sábado, 19 de febrero de 2011

Berlinale 2011: 'Come Rain, Come Shine' (Lee Yoon-ki), 'Lipstikka' (Jonathan Sagall) y 'Late Bloomers' (Julie Gavras)

Me alegra que me contraten, me da igual por qué, hay pocos papeles para las mujeres de mi edad.

(Isabella Rossellini)

La radiante presidenta del jurado de la 61ª edición de la Berlinale volvió a ser el centro de atención de una rueda de prensa, que sin embargo no despertó mucho interés por parte de los medios acreditados. El motivo era la presentación de ‘Late Bloomers’, una comedia dramática dirigida por Julie Gavras que Isabella Rossellini protagoniza junto a William Hurt, quien lamentablemente no ha podido venir a Berlín. La película no aspira al Oso de Oro pero antes voy a hablar de dos títulos que sí compiten, proyectadas en la mañana de esta octava jornada, una procedente de Corea del Sur y una coproducción de Israel y Reino Unido. Casualmente, todas giran en torno a parejas. Y en todas surge la infidelidad, es curioso.

‘Come Rain, Come Shine’, ven sueño

‘Come Rain, Come Shine’ (‘Saranghanda, Saranghaji Anneunda’, 2011) arranca con un largo plano secuencia en el que vemos a una pareja en el interior de un coche, charlando. La cámara está pegada al coche y muestra a los protagonistas a través del parabrisas durante más de diez minutos, lo que sinceramente no me parece la mejor manera de empezar una película. Pero la peor parte son los diálogos, vagos, muy corrientes, sin chispa alguna. Llegué a pensar que estábamos a punto de ver otra memez del calibre de ‘Un mundo misterioso’; por fortuna, el film coreano no está tan descuidado y, aunque resulta bastante tedioso (en especial durante una proyección tan temprana), tiene algunas ideas interesantes, llegando uno a sentir cierto interés por conocer el desenlace de la historia. Que por cierto lo destripan en la sinopsis que ofrece la web del festival, menos mal que no suele leerlas antes de ver las películas.

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La conversación dentro del vehículo gira en torno a temas variados, hasta que en un momento dado la chica (Lim Soo-jung) le suelta a su pareja (Hyun Bin) que va a dejar la casa, que le abandona; el joven pregunta si hay otra persona, y ella lo confirma, asegurando que él sabe de quién se trata (previamente hablaron de un fotógrafo, y dio la impresión que el chico había sacado el tema con una mal disimulada desconfianza). La acción se traslada ahora al hogar de ambos, y de ahí no saldremos en lo que resta de película. La chica está empaquetando sus cosas, pero se plantea posponer su marcha debido a una fuerte lluvia. La cámara la sigue a la pareja de habitación en habitación, mientras los dos jóvenes hablan y se mueven de un lado a otro con desesperante apatía. Repetidamente comentan dónde van a cenar, y por qué el chico no está enfadado por lo ocurrido, mostrándose tan colaborador y amable como siempre.

Cuesta mantenerse concentrado en la pantalla durante cien minutos cuando todo se centra en unos protagonistas que parecen no tener el menor interés en nada de lo que dicen o hacen, y cuando la realización tampoco colabora, apostando Lee Yoon-ki (director y autor del guion) por una puesta en escena muy simple y la cámara en mano para acercar detalles al espectador, en escenas tan fascinantes como la preparación de un plato de pasta. Lo que me gusta es la idea de usar la casa como metáfora de la relación de esta pareja, con los defectos (la puerta que no se abre bien) y las goteras que no habían notado antes, y todos esos recuerdos de su vida en común; o que se enteren de las inundaciones tarde y por las noticias, viviendo ellos en su propia burbuja. En resumen, un relato fallido, hueco, una gran decepción, esperaba muchísimo más de la representante coreana en la sección oficial a concurso.

‘Lipstikka’, crudo y carnal relato de dos amigas

Gran parte de lo que le falta a ‘Come Rain, Come Shine’, como es pasión y crudeza, le sobra a la siguiente película que vimos en la jornada, ‘Lipstikka’ (‘Odem’; Israel, Reino Unido, 2011), escrita y dirigida por Jonathan Sagall. No es un relato del todo logrado, pues confía demasiado en la fuerza de una revelación del pasado de las protagonistas, lo que resulta ser un error, pues uno ha visto hechos más duros y traumáticos en el cine, y no queda muy clara su conexión con el presente. La película arranca muy bien, mantiene el interés gracias a las actrices y una realización muy elegante, muy cuidada, con la cámara captando siempre las diferentes emociones de lo que pasa en la pantalla, pero conforme avanzan los minutos va quedando al descubierto que el entramado es menos complejo de lo que parecía, el guion de Sagall va dando vueltas sobre los mismos puntos y, como digo, la resolución no resulta tan impactante como se pretende.

