con su coche nuevo que no presta demasiada atención a su
ligue nipón, de la que no entiende ni una palabra, y se limita a
gritar: It´s a miracle!
Leonard Nimoy anuncia el reproductor Magnavision
Si queremos ver lo más reciente de Abba, los últimos vídeos del capitán Cousteau o el estreno en la pequeña pantalla de Aeropuerto 77, hagamos caso a Leonard Nimoy
y su piedra parlante. El Magnavision nos permite disfrutar de estos
contenidos con su tecnología láser y es algo más pequeño que una
lavadora.
Jodie Foster anuncia el GAF Viewmaster
Bajo la atenta mirada de Henry Fonda, Jodie Foster y sus colegas compiten por ver quién es el más repipi en una cruenta batalla que Clarice gana por un estrecho margen.
Keanu Reeves anuncia Coca Cola
Demostrando que no es el elegido por casualidad, Keanu Reeves
tira de riñones para la foto finish, chichonera en ristre, en esta
carrera ciclista. Alguien debería decir a los de la organización que no
es seguro poner una cinta en la meta cuando hay bicis de por medio, y
menos aún atarla a una botella de Coca Cola.
Tom Selleck anuncia jabón
Haciendo alarde de su refrescante olor, Tom Selleck se pasea entre todas las chicas que encuentra a su paso. Luego se dejó bigote y cambió de rollo.
Disfruta sólo aquí de una escena de la nueva comedia romántica del
director de 'Paso de ti', protagonizada por Jason Segel y Emily Blunt.
Por CINEMANÍA
El próximo 7 de septiembre llega a la cartelera españolaEternamente comprometidos, la nueva película de Nicholas Stoller(Paso de ti), uno de los discípulos más aventajados de Judd Apatow. Protagonizada por Jason Segel –que también coescribe el guión–, Emily Blunt y la estupenda mad woman Alison Brie
es una comedia romántica que gira alrededor de una pareja que por
motivos laborales va posponiendo indefinidamente su boda. Definida por
nuestro crítico Nando Salvá como "una comedia romántica que no es estúpida", se ha convertido en una de las películas favoritas de la redacción de CINEMANÍA
de los últimos meses y una seria candidata a estar entre las mejores de
este 2012. Hoy os ofrecemos en EXCLUSIVA una escena completa de la
película, en la que Segel acompañado por sus amigos se encarga
de algunos preparativos de la boda, como la tarta y las flores, más
concretamente, los nardos.
Eternamente comprometidos se estrena el viernes 7 de septiembre.
En el 35 aniversario de su muerte, homenajeamos al hermano Marx más
locuaz y bigotudo con un informe que va de la nada a la más absoluta de
las miserias. Por YAGO GARCÍA
Estimado lector: desde CINEMANÍA queremos comunicarte que hoy se celebra un día muy señalado. Porque, el 19 de agosto de 1977, un tal Groucho Marx pasó
a formar parte de ese club del cual nadie (y menos aún, él) quisiera
que le admitiesen como socio. Vamos, que se murió, para ser incinerado y
cobijado bajo esa lápida en la cual, contrariamente a la creencia
popular, no figura la frase "perdonen que no me levante". Como nosotros adoramos al miembro más locuaz y bigotudo de los Hermanos Marx, y ya que no podemos concederle póstumamente ese deseo suyo de "ser enterrado encima de Marilyn",
hemos decidido homenajearle con uno de esos informes exhaustivos que
tan bien se nos dan. Sólo que, como no podía ser de otra manera, mucho
más lleno de risas que nunca.
Aquí papá y mamá, aquí un futuro genio
Como el mismo describió, de forma muy cachonda, en su libro de
memorias, los padres de Groucho y sus hermanos eran para echarles de
comer aparte. Él, Simon Marx, era un sastre sin ningún talento ("El peor de Nueva York",
según su hijo) y propenso a las ideas disparatadas, pero con mucho
sentido del humor y un cocinero estupendo. Ella, la inefable Minnie Schonberg, provenía
de una familia de cómicos, y fue la primera en estimular a sus hijos a
que saltasen a las tablas, guiándoles en sus primeras actuaciones.
Groucho siempre les recordó con afecto.
El enigmático tío Julius
Como sabrás, en el libro de familia nuestro héroe aparecía como "Julius Henry Marx".
