La misiva en la que Joe DiMaggio pedía a la actriz que no se divorciase
de él, subastada junto a otros documentos de sus archivos.
Dicen que la culpa la tuvo
Billy Wilder: cuando el director rodó la famosa escena de la rejilla del metro en
La tentación vive arriba, uno de los hombres que se agolparon en Lexington Avenue para ver cómo aquella corriente de aire jugaba con la falda de
Marilyn Monroe fue
Joe DiMaggio, jugador
de béisbol y marido de la actriz. A diferencia de la del resto del
público, la reacción del deportista estuvo lejos de ser entusiasta,
motivando una histórica bronca que habría de acabar disolviendo su
matrimonio con Marilyn, con la que se había casado pocos meses antes, en
enero de 1954. Después de que la Monroe anunciase su intención de poner
fin al enlace en una rueda de prensa televisada, DiMaggio le escribió
una carta pidiéndole que se lo pensara dos veces. Ayer sábado, esa carta
acabó en manos de un pujador anónimo, que ofreció por ella
78.125 dólares (63.588 euros) en una subasta de la casa
Julien’s de Beverly Hills.
La subasta, que incluyó
300 objetos personales de Marilyn, puso también a concurso otras misivas intercambiadas con el dramaturgo y guionista
Arthur Miller, aquel que habría de ser el tercer y último marido de la diva. Partes de esta correspondencia iban firmadas por el autor de
La muerte de un viajante, pero entre ellas se hallaba además
el borrador manuscrito de una carta de amor que la Monroe nunca llegó a enviar. Completando el catálogo, Julien’s ofreció a los postores fotografías de Marilyn tomadas por su amigo
Cecil Beaton, una tarjeta postal enviada por
Marlon Brando y muchas otras piezas, incluso un rollo de 16 milímetros con imágenes del rodaje de
Vidas rebeldes, la última película que la actriz llegaría a completar antes de su muerte en 1962.
En su testamento, Marilyn Monroe legó su correspondencia y otros objetos personales a su profesor
Lee Strasberg, fundador del
Actor’s Studio y conocido por su papel de
Hyman Roth en
El Padrino II. Aunque
los archivos privados de Strasberg se hallen ahora en poder de la
Biblioteca del Congreso de EE UU, gran parte del legado de Marilyn ha
acabado saliendo a subasta, generando (como en este caso) pujas
astronómicas.
Via:cinemania