Edgar Wright no es el primer cineasta que sufre "discrepancias creativas" con la Casa de las Ideas. Otros cuantos cayeron por el camino antes del terremoto 'Ant-Man'. Por DANIEL DE PARTEARROYO
Tiempo revuelto y nubarrones en la relación del estudio con el fandom más implicado que han resquebrajado duramente la imagen de libertad amable y creatividad artística que se había labrado el estudio con sus últimas decisiones, confiando el desarrollo de las franquicias superheroicas a realizadores con instinto comercial y personalidad reconocible como Joss Whedon, Shane Black, James Gunn o... Edgar Wright. Parecía que en Marvel sí sabían hacer las cosas bien, al contrario que Warner/DC u otros estudios con posesiones marvelitas (Fox, Sony), dejando que sus directores llevaran cada película por caminos propios. Sólo que esa imagen tenía bastante de espejismo mediático. Independientemente de la innegable marca personal que ha dejado cada realizador contratado por la Casa de las Ideas, la visión de conjunto de un gran universo unificado nunca se perdió. No sabemos si ese fue el gran escollo de la Ant-Man de Wright, como apuntan los rumores. Si el tratamiento heterodoxo propuesto por el cineasta no encajaba con los planes finales del estudio que fue capaz de retrasar todo el proyecto para que el director hiciera antes Bienvenidos al fin del mundo y ahora habría intentado cortarle las alas con un guión contaminado de licencias e imagen de marca.
Pero el caso es que Wrigh, quien se identificó brevemente con Buster Keaton cuando perdió integridad artística al pasar a trabajar para MGM, sólo es un nombre más que unir a una lista de víctimas que Marvel ha ido dejando por el camino. Las bajas causadas por las "discrepancias artísticas" que de vez en cuando hacen rechinar esos engranajes que a la enorme maquinaria le gusta lucir siempre engrasados.
Jon Favreau
En muchos aspectos, el universo cinematográfico de Marvel no sería como lo conocemos hoy en día si no hubiera sido por el director de Elf. Su Iron Man (2008) fue la película estrella del estudio y la primera piedra en su enorme edificación del cine de entretenimiento moderno. Pero las prisas para la producción de la secuela Iron Man 2 (2010), las injerencias en el guión para convertirla en un explícito paso previo a Los Vengadores y, no menos importante, la negativa a aumentar considerablemente el salario de Favreau hicieron que la relación entre el estudio y el cineasta quedara resquebrajada. Su plan inicial era dirigir Los Vengadores, pero Marvel ya tenía en mente encargárselo al más barato Whedon, que además les ofrecía un guión escrito desde cero.
Louis Leterrier
El director parisino no tuvo la mejor de las experiencias con El increíble Hulk (2008), a pesar de que sus resultados de taquilla superaron los del Hulk (2003) de Ang Lee, completamente olvidado en el canon marvelita. No es que la película de Leterrier, con Edward Norton controlando el cotarro, añadiendo cambios constantemente sobre el guión de Zack Penn sin verse reconocido en los créditos y metiendo cuchara en el montaje, fuera un desastre... exactamente. Pero su naturaleza problemática, el incómodo afán de control de Norton y el gran respaldo que tuvo Mark Ruffalo como Bruce Banner en Los Vengadores han eliminado cualquier posibilidad de continuar las puertas que se dejaron conscientemente abiertas. You've been rebooted!
Edward Norton
Si Leterrier cayó en el olvido dentro del armario marvelita, peor fue el caso de Norton. Ya desde el momento en que vio el corte final de El increíble Hulk —sin la mayoría de sus añadidos personales para dejar huella en la historia del personaje— se negó a hacer publicidad de la película. Ante ese panorama, la llegada del carisma y buen hacer de Ruffalo y Whedon acabó de sepultar su legado por completo.
Terrence Howard
El de Bruce Banner no es el único salto de continuidad dentro de la Fase 1 de Marvel. Como seguramente notarías, el personaje de James Rhodes pasó de ser interpretado por Terrence Howard en Iron Man a recaer sobre Don Cheadle desde Iron Man 2 en adelante. Sí, podemos decir que la labor de Howard fue prácticamente presentar al personaje justo antes de que se volviera relevante. Una vez más, el proverbial tacañeo de Marvel fue la causa del desencuentro, cuando antes de rodar la secuela el estudio se acercó al actor para ofrecerle una octava parte del dinero que habían acordado para futuras películas. ¿Lo más dramático de todo? Howard está convencido de que su entonces amigo Robert Downey Jr. fue quien se llevó el dinero que a él le negaban.
Mickey Rourke
Para cerrar el culebrón de los primeros años problemáticos de Marvel hay que citar a Mickey Rourke, quien quedó tremendamente descontento por los recortes que se infligieron sobre su villano Whiplash (Latigazo) en Iron Man 2. "No me pasé tres meses trabajando en el acento, haciendo todos los ajustes necesarios y yendo a Rusia sólo para acabar sobre el suelo de la sala de edición", ha declarado el actor, visiblemente enfadado con el corte final de la película propiciado por el estudio. "Cuando interpreté a Ivan Vanko le expliqué a Justin Theroux, el guionista, y a Jon Favreau que quería darle varias capas y colorido, no hacer sólo un villano ruso asesino y vengativo. Y me dejaron hacerlo. Por desgracia, la gente de Marvel sólo quería un malo unidimensional, así que la mayor parte de la actuación fue eliminada".
Patty Jenkins
Kenneth Branagh rechazó la oferta de ponerse al frente de una segunda película del dios del trueno después de Thor (2011). Eso llevó al estudio a realizar un movimiento muy aplaudido en su momento: poner a la directora de Monster al mando de Thor: El mundo oscuro (2013). Vale, no era Lexi Alexander como nos hubiera gustado, pero quizás el resto de Hollywood habría podido tomar nota y dar la oportunidad a más mujeres cineastas de dirigir blockbusters y películas de superhéroes. Sin embargo, la implicación de Jenkins no duró demasiado. Unos meses después, la directora abandonó la producción alegando las socorridas "diferencias creativas" que tantos proyectos han malogrado. Por cierto, a Natalie Portman no le hizo ninguna gracia la marcha de Jenkins y a punto estuvo de abandonar la película... hasta que Marvel le recordó sus obligaciones contractuales. ¿Pasará algo similar con el cásting reunido por Wright para Ant-Man?
Alan Taylor
No es que el sustituto de Jenkins al frente de Thor: El mundo oscuro quedase muy contento con la relación con sus jefes en Marvel. A Alan Taylor no le hizo nada de gracia que Joss Whedon apareciera para reescribir algunas escenas, no tener la última palabra en el montaje final —que no le gusta por prácticamente ignorar al villano— y que encima James Gunn dirigiera una escena post-créditos como anticipo de Guardianes de la galaxia. Perfecta recolección de síntomas del trabajo en Marvel que pueden estar detrás de la marcha de Wright: claudiación ante la nivelación narrativa siguiendo un plan general para el universo superheroico en conjunto, intromisiones ejecutivas en el resultado final y admisión final de que tu película, al fin y al cabo, no pasa de ser una pieza más en un inmenso conjunto de engranjes unidos unos a los otros.