Ayer os comentaba que
‘Only Lovers Left Alive’ (Jim Jarmusch, 2013) es uno de los títulos más importantes de la programación del
Jameson Dublin International Film Festival (JDIFF),
que está teniendo lugar actualmente —desde el día 13 al 23—. Para
inaugurar el certamen se eligió otro de los platos fuertes de esta 12ª
edición,
‘Calvary’ (2014), el nuevo trabajo de
John Michael McDonagh y probablemente
la película irlandesa más esperada del año.
Ya
hablamos aquí de
‘Calvary’ cuando apareció el tráiler. Es el segundo largometraje escrito y dirigido por
McDonagh
tras debutar con ‘El irlandés’ (‘The Guard’, 2011) —la producción más
taquillera de la historia en dicho país— y vuelve a contar con el
carismático
Brendan Gleeson como protagonista. La
veterana estrella irlandesa cambia el uniforme de policía por la túnica
de sacerdote, sin perder el marcado acento —a veces un inconveniente
para los que estamos acostumbrados al habla inglesa y estadounidense— y
el característico
humor negro con el que el cineasta nutre a los personajes y situaciones en sus guiones, en
un poderoso film que no dejará a nadie indiferente.
Calvario, fe y redención
‘Calvary’ comienza con un primer plano del padre James (
Gleeson)
en la oscuridad de un confesonario, en una sola toma, sin cortes.
Estamos encerrados ahí dentro, junto a él, escuchando una voz misteriosa
de alguien que confiesa haber sufrido abusos sexuales cuando era niño.
Un cura lo hizo, dejando marcada su vida para siempre. Especialmente
cuando ese delito y otros similares no recibieron castigo. James no sabe
qué responder, sin embargo, pronto descubre que el individuo no buscaba
palabras de consuelo, o contar su pena y salir de allí más aliviado.
No, lo que hace es anunciar un vistoso acto de
venganza contra la Iglesia: matará a su confesor el próximo domingo.
La amenaza suena aún más terrible cuando el enigmático sujeto aclara
que no ha elegido como objetivo al padre James solo por su cargo, sino
porque es un hombre bueno. Así el crimen será realmente contundente.
Después de esta primera secuencia,
‘Calvary’ sigue a
James durante los días previos a un particular duelo, conversando con
algunos de los vecinos más peculiares y excéntricos —quizá demasiado,
pero no conviene olvidar que es una comedia— mientras busca algún
sentido a la locura en la que está envuelto. El retrato de los
habitantes del pueblo —encarnados por
Chris O´Dowd, Aidan Gillen, Dylan Moran y Domhnall Gleeson, entre otros— no deja títere con cabeza. El mundo es un lugar frío, cínico y agresivo, sin lugar para la bondad.
La visita de su hija (
Kelly Reilly) aporta la luz
que necesita James para empezar a comprender, y afrontar su destino. A
través de ella, de los recuerdos y las reflexiones que comparten, y de
otra mujer, que acaba de perder a su marido, ordena sus ideas y, de
paso, las nuestras. La tensión, a menudo interrumpida con afilados
diálogos y momentos humorísticos, se va intensificando conforme avanza
esta
apasionante historia de búsqueda de fe e integridad en los tiempos actuales,
que se reserva un as en la manga para el tramo final. No es que
sorprenda descubrir la identidad de la víctima de los abusos, es que
impacta la secuencia. La última escena de
‘Calvary’ es igualmente inspirada, un cierre impecable.
Irlanda, escenarios de cine
En mi breve visita a
Dublín con motivo del festival, tuve la oportunidad de visitar el Condado de Wicklow, conocido popularmente como el Jardín de
Irlanda por sus extensas llanuras verdes, y también apodado el
Hollywood de Europa.
En él se pueden encontrar un sinfín de parajes naturales que han
servido de escenario para multitud de películas a lo largo de los años:
Bray, las montañas de Wicklow o Killruddery House & Gardens
proporcionan algunos de esos espectaculares rincones.
‘Braveheart’ (Mel Gibson, 1995), ‘Mi pie izquierdo’
(‘My Left Foot’, Jim Sheridan, 1989), ‘Barry Lyndon’ (Stanley Kubrick,
1975), ‘Michael Collins’ (Neil Jordan, 1996), ‘El Rey Arturo’ (‘King
Arthur’, Antoine Fuqua, 2004), ‘La joven Jane Austen’ (‘Becoming Jane’,
Julian Jarrold, 2007), ‘Posdata: Te quiero’ (‘P.S. I Love You’, Richard
LaGravenese, 2007) y la citada
‘El irlandés’ componen solo una pequeña muestra de los títulos que contienen escenas rodadas en esos paisajes.
Via:blog de cine