Ahora bien, ¿por qué ese nombre? Pues debido a un familiar lejano de su
padre, el tío Julius, que se hospedó en su casa neoyorquina durante
años ejerciendo de gorrón. Creyendo que el tito estaba forrado,
papá y mamá Marx le pusieron su nombre al recién nacido Groucho
pensando que así tendrían un lugar en el testamento. Cuando finalmente
Julius falleció, los Marx comprobaron que la totalidad de sus bienes
ascendían a "una bola de billar (robada), una cajita de plata para píldoras y una pechera de celuloide". Normal que, desde entonces, Groucho prefiriera que se refirieran a él por un apodo derivado de la palabra "grouch" ("gruñón").
Al Shean, el tío artista
Tras
la decepción del tío Julius y su herencia, Groucho puso sus miras en
otro de sus tíos, esta vez de la rama materna y mucho más afortunado en
la vida. Se trataba de Al Shean, un comediante de
variedades de gran éxito, que de vez en cuando visitaba su casa dejando
un rastro de chistes y propinas. Para un chaval que habitaba en los
barrios bajos de Nueva York, ver a un señor que se divertía "arrojando monedas al suelo para que los chicos se pelearan por recogerlas" resultaba un shock, de
modo que tío Al se convirtió en su modelo a imitar. Cuando los Marx
comenzaron su carrera en los teatros, contaron con él para que les
escribiese gags y guiones.
¡A la porra la escuela!
Si sus hermanos Gummo, Chico, Zeppo y Harpo mostraron
una temprana dedicación a la música, Groucho tuvo claro desde el
principio que su porvenir era más bien literario. Devorador de libros
desde su más tierna infancia, el futuro bigotudo tenía claro que la
escuela de su barrio (descrita como un infierno de compañeros abusones y
de maestros ignorantes) no le ayudaría a llegar lejos, de modo que
decidió abandonarla a los 12 años, despidiéndose de sus sueños de
convertirse en médico. Cuando su madre le preguntó: "¿Es que no quieres labrarte un porvenir?", él replicó "No, si para ello tengo que ir al colegio".
El sórdido mundo del teatro
Cuando Groucho dijo de su familia que había llegado "de la nada a la más absoluta miseria",
no le faltaba razón. Espoleados por Minnie (y por los guisos de su
padre, capaces de convencer al productor más exigente), los hermanos
Marx debutaron con el nombre de Los Cuatro Ruiseñores, vestidos
con ropa usada y recorriendo los más selectos tugurios de la Costa
Este. Allí, Groucho desarrolló sus dotes para la improvisación, pero no
debido a razones artísticas, sino de supervivencia: cuando el número
flojeaba, un buen chiste a tiempo era la única forma de que el público
no les diese una paliza.
El burdel: el mejor lugar para hacer contactos
Además de un modesto estipendio y un coche (el cual, confesó, le
sirvió para perder la virginidad), Groucho aprovechó su época en las
variedades para hacer amistades muy interesantes. Como, por ejemplo, un
joven colega inglés llamado Charles Chaplin, a quien
conoció en una casa de alterne de Winnipeg (Canadá). Pero no te creas
que el futuro 'Charlot' se comportó de forma muy libidinosa: según
Groucho, "mientras nosotros cortejábamos a las chicas, él estaba muy ocupado jugando con el perro de la madame".
El misterio del bigote pintado
La figura escénica de Groucho Marx se basaba, principalmente, en un
borrón de pintura negra sobre su labio superior. ¿Por qué? Es algo
complicado: resulta que, como muchos otros comediantes de su época, los
hermanos basaban sus números teatrales en los estereotipos étnicos,
correspondiéndole a Chico el papel de italiano, y a Groucho el de
alemán. Pero, durante la I Guerra Mundial, el público de EE UU no estaba
precisamente dispuesto a reírse de los chistes alemanes, así que
nuestro hombre optó por otro blanco para sus bromas: los señores de la alta sociedad de Nueva York. De
ahí vinieron el esmóquin, la costumbre de andar con una mano a la
espalda... Y un mostacho que Groucho decidió pintarse cuando comprobó
que era mucho más sencillo que pegarse y despegarse, dolorosamente, una
pieza postiza.
