¿Pensabas que la mirada desvalida de Quvenzhané Wallis nos iba a hacer vacilar? Ni en sueños: la película de Behn Zeiltin también recibe su ración de collejas pantanosas. Por YAGO GARCÍA
1 - Caridad mal entendida
Lo dijimos, en esta tesitura, hablando de Winter's Bone. Y, si la mirada de redneck adolescente de Jennifer Lawrence no nos detuvo aquella vez, tampoco vacilaremos en acusar a Bestias del sur salvaje de ser una de esas películas con las que la Academia lava su conciencia social. Reconociendo que la tarea de Benh Zeitlin, llevándose a su equipo de rodaje a las entrañas de la Louisiana post-Katrina, ha sido titánica, admitamos también que frases como ese "Somos los hijos de la Tierra" que dice en off la pequeña protagonista durante la escena del carnaval son poco verosímiles. Bueno, matizamos: son difíciles de creer en alguien que conoce de primera mano lo que es vivir rodeado de fango y mosquitos, en condiciones de absoluta miseria e insalubridad y expuesto a que una inundación, una borrasca o ambas cosas le borre del mapa.
2 - ¿Es que nadie va a pensar en la niña?
Parafraseamos en este epígrafe a la señora Helen Lovejoy (Los Simpson) para recordar un pequeño detalle: cuatro de cada cinco opiniones sobre Bestias del sur salvaje contienen al menos una loa a Quvenzhané Wallis, su pequeña protagonista, y nominada más joven de la historia al Oscar a la Actriz Principal. La Wallis se ha convertido ya en un nombre popular entre los cinéfilos, y seguro que varias agencias artísticas pugnan ya por tenerla entre sus representados, algo que no hará sino incrementarse en el caso de que ella misma, o el filme en el que actúa, o ambos, se lleven las estatuillas correspondientes. Y a lo que nosotros respondemos con un rotundo "¡No!", por el bien de la pequeña: sólo hay que ver las trayectorias vitales de muchos 'niños prodigio' del cine y la TV para augurar a Quvenzhané un destino aciago en el caso de verse metida de lleno en el star system con 10 añitos. Y es que casos como los de Jodie Foster y Anna Paquin (por citar a las niñas actrices que supieron madurar bien dentro de la industria) son tristemente escasos.
3 - ¿Qué pasará con el resto de los actores?
Como la promoción del filme se ha encargado de recalcar, el reparto de Bestias del sur salvaje se compone casi íntegramente de nativos de la zona donde se ha rodado, actores no profesionales que nunca se habían puesto delante de una cámara... Y que, probablemente, no volverán a ponerse nunca, salvo excepciones como la de Quvenzhané Wallis o su padre en la ficción Dwight Henry (quien tiene pendiente de estreno Twelve Years A Slave, junto a Michael Fassbender). Así que cabe preguntarse: ¿marcará alguna diferencia en las vidas de estas personas que el filme se lleve un Oscar, o todo seguirá como siempre en Terrebone Parish, el pueblo de Louisiana donde viven muchos de ellos? Y, lo más importante, ¿mejorarán en algo sus condiciones de vida? Nos tememos que la respuesta a ambas preguntas será negativa, y que pese al dorado de las estatuillas el panorama cotidiano de Terrebone Parish seguirá siendo de color marrón (por el fango).
4 - La fantasía se va por peteneras
Otro de los galones críticos recogidos por esta película es su (pretendida) fusión de fantasía y realidad. Sí, estamos hablando de la aparición de los aurochs ("uros", en español), esas bestias prehistóricas que dan su título al filme y que se presentan en los últimos minutos para dejar Luisiana como un solar... Aunque acaben resultando mansas como corderitos. Por supuesto, queda claro que los mastodontes de marras son producto de la imaginación de la protagonista (¿o no?), pero eso no quita que su plasmación visual sea tirando a pobre por cosas de un presupuesto espartano, y que desentonen de lo lindo en una cinta cuyo mayor valor está en rendir la crónica de un lugar marginado, pero orgulloso.
5 - ¿Es esto una limosna, o qué?
Con casi un año en las pantallas de EE UU (donde se estrenó en junio de 2012), Bestias del sur salvaje sólo se llevó 127.00 euros en su primer fin de semana, y su taquilla total ocho meses más tarde se queda en los 9,2 millones de euros. Una recaudación que, si bien superior a la raquítica taquilla de Amor en EE UU, parece una futesa si la comparamos con los millones amasados por Lincoln, La noche más oscura, Argo y el resto de sus competidoras. En el caso de que la película se lleve el Oscar, batirá el récord de En tierra hostil como el filme menos recaudador de la historia en ganar el premio gordo. ¿A dónde queremos llegar con esto? Pues a que, sumado a lo dicho en nuestro primer epígrafe, una hipotética victoria de Bestias... equivaldrá a un mensaje de los académicos de Hollywood diciendo algo así como: "¿Véis cómo también nos gusta el cine independiente? ¿A que no somos esa pandilla de ancianos machistas y peseteros que todos pensábais?". Si Behn Zeitlin participase del orgullo primigenio lucido por sus personajes, seguramente hubiese rechazado las nominaciones, quedándose tan ancho: su película no merece ser empleada como instrumento en un lavado de imagen.