lunes, 10 de febrero de 2014

O por qué ‘Snowpiercer’, una de las películas más esperadas de los últimos años, acabó convertida en una de las mayores decepciones registradas desde hace tiempo. Por VÍCTOR ESQUIROL

[berlin 2014] de como bong joon-ho se congelo
n Europa central eran las seis y media de la tarde. En el Lejano Oriente pasaban ya de las dos de la madrugada. En Berlín la comunidad cinéfila tomaba asiento en las cómodas butacas del Cinestar 8. Más allá de lo bien que de momento estaba rindiendo la Sección Oficial de la 64ª Berlinale, la atención la concentraba ese cajón de sastre en que se había convertido Forum. Ahí se produciría uno de esos momentos en que el séptimo arte aprovecha para reivindicarse como algo mágico. Íbamos a ver en pantalla grande la última película de uno de los directores más brillantes de este nuevo siglo.
El tren de Snowpiercer llegaba por fin a un gran festival, y de ninguna manera íbamos a dejarlo a pasar. Al fin y al cabo, dicha situación se había dado por algo parecido a un -inesperado- milagro. ¿Se acuerdan de las especulaciones? Las cávalas eran de una lógica aplastante: Bong Joon-ho, apadrinado por Park Chan-wook, firmando uno de los proyectos más ambiciosos en la historia de la riquísima cinematografía surcoreana. “Cae en Canes. Seguro.” Solo que no. “En Venecia, entonces, ya verás...” No lo vimos. “Pues en Toronto. ¡De Toronto no pasa! Verdad...?” Mentira. 
  Entonces empezaron las teorías, ligeramente basadas en hechos reales. Los Weinstein, que no tienen un pelo de tonto, se abalanzaron sobre la cinta. Cierto. Al parecer, y para hacer honor a su mítica tradición, dejaron las dudas para después de la compra. Ésta llegó; ésas llegaron... y ahí estaba la explicación. Harvey está que se sube por las paredes. La película dura más de dos horas y no ve manera humana de estrenarla en las salas de cine.” El desembarco de ‘Snowpiercer’ en su país natal (y en Francia, y en Japón) no pudo evitarlo, pero como aun no estaba perdida la guerra, siempre podía secuestrar las copias en su(s) territorio(s), prohibir su proyección en los grandes certámenes y así ganar un poco de tiempo para arreglar aquel desaguisado. Ya.
 Volviendo a la realidad, los invitados empezaron a desfilar por el escenario del Cinestar 8. Estaba la familia casi al completo, y las cámaras y smartphones echaban humo. Lo mismo que los fotógrafos: no había manera de encuadrar a tanta grandeza. En aquel lugar y en aquel momento teníamos ante nuestras narices al mencionado Park Chan-wook, a John Hurt, a Tilda Swinton, a Song Kang-ho... y a alguno más. Estaba en la sala hasta el ilustrísimo Embajador de Corea del Sur. Pero, ¿y el máximo responsable? Bong Joon-ho no pudo venir. Problemas de agenda, pero en serio, no como los de la Moncloa. El director del filme se encontraba aquellos días en su país, enfrascado en el rodaje de ‘Haemoo’, de su buen amigo y colaborador Sung Bo Shim. Su presencia se quedó en un fantasmagórico video suyo en el que nos pedía mil disculpas por no poder estar con nosotros.
Y después, por fin, nos abrochamos los cinturones. Empezaba el trayecto. Lo hacía, como ya sabíamos, en el año 2031, en un interminable corro de vagones que recorrería, eternamente, una Tierra arrasada por un agente químico causante de un inclemente invierno a escala planetaria. El cambio climático de manos de la célebre novela gráfica de Jean-Marc Rochette. ¿Efecto invernadero? Todo lo contrario: glaciación global. Como en los viejos tiempos. Vamos bien...
Y a partir de ahí, todo fue mal. Y se confirmaron los peores temores. Bong Joon-ho, aquel súper-dotado que arremetió contra la sociedad urbanita en la cáustica Barking Dogs Never Bite, el mismo que dio un sopl(az)o de aire fresco a las monster movies con la imprescindible The Host, el mismo que nos enseñó a ver el relato familiar desde otros ojos en la muy rescatable Mother... pero sobre todo, quien nos regaló aquella implacable reflexión sobre el estado de derecho titulada Memories of Murder (una de las obras maestras más importantes de los últimos tiempos), era humano, y como tal, acababa de caer en un error de mortal: emular a Ícaro. Se vio en plena facultad de sus fuerzas, sabía que aquel era momento y se puso a volar. Hasta que le fallaron las alas.