Los hermanos Marx contra Thalberg el poderoso
Tras unos cuantos triunfos en Broadway, el cine sonoro supuso la
excusa ideal para que los hermanos Marx se mudasen a Hollywood. Y, tras
unos cuantos triunfos en Hollywood (como El conflicto de los Marx y Sopa de ganso) los Marx se encontraron con Irving Thalberg. Terror de guionistas y directores, el todopoderoso y joven ejecutivo de MGM era
una de las personas más poderosas de la industria, pero Groucho y su
familia no se cortaban a la hora de tomarle el pelo: si él les hacía
esperar en la puerta de su despacho, ellos respondían quedándose en pelotas y asando patatas en su chimenea. Pese a sus maneras tiránicas, Thalberg fue el inspirador de los dos filmes más célebres de la troupe: Una noche en la ópera y Un día en las carreras.
Una carrera legal
En 1935, durante el apogeo de su popularidad, Groucho y Chico recibieron una oferta para trabajar en la radio. La serie, Flywheel, Shyster and Flywheel, contaba con los dos hermanos interpretando a un desastroso abogado y a su ayudante Ravelli, un personaje que ya había aparecido en El conflicto de los Marx. Parece que el humor de Groucho y Chico no funcionaba sin un contrapunto visual, porque el show fue un fracaso de audiencia y sólo duró 13 episodios. Sin embargo, sus guiones (publicados en España con el título de Groucho & Chico, abogados) tuvieron mejor fortuna en forma impresa, y los programas se reponen habitualmente en la NPR, la radio pública de EE UU.
Una carrera literaria
Como ya hemos dicho, la verdadera vocación de Groucho era la de escribir: "Es igual que improvisar en escena, pero con papel y lápiz",
decía. Y damos fe de que se le dio muy bien. En cuanto su fama lo
permitió, y en cuanto él y sus hermanos fueron adoptados por el mundillo
cultural, comenzó a publicar libros tan divertidos como Groucho y yo (sus impagables memorias), Camas y el desternillante Memorias de un amante sarnoso. No se conformó con eso, sino que también cultivó amistades como el poeta T. S. Eliot, futuro Premio Nobel de Literatura, que tenía su retrato dedicado en el escritorio.
Volviendo locos a los Hermanos Warner
En Las cartas de Groucho, el volumen que recoge la correspondencia de nuestro heroe, ocupan un lugar de honor ciertos escritos destinados a Warner Bros. Resulta que, mientras los hermanos rodaban Una noche en Casablanca (la que sería su penúltima película), la productora les acusó de estar plagiando Casablanca, su gran éxito con Humphrey Bogart e Ingrid Bergman. La respuesta de Groucho, que se prolongó durante varias misivas, incluía razonamientos tales que: "Estoy seguro de que incluso el espectador medio sabrá distinguir a Ingrid Bergman de Harpo", "¿Pueden ustedes usar el nombre de 'Hermanos Warner'? ¡Nosotros éramos hermanos desde mucho antes", y "Tenemos muchas esperanzas en la película: puede ser la chispa que desate una nueva guerra mundial". Tras recibir semejantes dislates, Warner se dio por vencida: "Las últimas noticias que tuve de ellos", escribió Groucho, "es que se habían ido a la Costa Azul, a jugar a las cartas con mi abogado".
El amargo sendero del humor
Como otros grandes humoristas, Groucho no era una persona de trato
fácil, que digamos. Entre sus defectos personales se hallaban una
tacañería contumaz (que se acentuó tras el crack bursátil de 1929), una fuerte hipocondría digna de su discípulo Woody Allen, y
sobre todo una lengua venenosa que muchas veces jugaba en su contra.
Sin ir más lejos, en una cena familiar, se dirigió a su segunda esposa, Ruth Johnson, preguntándole: "Cariño, ¿en qué cárcel me dijiste que te enseñaron a preparar esta sopa?". La pareja acabó divorciándose poco después.
Groucho se apuesta tu vida
En 1947, harto de Hollywood, de los rodajes y de sus hermanos (a
quienes, pese a todo, adoraba), Groucho aceptó una oferta para presentar
un concurso radiofónico titulado You Bet Your Life (Apuéstate tu vida).