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La película gira en torno a la apasionada amistad entre dos mujeres que dejaron Palestina para vivir en Londres. Lara (Clara Khoury) se ha integrado perfectamente y goza de una vida muy acomodada, tiene una gran casa, es esposa y madre, mientras que Inam (Nataly Attiya) es una mujer sin rumbo, aunque intenta ocultarlo. En realidad, Lara tampoco es feliz, pero ha aprendido de su amiga, y nadie puede descifrar la verdad de su rostro o su comportamiento. Solo en su interior podemos hallar la amargura de un falso matrimonio (no duerme con su marido, que suele ver a otras mujeres) y de una vida indeseada, pero respetable y envidiable desde un punto de vista superficial (el único que conoce mucha gente). Inam busca ayuda en Lara, pero ésta no desea que nada rompa el “perfecto” equilibrio que ha conseguido. En el fondo, desea olvidar un oscuro episodio que todavía le causa remordimientos.

Está muy bien plasmada la relación entre Lara e Inam, es muy natural y verosímil, así como sus diferentes personalidades (la primera recurre al alcohol para las penas, la otra prefiere el sexo). Solo dura noventa minutos la película y creo que Sagall no está muy acertado manejándolos, a mí me sobra lo que ocurre en el falso flashback (pues lo veremos después sin mentiras, otra vez entero), que parece puesto ahí solo para mostrar más carne y sexo (muy bien filmado, por cierto); por el contrario, me faltan más minutos de la relación entre las dos mujeres, como ciertos episodios importantes de los que solo vemos instantes sueltos. No digo que sea mala idea esto último, pero puestos a ocupar una hora y media, me parece más interesante ver acontecimientos nuevos que repetir un flashback cambiando el desenlace. No sabría decir si tiene serias opciones a los premios, porque pese a los aplausos o los abucheos suele haber sorpresas en el palmarés, pero desde luego no la descartaría, hay talento y energía en esta ‘Lipstikka’.

‘Late Bloomers’, deliciosa comedia sobre la vejez

Imposible resistirse a una comedia dramática protagonizada por Isabella Rossellini y William Hurt. Por fortuna, vale la pena, es más que una simple reunión de estas dos estrellas. Coescrita por Olivier Dazat y la directora Julie Gavras, hija del conocido realizador Costa-Gavras, ‘Late Bloomers’ (Francia, Reino Unido, Bélgica, 2011) gira en torno al paso del tiempo a través de un matrimonio que ya ronda los 60 años, y lo afrontan de diferente manera. Sorprendida por una inocente pérdida de memoria, Mary (Rossellini) descubre de pronto que acaba de cruzar la línea de la vejez, sin darse cuenta, y aunque al principio se resiste, intentando aparentar que todavía sigue siendo una atractiva joven, pronto acepta su realidad y decide disfrutarlo (el título se refiere a una tardía madurez o florecimiento). Sin embargo, su marido no está dispuesto a seguirla.

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Adam (Hurt) no se siente viejo, todavía no. Así que se aferra a su trabajo (es arquitecto) pasando casi todo el día en la oficina, incluso durmiendo allí. Mientras Mary va acomodándose a su edad, Adam se rebela intentando volver al pasado, vistiéndose como un muchacho y relacionándose con los jóvenes y entusiastas estudiantes que trabajan en su empresa. Tras treinta años juntos, y tres hijos en común, el matrimonio entra en crisis, y ninguno de los dos parece dispuesto a cambiar su postura. Apoyada en el sensacional trabajo de los actores, y en un guion directo y sencillo, que se toma su tiempo para avanzar pero que no se va por las ramas, Julie Gavras filma una deliciosa historia divertida, dramática y romántica, llena de encanto y autenticidad, que no solo trata sobre una pareja mayor, también sobre la identidad de una persona que la sociedad ya considera casi inútil, cercana a la muerte.