El camino de Snowpiercer hasta la Berlinale (y hasta todos los países donde tarde o temprano, esperemos, llegará) es la crónica de una agonía. La película entendida como reto cinematográfico, también. Volvamos a navegar. Hipótesis: a lo mejor, si Harvey Weinstein, sigue reteniendo la película, es porque no tiene ni pajolera idea de por dónde empezar a amputar o a volver a montar. La cruda realidad: lo que vimos en la Berlinale fue el Director’s Cut, el mismo que ha llegado a estrenarse en los países antes mencionados.
Sea de quien sea la culpa, el diagnóstico no ofrece tantas variaciones. El resultado inmediato de Snowpiercer se salda en siniestro total. Nada que salvar. Pasadas las horas, el balance general se atenúa... pero sigue siendo igualmente catastrófico. ¿Estamos ante una película mala? No. Ni mucho menos. ¿Ante una película fallida, pues? Sin duda. Pasado el prometedor prólogo, las malas sensaciones lo inundan todo, y por cada alegría (que las hay, por ejemplo, Ed Harris aprovechando sus pocos minutos de juego para reivindicarse, una vez más, como uno de los mejores actores de la historia) vienen después cinco golpes casi mortales. Así durante dos horas.
La dirección de actores está al nivel del caos lingüístico mostrado por el guión. Las explicaciones más necesarias o se omiten o resultan demasiado pobres. La dirección artística combina aciertos con -injustificables- fallos de principiante, y la historia, exceptuando sus últimos veinte minutos, nunca llega a arrancar. Culpa del ritmo, pésimamente calculado, culpa de un misterio gestionado de forma aún peor... culpa de Bong Joon-ho (duele), que en su obsesión por respetar a Rochette (con licencias consentidas por ambos bandos, ojo), se olvida del oficio que le hizo grande.
Lo suyo no es de adaptador. Es de taxidermista de película de terror. Ha conseguido que el animal se esté quietecito en el mostrador, pero al pobre bicho nunca se le había visto tan muerto. Y es que este filme debería convertirse en un caso académico a la hora de ilustrar a las futuras generaciones sobre los peligros de saltar de formato sin pagar el peaje de la traducción. ‘Snowpiercer’, para entendernos, es el cómic (en general) hecho película (ídem). Sin impurezas. Es un excelente storyboard... incapaz de unir convincentemente sus potentes imágenes.
Entre ellas encontramos a George Orwell, y Aldous Huxley, y a Harry Harrison, y a L. Frank Baum, y a Terry Gilliam, y a aquellos primerizos Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro... hasta podemos ver a Ken Levine (y a todo lo que este nombre arrastra). Pero cada uno de ellos sufre el mismo estado de parálisis que el animal disecado. Con las ideas que alimentan la caldera de la locomotora, igual: sobre el papel son buenísimas; matadoras a la hora de trazar metáforas terroríficas sobre nuestro mundo... pero a efectos prácticos, igualmente inertes.
Porque Snowpiercer, en el mejor de los casos, es una película muy bien pensada. En todos los demás, está tristemente ejecutada, y herida de muerte por su propia genialidad. Duele. A la vista, a la mente y al recuerdo. Es un desastre, comparable a querer hacer avanzar un tren de carga empujando desde el último vagón. Un suicidio, ¿verdad? Pues eso mismo. Como con Ícaro, pero con las alas congeladas.
¿Y cómo quedó el cuerpo de Bong-Joon ho después del accidente? Machacado. Normal, cuando terminó la proyección, eran las nueve en Alemania; las cinco de la madrugada en Corea del Sur. A pesar de esto, el director apareció una vez más en la pantalla del Cinestar 8, pero en esta ocasión en riguroso (y despeinadísimo) directo. Alabado sea el Skype. En ese Q&A vía online, una revelación: el montaje que vimos (el del director) sería el mismo (atención) que estrenarán los mismísimos Weinstein (en palabras del propio Bong Joon-ho... y a la espera de ver cumplidas las promesas de los hermanos, que esto ya es otra cosa). Últimas dos preguntas: ¿Cuándo fue la última vez que a Harvey le ganaron en esta batalla? ¿Por qué será?