El programa, en el que nuestro héroe entrevistaba a personajes
peculiares o insólitos, tuvo un éxito tal que pasó al medio televisivo
en 1950, cuando este apenas balbuceaba. Y su momento más popular (y
polémico) tuvo lugar cuando el presentador conversaba con una mujer que
había sido madre de 11 hijos. Cuando ella le dijo "Quiero mucho a mi marido", Groucho replicó: "Señora, a mí me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca".
Querido Woody
Pese a la contumacia de su mala leche, Groucho Marx sabía reconocer
el talento. Y buena prueba de ello es que fuese de los primeros en
elogiar a Woody Allen, cuando este daba sus primeros pasos en el cine. "Dicen
que Allen se ha inspirado en los hermanos Marx: eso es mentira. Hace
treinta años, nosotros nos hubiéramos inspirado en él", afirmó Groucho en 1972 a un pasmado Roger Ebert. En cuanto a Allen, pareció menos emocionado, porque tras conocer en persona al genio comentó: "Ese señor es tan judío que podría ser uno de mis tíos, perfectamente".
No tan querido Bill Cosby
En 1973, con 83 años a cuestas, Groucho Marx seguía poseyendo un ingenio endiablado, y era mejor no provocarle. Bill Cosby, uno de los cómicos más populares de la época en EE UU, lo comprobó para su pesar cuando le entrevistó en televisión: "Usted, que ha conocido a todos los grandes cómicos, ¿en qué lugar me pondría a mí?", le preguntó Cosby. Y Groucho, tras pensárselo un rato, contestó: "Justo por detrás de Richard Nixon". A la pregunta de "¿Tiene algún deseo que nunca ha podido cumplir?", su contestación fue todavía más cruel: "Acabar esta entrevista lo antes posible". Al parecer, el venenoso vejete estaba furioso porque Cosby fumaba mejores puros que él.
Viejo rockero
Entre las amistades cultivadas por Groucho durante los años finales de su vida se hayan dos de lo más inesperado: Alice Cooper y Elton John, a quienes reconocía como compañeros comediantes por sus disfraces y numeritos en escena, y los mismísimos Queen. Enterado de que una banda inglesa había titulado dos de sus discos A Night At The Opera y A Day At The Races, Groucho les invitó a una cena en su casa, les felicitó por sus canciones, y les ofreció su vieja guitarra acústica para que Freddy Mercury y sus chicos le obsequiasen con una serenata. Desgraciadamente para la posteridad, la canción interpretada no fue Bohemian Rhapsody...
El triste final
Si los últimos años de Groucho no fueron tan felices como él se hubiese merecido, fue a causa de Erin Fleming. Esta
actriz de segunda fila, 40 años más joven que Groucho, se convirtió en
su compañera y manager alrededor de 1965 y, si bien impulsó un exitoso
regreso a los teatros, le manipuló y abusó de él en la intimidad, a
veces de forma extremadamente cruel. Tras numerosas batallas legales con
Arthur Marx, el hijo mayor de Groucho, Fleming perdió
la mayor parte de su herencia y, tras un largo historial de drogas y
problemas con la ley, se suicidó en 2003. Había pasado los últimos años
sin hogar, viviendo en las calles de Los Angeles
Aunque la secuela de 'Star Trek' será su producción más costosa
hasta la fecha, el cineasta y productor lo tiene claro: los estudios
deben limitar sus presupuestos si quieren obtener 'taquillazos'
rentables. Por CINEMANÍA
Todos los años hay superproducciones que se estrellan, o
más bien que no cumplen con sus objetivos financieros, pero 2012 ha
estado cerca de batir récords. Hablamos de casos como el de John Carter, que con un presupuesto de 202 millones de euros apenas ha logrado cubrir costes en el mercado internacional (sus 228 millones de euros de gross 'sólo' arrojan 26 millones de beneficio). O como Battleship: la epopeya naval y juguetera costó 169 millones, y ha tenido que recurrir también a la taquilla de fuera de EE UU para redondear unos ingresos de 244 millones de euros. Lo
cual resulta una mala noticia puesto que, como sabemos, a las
productoras estadounidenses les importa sobre todo la recaudación en su
propio suelo. ¿Quién viene ahora a formular un análisis de este estado
de cosas? Pues J. J. Abrams, ni más ni menos.