Rueda de prensa de ‘Late Bloomers’

La escasez de profesionales en la sala de prensa permitió un ambiente mucho más distentido de lo habitual. La primera pregunta fue para Isabella Rossellini, sobre su interés en el proyecto: “Hay muchas películas sobre hacerse viejo, que son dramáticas, pero mi experiencia es que no lo es, es cómico, así que cuando leí el guion, sentí que era único”. Sobre hacerse mayor, la actriz dijo que “para la mujer es más difícil, porque tienes que estar bella y sexy, siempre apetecible, y cuando eres mayor te cuesta encontrar un papel en la sociedad. Pero con la edad viene libertad, cuando eres joven tienes que probar cosas, tener una carrera, ser económicamente independiente, demostrar a tus padres que puedes defenderte… y cuando eres mayor, puedes hacer lo que quieras”, expuso Rossellini (con unos 59 años llevados de manera maravillosa). También aclaró que en su caso le ha venido bien para empezar a dedicarse a la dirección, algo que siempre quiso hacer desde niña: “Si fuera joven no lo haría, pero ahora pienso que me voy a morir y que no puedo dejarlo pasar más tiempo [...] No quiero ser joven otra vez, quiero ser elegante y sofisticada, pero no joven, cuando me dicen que parezco más joven me parece un insulto… Mi hijo es negro y la gente me dice que no soy muy oscura, y se supone que tengo que dar las gracias, es insultante”.

Julie Gavras fue eclipsada por la hija de Ingrid Bergman, pero también tuvo su tiempo para hablar de la película. Dijo que las tres mujeres que vemos en el film (hija, madre, abuela) son “la misma persona con diferentes edades, buscando su sitio”. Sobre la idea del guion, la realizadora explicó: “Me interesaba mucho hacer una comedia dramática sobre una pareja, pero no sobre gente de veinte, que es lo habitual, sino con mayores”. Rossellini explicó que no hay nada improvisado en la película, que todo estaba en el guion y se trabajó durante dos semanas de ensayos previos al rodaje. Sobre William Hurt, dijo que “fue maravilloso, es muy fácil trabajar con él [...] me di cuenta que a veces no había diferencia entre hablar con William o hablar con el personaje, eran lo mismo”. Alguien preguntó por las escenas de sexo y la actriz respondió que siempre es incómodo pero que son profesionales; en cuanto al baño que comparten en una escena, “simplemente nos desnudamos, nos metimos en la bañera y fue como, bueno, esto es lo que hay”.

JL Caviaro, 18 de febrero de 2011, Berlín.

Vía:blog de cine

'Thor' de Kenneth Branagh, nuevo tráiler



Aquí tenemos el nuevo tráiler de ‘Thor’, la adaptación del famoso personaje de cómic de Marvel, que ha llevado a cabo el gran Kenneth Branagh, en la que sin duda es su película más cara. De hecho, el realizador de obras maestras como ‘Mucho ruido y pocas nueces’ (‘Much Ado About Nothing’, 1993) o ‘Trabajos de amor perdidos’ (‘Love´s Labour´s Lost’, 2000), sólo se había codeado con el cine comercial en su impresionante ‘Frankenstein’ (1994), y ahora con el crédito y fama perdidas injustamente, parece regresar por todo lo alto en la que es, al menos para un servidor, la adaptación cinematográfica de un superhéroe más esperada de los próximos meses. Y hablo de un personaje que a mí nunca me ha dicho nada, pero confío lo suficiente en la mano de Branagh.

Ashley Miller, Zack Stentz —ambos guionistas también en otra adaptación de superhéroes, ‘X-Men: Firts Class’ (Matthew Vaughn, 2011)— y Don Payne parten de una historia de J. Michael Straczynski y Mark Protosevich. El reparto está formado por la próxima ganadora del Oscar a la mejor actriz principal, Natalie Portman, Kat Dennings, Anthony Hopkins, Idris Elba, Stellan Skarsgård, Ray Stevenson, Rene Russo, Colm Feore, Tom Hiddleston y Chris Hemsworth en el papel principal. Componiendo la banda sonora, seguro que épica, el habitual del director, Patrick Doyle.

No sé vosotros, pero a mí este tráiler me gusta mucho más que el anterior, y eso que cuenta demasiadas cosas, como siempre. ‘Thor’ llegará a nuestros cine el próximo 28 de abril.

Vía_Blog de cine

Berlinale 2011: 'Our Grand Despair' (Seyfi Teoman), 'My Best Enemy' (Wolfgang Murnberger) y 'Un mundo misterioso' (Rodrigo Moreno)


Nuestro punto de equilibrio para recobrar el dinero invertido, es cero espectadores. Esa libertad es lo que nos interesa, no depender de las entradas de la gente que va al cine.