Una última, para levantar los ánimos: ¿Por qué nos caemos...?

[Berlín 2014] Lars, un fustigador de verdad

Con la presentación de la versión extendida del primer volumen de ‘Nymphomaniac’, Lars von Trier sigue con la tónica de los últimos años: mordiendo en la alfombra roja... y no tanto en la sala de cine. El placer de la tortura recae en Brüggemann y Naishtat. Por VÍCTOR ESQUIROL

[berlin 2014] lars un fustigador de verdad
¿Cómo ha empezado la Competición? Bastante mejor que ayer, aunque toca recordar que el listón estaba puesto muy abajo. Stations of the Cross ha abierto la cuarta jornada. En la nueva película de Dietrich Brüggemann es fácil ver reconocidos tanto a nuestro Javier Fesser de Camino como al Ulrich Seidl de Paraíso: Fe. Defina cóctel molotov; defina via crucis. En este caso, el de una niña criada en una familia ultra-católica, que va a llevar al límite su fe. Dividida en catorce actos (se hace caso omiso de la reforma de Juan Pablo II... lo dicho, manda la vieja escuela) en forma de planos secuencia, la cámara sigue siempre de cerca a su joven protagonista (entonadísima Lea Van Acken, confirmándose que éste es el año de los críos en la Berlinale). Rige, casi siempre, una cámara estática que refuerza las tesis del autor (esto es, ahondar en la fisura entre un mundo que avanza y otro que, simplemente, no) y que paradójicamente, es pura habilidad. Desde su impactante prólogo (apabullante muestra de planificación en la puesta en escena), Brüggemann incomoda, tensiona y pone a prueba. Fustiga, con saña e inteligencia. Se ríe en silencio (pero a carcajada limpia) y después deja que la ambigüedad, igualmente cómica (en su versión más negra, claro), nos lleve hasta un final que depende absolutamente de nosotros. Gracias por la confianza.

¿Cómo ha terminado? A primera vista, mal, pero en realidad muy bien. Explicaciones, por favor. La película Historia del miedo ha batido el récord negativo de Dominik Graf. Durante su proyección en el CinemaxX, el goteo de desertores ha sido continuo. El de víctimas rendidas a los brazos de Morfeo, también. La hemorragia, incontenible. Quizás ya vamos mereciéndonos un descanso... y quizás somos una panda de quejicas. Al grano. El filme de Benjamín Naishtat sigue con la (auto)flagelación (y sí, quizás nuestra espalda se esté quedando sin espacio para las heridas). Su nacionalidad es argentina, pero podría ser perfectamente helena. Hablamos, por supuesto, de la Grecia post-orgía financiera. Por sus venas corre ese sentido de la violencia que adquiere incontables caras. Todas igualmente aterradoras; todas envueltas en una impresionante y muy bien aprovechada fotografía fantasmagórica. El huevo de la serpiente sigue estando, tal vez, en aquellos hanekianos 71 fragmentos de una cronología al azar. No hay tregua, sólo un pánico en constante crescendo, tan extraño como familiar. Esto y una clase privilegiada, consumida por la paranoia en su buñuelesco encierro. De nuevo, vuelven a ver risas implícitas, y mucho espacio para la interpretación. De nuevo, gracias.

¿A quién hemos descubierto en la sombra? A Tsai Ming-liang haciendo lo que tarde o temprano tenía que suceder. Juntar el portento físico de Lee Kang-sheng y Denis Lavant, y convertirlos en dos máquinas perfectas (y en harmonía) de movimiento (ultra-lento) perpetuo. Journey to the West, presentada en el marco de Panorama especial, abre con un primerísimo primer plano de nueve minutos del actor francés. En este lapso de tiempo, apenas cuatro pestañeos, y la sensación de que vamos a poder agarrarle el corazón. Justo cuando empezábamos a recuperarnos del bombardeo de Gondry y Chomsky, nuestra percepción ha vuelto a quedar patas arriba. El tiempo y el espacio se estiran a más no poder. El proceso de deformación da como resultado una criatura inquietante que deambula por las calles de Marsella, convertida de repente en capital de un planeta de otra galaxia. No es una película, es una performance que parece dialogar con todo (y todos) lo(s) que esté(n) en su campo de visión. Es algo único (como casi siempre con Ming-liang) y por ello reivindicable, y es también, cómo no, otra sesión intensiva de flagelación colectiva. Absténganse los impacientes.

