La aventura criogénica de Stallone, Sandra Bullock y Wesley Snipes
cumple 20 años. Nosotros lo celebramos explicándote cómo se usan las
tres conchas (y muchas cosas más). Por YAGO GARCÍA
Propicios días, ciudadanas y ciudadanos. El servicio de bienestar psicológico y control mental de
CINEMANÍA tiene el placer de anunciaros que hoy es un día de feliz celebración histórica: se cumplen
20 años del día en el que el agente de policía
John Spartan (Sylvester Stallone) despertó de su sueño criogénico, al que había sido condenado injustamente, para así salvar a la villa de
San Ángeles del maligno criminal
Simon Phoenix (Wesley Snipes).
Como recordaréis, Spartan venía del bárbaro siglo XX, de modo que esta
feliz era nuestra de prosperidad, civismo y corrección política le
resultó algo desmotivadora. O, como se diría en su época, más aburrida
que matar un cerdo a besos. Salvo por los tiros y la ultraviolencia,
claro.
Para provecho de las futuras generaciones, las aventuras de Spartan y
su adaptación a nuestra perfecta sociedad fueron registradas en un
documental de título
Demolition Man, que desde
entonces supone un interesante enigma histórico. No es sólo que su
fecha de estreno en los antiguos EE UU figure en las bases de
datos como el
8 de octubre de 1993, sino
que aún hoy nadie se ha aclarado sobre si es un filme de acción
particularmente cazurro, una comedia satírica con muy mala uva o ambas
cosas. En todo caso, aquí tenéis un completo
registro
de hechos sobre la película, en el cual no sólo os revelaremos sus
secretos más recónditos sino que también os enteraréis de una vez de
cómo se usan las tres conchas. ¿Estáis preparados? Pues vamos allá.
Una canción demoledora
Como ya indicamos en su día,
Demolition Man debe su título a la canción homónima que
Sting cedió a
Grace Jones (búscala en el LP
Nightclubbing) y que posteriormente apareció en el álbum
Ghost in the Machine de
The Police. Por
supuesto, el músico inglés no puso ningún reparo para que la película
fuese bautizada con ese título, e incluso volvió a grabarla para su uso
en la banda sonora, rodando el videoclip correspondiente. Sobre cuál de
las tres versiones es mejor... Pues mejor consulta los vídeos de arriba,
y decide tú mismo.
Stallone quiere a Chan
Tras alcanzar su enésimo taquillazo con
Máximo riesgo, Stallone llegó a
Demolition Man como un ciclón: al fin y al cabo, el filme era el debut de un ex director publicitario
(Marco Brambilla) y el productor
Joel Silver (La jungla de cristal, Arma letal, Matrix...) confiaba en él como máximo gancho para la
taquilla, ofreciéndole un rol que había sido rechazado por
Jean-Claude Van Damme y
Steven Seagal. Con 'Sly' de por medio, la película pasó de ser un
trabajo
de serie B a un producto algo más ambicioso, pero también se vio
afectada por las sugerencias del cachas. Y es que Sylvester quería a
Jackie Chan para encarnar al villano
Simon Phoenix. El
astro de Hong Kong se negó, alegando con buen sentido que los papeles
de villano no eran lo suyo, de modo que finalmente el elegido fue
Wesley Snipes, considerado por entonces un talento prometedor gracias a
Los blancos no la saben meter.
Con Chan fuera de juego (aunque se llevó un sentido homenaje en los
diálogos) y Snipes ya teñido de rubio para su papel, Marco Brambilla se
dio cuenta de que las escenas de acción iban a suponer un problema. No
porque al afroamericano se le dieran mal, eso sí, sino por todo lo
contrario: amante de las artes marciales y experto en kárate y capoeira,
Snipes se movía tan rápido que la cámara no captaba bien sus movimientos. El
pobre Wesley se pasó todo el rodaje luchando a baja velocidad, pero al
menos pudo darse el gusto de empuñar un rifle magnético Heckler & Koch G11, considerado por entonces el arma más avanzada del mundo.
Sandra Bullock, en el último momento
¿Te imaginas a
Lori Petty, la chica de
Liberad a Willy, vistiendo el uniforme de la oficial
Lenina Huxley? Pues eso estuvo a punto de ocurrir: Petty, que por entonces cotizaba al alza gracias a
Ellas dan el golpe y
Le llaman Bodhi, fue fichada para
Demolition Man, pero abandonó el rodaje a los pocos días por
"diferencias artísticas" siendo reemplazada por una joven casi desconocida (si no contamos la serie
Armas de mujer, claro) de
nombre Sandra Bullock. La
actriz virginiana dio así su primer paso hacia el estrellato, mientras
que su predecesora en el papel se hundía más y más en el mundo de los
subproductos
(Tank Girl) y las películas directas a vídeo.
Violencia literaria
Aunque el guión de
Demolition Man, en el que participaron al menos cinco personas
, sea
menos sutil que una apisonadora, la película no se libra de unas
gotitas de culteranismo. Las cuales, quién lo iba a decir, salen a la
luz a través del personaje de Sandra Bullock. El nombre de la detective
que guía a John Spartan por este futuro tan
light y blandengue es un homenaje a la novela
Un mundo feliz: "Lenina" es el nombre de uno de sus personajes,
Lenina Crowne, mientras que
"Huxley" hace referencia a
Aldous Huxley, autor de la novela. El guiño, de
nuevo, es de lo más obvio, pero recordemos que
Un mundo feliz se
considera una de las distopías más aterradoras de la ciencia-ficción
precisamente debido a que, en ella, el poder de un régimen despótico no
se basa en el terror, sino en la conformidad. ¿Te recuerda a algo?