(Hernán Musaluppi, productor de ‘Un mundo misterioso’)

Tras ver la mejor película de lo que va de festival, ‘Nader and Simin, a Separation’ del iraní Asghar Farhadi, firme candidata al Oso de Oro, en la siguiente nos tocó justo lo contrario, tener que soportar la mayor bobada de la sección a concurso, ‘Un mundo misterioso’ del argentino Rodrigo Moreno (en la foto de arriba, a la derecha). Lamentable que una obra tan minúscula se proyecte en un festival de este calibre, y más aún que sea uno de los títulos seleccionados para aspirar al gran premio de la Berlinale 2011. Hubo bastantes fugas (no puedo señalar a nadie) y al acabar se oyeron numerosos y fuertes abucheos que acallaron unos tímidos aplausos (posiblemente por cortesía), algo que no había ocurrido hasta ahora.

‘Our Grand Despair’, una extraña familia

La primera película del día fue ‘Our Grand Despair’ (‘Bizim Büyük Çaresizligimiz’; Turquía, Alemania, Holanda, 2011) del turco Seyfi Teoman, un simpático y honesto melodrama ambientado en Ankara y centrado en la amistad, la soledad, el amor y el egoísmo. La tranquila existencia de una pareja de amigos solterones que comparten piso (nunca hay ninguna señal romántica entre ellos, aunque su sexualidad es ambigua) se ve alterada por completo con la llegada de una joven que ha perdido a sus padres en un accidente de tráfico. Es la hermana de un buen amigo común y la cuidan como si fuera de la familia. Poco a poco, conforme pasa el tiempo y se van conociendo mejor, la chica se convierte en el interés amoroso (más platónico que real) de los dos hombres, lo que ocasionará que salgan a flote rencores del pasado y se ponga a prueba su vieja amistad.

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El primer problema de ‘Nuestra gran desgracia’ es que tarda mucho en arrancar. Teoman apuesta por las miradas, los silencios y los gestos, más que por el diálogo o la acción, por el viaje interior más que por el exterior, lo que no llega a funcionar hasta bien avanzado el relato, cuando ya conocemos a los protagonistas, y están planteados los pequeños, corrientes, conflictos que afectan al trío protagonista; un trío que llega a formar una familia de lo más extraña, con los dos “padres” mimando a la chica, al mismo tiempo que sienten una incómoda atracción hacia ella. La cámara del turco se muestra dubitativa al comienzo, pero luego se agarra a sus personajes (estupendo trabajo de los actores, Ilker Aksum, Fatih Al y Günes Sayin) y éstos resultan lo suficientemente humanos y auténticos como para que uno sienta curiosidad por sus peripecias. Aunque hubo aplausos, no fueron muy apasionados y dudo mucho que pueda considerarse una seria candidata a los galardones principales.

‘My Best Enemy’, puro entretenimiento

La siguiente no competía en la sección a concurso, pero resultó mucho más divertida y emocionante que muchas de las que aspiran al Oso de Oro. Y eso es porque no hay en ‘My Best Enemy’ (‘Mein bester Feind’; Austria, Luxemburgo, 2011) grandes pretensiones de autor, solo un deseo de narrar una historia y mantener al público pendiente de la acción desde el primer minuto hasta el último. Lo consigue el austriaco Wolfgang Murnberger, pasan volando los 110 minutos, y cosechó unos merecidos aplausos de casi todos los asistentes al pase de prensa.

Escrita por Paul Hengge y Wolfgang Murnberger, ‘Mi mejor enemigo’ tiene la apariencia de un corriente thriller centrado una vez en el terrible sometimiento del pueblo judío por parte de los nazis, pero realmente es una intensa aventura sobre dos hombres en bandos diferentes cuyo destino depende de una obra de arte, un dibujo de Miguel Ángel. Victor Kaufmann (Moritz Bleibtreu) es el hijo del influyente propietario de una importante galería en Viena, que con el ascenso del partido nazi en Alemania y la anexión de Austria se ve desposeído de todas sus posesiones, siendo enviado a un campo de prisioneros. Rudi Smekal (Georg Friedrich), hijo de una excriada de los Kaufmann, creció junto a Victor; nunca tuvo nada ni parece capaz de ganarse la vida, pero siempre puede contar con su viejo amigo, hasta que los nazis le dan la posibilidad de unirse a ellos. Con su impecable y oscuro uniforme (aún produce escalofríos), de pronto Rudi es alguien importante. Pertenece a un grupo fuerte y es respetado. Frío, obediente y envidioso, encaja a la perfección. Da miedo.

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La película coquetea con la trampa fácil y el enfoque simplista de buenos y malos, pero siempre remonta el vuelo gracias a los giros de un ingenioso guion, que es trasladado a la gran pantalla por una sólida dirección y unos actores muy comprometidos con el material. Consciente de los límites, seguro en los puntos fuertes, Murnberger consigue con ‘My Best Enemy’ un gozoso ejercicio de intriga, puro cine de entretenimiento. No ganará ningún premio en este u otro festival relevante, pero estoy seguro que dejará muy satisfechos a numerosos espectadores.