Por sorprendente que pueda parecer, el que fuera productor de Perdidos tiene
respuestas firmes para algo. Y, según afirma, la culpa de este estado
de cosas no es de la Iniciativa Dharma, ni de la cuestionable calidad de
alguno de estos títulos, sino de que "las películas son demasiado caras". El cineasta, que ha obtenido buenos resultados con Misión: Imposible - Protocolo fantasma(117 millones de presupuesto, 561 millones de recaudación), está actualmente en plena producción de su segunda Star Trek. Y en una entrevista al respecto para Los Angeles Timesha declarado que las cifras manejadas actualmente en Hollywood le parecen "irracionales y vergonzosas".
Según prosigue Abrams, incluso sus filmes más caros (y, probablemente, Star Trek 2 sea el más oneroso de su trayectoria) fueron planeados "pensando desde el principio en cuánto iban a costar". "Saber
que cuentas con un presupuesto limitado te obliga a pensarte las cosas,
y a pensar en cómo obtener tus objetivos de otra manera", prosigue el director y productor. "Creo que los directores deberían mirar sus gastos como si estuvieran utilizando su propio dinero", concluye.
La entrevista recuerda, no obstante, que el piloto de Perdidos marcó un récord en su día para el mundo televisivo, costando casi 11 millones de euros. Pero Abrams predica con el ejemplo: si Super 8pudo contar como un triunfo fue gracias a que su presupuesto se quedó en los 40,4 millones de euros, convirtiendo sus 210 millones de recaudación en un logro. Por otra parte, si nos fijamos en la carrera de su amigo Steven Spielberg, vemos que el presupuesto de En busca del Arca perdida fue (ajustado a la inflación) de unos magros 34 millones de euros, multiplicando en taquilla dicha cantidad por varios centenares. Será que, en su momento, Spielberg y George Lucas apostaron por la imaginación, un bien que (este sí) parece cada vez más caro.
La trágica noticia del suicidio de Tony Scott
nos ha pillado a todos por sorpresa. Seguro que hasta no han faltado
los que han creído que era otra de esas obras crueles que se inician en
twitter de tanto en tanto, pero la dura realidad se ha impuesto en esta
ocasión. No voy a mentir y decir que se trataba de uno de mis directores
favoritos o un grande del cine. Eso sí, el realizador de ‘Top Gun: Ídolos del aire‘ (Top Gun, 1986), de la cual queda en el aire la secuela
que él mismo iba a dirigir, dejaba, para bien o para mal, una impronta
personal en todos sus trabajos, así que he decidido hacer mi pequeño
homenaje personal a Tony Scott hablándoos de las que considero que son
sus cinco mejores películas de una carrera formada por
dieciséis largometrajes y que, lamentablemente, no irá más allá de ese
vibrante entretenimiento que era ‘Imparable‘ (Unstoppable, 2010).
AMOR A QUEMARROPA
El afamado cruce en las carreras de Tony Scott y Quentin Tarantino
se saldó con un variopinto cóctel de géneros en el que tenían cabida
tanto el humor diálogos referenciales propios del segundo, los cuales
dominan la primera mitad de la cinta, con la cuidada concepción de la
violencia que caracterizaba al hermano de Ridley Scott, el cual dota a la segunda mitad de la cinta de un ritmo enérgico y vibrante. Además, ‘Amor a Quemarropa‘
(True Romance, 1993) contó con un afortunado reparto que mezclaba
rostros populares por aquel entonces, otros que estaban en pleno
crecimiento hacia el estrellato y varios intérpretes solventes que
convierten su visionado en un pequeño festín incluso en aquellos
momentos en los que ni el guión ni la puesta en escena consiguen captar
nuestro interés, que son unos cuantos.
EL ÚLTIMOBOY SCOUT
‘El Último Boy Scout‘ (The Last Boy Scout, 1991) batió un récord de salario en su día que suele pasar bastante desapercibido: Shane Black, que actualmente rueda ‘Iron Man 3’ (de la cual tan sólo se ha visto una única imagen),
fue el primer guionista en vender uno de sus libretos por más de 1
millón de dólares, es más, acabó cobrando 1,75 millones. Lo cierto es
que la cosa no era para tanto, ya que es el tremendo carisma de Bruce Willis el que consigue elevar a la película por encima de sus limitaciones. Con una presencia mayor del lenguaje soez (la palabra fuck se usa en más de 100 ocasiones) que de la violencia, ‘El último Boy Scout’ es uno de los mejores divertimentos de acción que nos dio Hollywood en los años 90.