Vehículos políticamente correctos
En EE UU, los
"derbys de demolición" son esos
shows automovilísticos cuyos coches chocan entre ellos hasta salir muy mal parados. Mirada desde cierta óptica,
Demolition Man también
fue un derby del motor, pero cuyo propósito era justo el contrario:
gracias a las artimañas negociadoras de Joel Silver, la película se
convirtió en un gigantesco
product placement para los modelos experimentales de
Oldsmobile. Esta división de
General Motors, por entonces en horas muy bajas, facilitó un total de
19 vehículos de última generación, algunos ya a la venta (por precios astronómicos,
of course) y otros todavía en fase de prototipo. Por si sientes curiosidad, el coche en el que viajan Stallone y Bullock es un
Ultralite, diseñado en 1992, con chasis de fibra de carbono y un consumo de tan solo dos litros y medio cada 100 kilómetros.
Si has visto
Demolition Man sabrás que, debido a la Gran Guerra de Franquicias de los 90,
todos los restaurantes del futuro se llaman Pizza Hut... Salvo si vives en EE UU, Canadá o Latinoamérica, en cuyo caso estarás al tanto de que
todos los restaurantes del futuro se llaman Taco Bell. El
hecho de que la firma de comida mexicana para llevar sea popularísima
al otro lado del Atlántico, pero muy poco conocida en el resto del
mundo, sirvió al espabilado de Joel Silver para colocar dos
product placements por
el precio de uno, según el país en el que se estrenara su filme. Sólo
hizo falta que 'Sly' y Sandra Bullock se pasaran a doblar sus líneas de
diálogo correspondientes... Y que un equipo de CGI reemplazase los
logotipos a golpe de píxel. Eso sí, a los artistas se les pasó sustituir
la campanita de Taco Bell en una de las batallas entre el héroe y Simon
Phoenix, dando lugar a uno de los
easter eggs más hilarantes de la historia.
Esos dos tipos tan graciosos
Tratándose de una película tan cachonda, no nos extraña que a
Demolition Man se asomaran dos grandes rostros de la comedia moderna: hablamos de
Jack Black y
Rob Schneider. El primero aparece como uno de los rebeldes liderados por
Edgard Friendly (Denis Leary) y su única línea de diálogo le permite llamar
"gilipollas" al villano
Doctor Cocteau (Nigel Hawthorne). En cuanto al amigo de
Adam Sandler, se
deja ver como un agente de la policía de San Ángeles, precisamente en
la mítica escena de las tres conchas, y como sabemos Stallone le dio un
papel de secundario cómico en
Juez Dredd, dos años más tarde. ¿Qué hubiera pasado si 'Sly' se hubiese fijado en el talento de Black? Nunca lo sabremos...
Un siniestro error de cálculo
Cuando Simon Phoenix va a liberar al resto de criminales
criogenizados, antes de la gran batalla final, se alegra mucho de
encontrar en la lista a
Jeffrey Dahmer, un asesino en
serie que violó y mató a al menos 17 chicos entre 1978 y 1991. Por
entonces, aquello era un chiste muy incorrecto y macabro, pero ahora la
escena sobrepasa las fronteras del humor negro: Dahmer, apodado
'El carnicero de Milwaukee',
fue asesinado por un recluso de la prisión de Columbia (donde cumplía
su sentencia de cadena perpetua) en 1994, casi un año después del
estreno de
Demolition Man.
'Arnie', presidente
Otra coincidencia de fechas, esta más afortunada, que encontramos en
Demolition Man tiene que ver con
Arnold Schwarzenegger. Y
es que, en 1993, la idea de que el cachas austríaco pudiera llegar a
presidente de EE UU resultaba inconcebible, y casi tan graciosa como la
cara que se le queda a John Spartan cuando se entera. Pues bien:
¿recuerdas en qué fecha se convirtió 'Arnie' en 'Governator' de
California? Exacto: en 2003, diez años justos después de que
Demolition Man llegase a los cines.
"¿Cómo se usan las tres conchas?"
Efectivamente, ciudadanos: hemos llegado al momento más esperado de
este informe, ese en el que explicaremos el secreto mejor guardado de
Demolition Man de labios de la propia Sandra Bullock. En la premiere de
Gravity en EE UU, la diva ofreció la siguiente respuesta:
"Sabes
cómo funciona un bidet, ¿no? Pues es parecido: está la concha número
uno, la concha número dos, y luego otra para limpiarte". Según Sandra, la utilidad de estos instrumentos de limpieza va más allá del cuarto de baño:
"También puedes usarlas como maracas, así que son un instrumento musical y un artículo de higiene a la vez".
Señalemos que, unos años antes, Stallone había ofrecido una versión
similar de la misma historia: según 'Sly', dos de los caparazones debían
ser usados para sacar la porquería del cuerpo
"como palillos chinos" (sic),
reservándose la tercera para que el usuario se diese un agüita tras el
hecho escatológico. Todo muy claro, gracias, pero ¿te atreverías a
probar ese sistema en el baño de tu casa?