‘Un mundo misterioso’, siguiendo a un inútil

La primera secuencia de ‘Un mundo misterioso’ (‘A Mysterious World’; Argentina, Uruguay, Alemania, 2011) nos muestra a una joven pareja que acaba de tener sexo. Boris (Esteban Bigliardi) se levanta, va por el periódico, y se tumba de nuevo. Viendo que está siendo ignorada, Ana (Cecilia Rainero) decide dar un paso que lleva pensando desde hace tiempo, y le plantea a su novio que se separen por un tiempo. La conversación que tiene lugar entre estos dos supuestos amantes es vaga, aburrida e impostada, como toda la película. Los actores no sienten lo que están haciendo ni diciendo, no se siente auténtico, aparte de tópicos los diálogos suenan forzados, inverosímiles, y por si fuera poco se repiten, dando vueltas sobre una cuestión que no se sabe desarrollar. Boris recoge sus cosas y se marcha a un hotel. Vuelve a quedar con Ana, que le repite que desea espacio, una separación de prueba. Boris vuelve al hotel. Come pan de molde. Mira por la ventana. Se aburre. Nosotros también. Y de nuevo, más metraje de la cuenta, en torno a los 110 minutos. ¿Por qué se tiene la necesidad de alargar tanto unas tramas tan sencillas?

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“Es mejor que no pase nada, ¿por qué tiene que pasar algo?”, expone uno de los personajes secundarios de ‘Un mundo misterioso’, hablando al público de parte del director y guionista Rodrigo Moreno, que vuelve a Berlín cinco años después de recibir el galardón Alfred Bauer (destinado a premiar la búsqueda de nuevos lenguajes cinematográficos) por su ópera prima, ‘El custodio’ (el propio cineasta ha reconocido que ésa ha sido la razón de que hayan seleccionado su nuevo trabajo). Sin nada que hacer, y sin ningún sitio a dónde ir, Boris va buscando la compañía de cualquiera que le preste atención. Va buscando mujeres que vayan solas, las sigue por la calle y si no aparece ningún novio, se lanza como un buitre. Sorprendentemente, pese a no ser precisamente Paul Newman, ninguna lo rechaza, no sé si es algún tipo de mensaje oculto del realizador, quizá desea potenciar el turismo. Bromas aparte, el film intenta ser un retrato de una juventud argentina paralizada, desorientada, pero Moreno se muestra tan apático y tedioso como el protagonista, un autor sin voz, sin ideas, sin nada que aportar. Uno de los productores dijo a la prensa que ya estaba cubierto el coste del film (600.000 euros), y Moreno confesó que gracias a eso preparaba con tranquilidad su siguiente largometraje. Emocionadísimo me hallo.

JL Caviaro, 17 de febrero de 2011, Berlín.

Vía:Blog de cine

Shane Black dirigirá 'Iron Man 3'

Ya tenemos el nombre del sustituto de Jon Favreau al mando de la taquillera franquicia del hombre de acero. Como se viene rumoreando desde hace días en la red, Shane Black ha sido elegido por Marvel Studios para hacerse cargo del guion y la puesta en escena de ‘Iron Man 3’, cuyo estreno está fijado para el 3 de mayo de 2013. Al parecer, Black fue una de las opciones que se barajaron para dirigir la primera entrega de ‘Iron Man’, antes de que Marvel se decantara por Favreau.

No es casualidad que Shane Black, conocido por haber escrito títulos tan populares como ‘Arma letal’ (‘Lethal Weapon’, 1987) o ‘El último Boy Scout’ (‘The Last Boy Scout’, 1991), vaya a trabajar de nuevo con Robert Downey Jr. tras coincidir en la comedia de acción ‘Kiss Kiss, Bang Bang’ (2005), su debut como director (Downey Jr. compartía cartel con Val Kilmer, de ahí la imagen de arriba); según parece, el visto bueno del actor ha sido fundamental para que la secuela cayera en manos de Black, y es que no hay nada como unos buenos contactos. En fin, ¿qué os parece este fichaje? Personalmente, me gusta, confío en que mejore el trabajo de Favreau, que por cierto dejó a Tony Stark para embarcarse en el rodaje de ‘Magic Kingdom’ para la Disney (dueña de Marvel) porque no estaba llevando bien la presión.

PD: Gracias por el aviso a César Alejandro Zapata.

Vía | Deadline

Vía:Blog de cine