EL FUEGO DE LA VENGANZA
‘El Fuego de la Venganza‘ (Man on Fire, 2004) es la
película con la que Tony Scott alcanzó su cima en lo estético (y el uso
del montaje sincopado), pero sin por ello sacrificar el interés de la
historia que nos contaba. A eso ayudaba mucho contar con un Denzel Washington dando lo mejor de sí mismo (no por casualidad es el actor que más veces colaboró con él) y una Dakota Fanning
en su cima como prometedora actriz infantil, los cuales ayudan a elevar
el interés de una excusa argumental mil veces vista. Cierto que hay
algunos excesos que pueden llegar a ser molestos y también que la
película dura demasiado, pero es un auténtico frenesí visual sin llegar a
caer en la confusión, y eso es algo muy complicado de lograr.
ENEMIGO PÚBLICO
Recuerdo que hubo una época a finales de los años 90 que aparecieron
varias películas de acción que aún hoy recuerdo con bastante cariño
como ‘La Roca‘ (The Rock, Michael Bay, 1996) o ‘Cara a Cara‘ (Face/Off, John Woo, 1997). ‘Enemigo Público‘
(Enemy of the State, 1998) es uno de los títulos que suelo asociar a
esos momentos de nostalgia, aunque sea de forma un poco desafortunada,
ya que estamos ante algo mucho más cercano al thriller que al cine de acción. Los hay que prefieren cargársela aludiendo al hecho de ser poco menos que una copia de la magistral ‘Con la Muerte en los Talones‘ (North by Northwest, 1959), casualmente la primera película de Alfred Hitchcock que yo vi, y la inspiración es innegable, pero también la habilidad de Scott para convertirla en un entretenimiento de primer nivel
que aún se mantiene bastante bien hoy en día. Un reparto de campanillas
(aunque algunos actores estén muy desaprovechados) también ayuda, y
aunque el guión estira mucho la suspensión de la incredulidad, eso es
algo que Scott logra que pasemos por alto con alegría y desvergüenza.
MAREA ROJA
Un gran thriller y un eficiente relato de suspense ambientado a bordo de un submarino. ‘Marea Roja‘ (Crimson Tide) es, en mi opinión, la mejor película firmada por Tony Scott, la cual nada tiene que envidiar a otras producciones similares, y por lo general consideradas superiores, como la notable ‘La Caza del Octubre Rojo‘
(The Hunt for Red October, John McTiernan, 1990). Scott se olvida de
centrarse en demasía en lo estético y dota a la función de una tensión
que mantiene pegado al espectador a su butaca, contando para ello con la
inestimable ayuda de unos Denzel Washington y Gene Hackman
en estado de gracia y un guión funcional con leves toques
tarantinianos, básicamente presentes en alguna conversación trivial, que
no recurre a engaños ni giros de guión baratos, lo cual hubiese restado
verosimilitud a la historia.
Nicolas Cage vuelve a la carga. La infatigable
estrella norteamericana sigue encadenando trabajos sin parar —en
nuestras carteleras podéis encontrar ‘El pacto’
(‘Seeking Justice’, Roger Donaldson, 2011) aunque no os la recomiendo—,
y aquí tenemos ya el tráiler y el cartel de su última película, ‘Contrarreloj’ (‘Stolen’, 2012), que le vuelve a reunir con el director Simon West quince años después de ‘Con Air: Convictos en el aire’ (‘Con Air’).
David Guggenheim —‘El invitado’ (‘Safe House’, Daniel Espinosa, 2012)— firma el guion de ‘Contrarreloj’ —inicialmente titulada ‘Medallion’—, un thriller en el que Cage
da vida a un maestro del robo llamado Will Montgomery, que tras ser
traicionado pasa ocho años en prisión. Cumplida la condena, Will intenta
dejar atrás su pasado criminal pero eso no puede pasar porque entonces
el film resultaría aburrido… Todo se le complica cuando un antiguo socio
secuestra a su hija y le exige un rescate de diez millones de dólares a
pagar en las siguientes 12 horas. Will deberá volver a poner en
práctica sus viejos trucos y confiar en una antigua compañera de robos
para dar un último golpe y recuperar a su hija con vida…