Lars Von Trier
¿Quién ha dado la nota? ¿Quién va a ser? Lars von Trier. El danés ha llegado a Berlín para presentar en sociedad la versión extendida (aunque a efectos prácticos, “no-tan-extendida”) del primer volumen de su controvertida (de nuevo, no tanto...) Nymphomaniac. En la alfombra roja, una imagen para la posteridad, y muy en la línea del enfant terrible. Flashes aquí, flashes allá; una sonrisa pícara para ése, una mirada asesina para aquel... y americana fuera. ¿Qué camiseta escondía Lars? Una en la que podía verse la Palma de Oro, símbolo inconfundible del festival de cine de Cannes, con una inscripción, justo debajo, en letras doradas. “Persona Non Grata”, se podía leer. Lars y su habilidad para seguir haciendo amigos... en parte por esto le queremos tanto. En parte por esto nos ha dado tanta rabia el que se confirmara que no pondría un pie en la posterior rueda de prensa. Lo mismo que agitar el látigo y esconder la mano. Feo.


¿Quién ha intentado dar la nota? ¿Quién va a ser? La sombra hecha actor. El infame Shia LaBeouf, acosado (pobrecito...) por la absurdísima polémica de los plagios, ya ha asimilado la crueldad de privar al mundo de su talento artístico. Se retira de la vida pública, dice, pero antes vuelve a darle a lo suyo: a la copia más triste. Al comienzo de la rueda de prensa de Nymphomaniac, el ex (?) actorcillo se ha acercado a su micrófono con posado serio y ha soltado: “Cuando las gaviotas persiguen al pesquero, es porque piensan que las sardinas serán lanzadas al mar”. Acto seguido, se ha largado (adiós, pelma). Y si todavía no ha sonado la campana, googleen. A partir de ahí, se aceptan campañas de crowdfunding para que Eric Cantona (el último perjudicado) y Tom Hardy (por aquello de recordar viejos tiempos) rompan las piernas que tengan que romper. Saquen sus tarjetas de crédito.

Shia LaBeouf
¿Qué comerá el pobre Shia? A parte del polvo, nada. No porque le hayamos castigado, sino porque está deprimido. Del disgusto, se le ha quitado el hambre. Quizás para evitar tentaciones estomacales durante la gala de Nymphomaniac, ha decidido taparse el careto con una bolsa en la que había escrito: “Antes yo era famoso”. Como lo leen. En fin. Y mientras, Thierry Frémaux y el resto del equipo de Cannes, dándole fuerte al silicio y al látigo... la de comidilla a base de escándalos tontísimos que se está perdiendo este año LE Festival...


Osómetro: Dietrich Brüggemann y Benjamín Naishtat, los dos nuevos nombres presentados a concurso, ocupan su posición en la parrilla para la conquista del Oso de Oro. Sin excesivo ruido pero con fuertes argumentos para respaldar su candidatura. En el caso del argentino, directamente llegado de Cine en Construcción, no está de más la excelente recepción (y resultado final) que acabó cosechando Gloria. ¿Se acuerdan de donde venía Sebastián Lelio?

Woody Allen y Dylan Farrow cruzan cartas sobre las acusaciones de abuso sexual

El cineasta publica un artículo en 'The New York Times' donde niega rotundamente haber abusado de su hija adoptiva y culpa a su ex mujer Mia Farrow de conspirar contra él. Por CINEMANÍA

woody allen y dylan farrow cruzan cartas sobre las acusaciones de abuso sexual

Después de unos días de incesante debate en los medios de comunicación y redes sociales, Woody Allen ha decidido responder públicamente a las graves acusaciones de abuso sexual que su hija adoptiva Dylan Farrow proclamó a principios de mes en una carta abierta aparecida en la web de The New York Times. El cineasta se dirige al mismo medio para negar tajantemente las acusaciones de abuso sexual sobre Farrow cuando ésta tenía siete años, tal y como ella, su madre adoptiva Mia Farrow y su hermano Ronan denuncian. "Cuando hace veintiún años Mia Farrow me acusó por primera vez de abuso de menores encontré la idea tan ridícula que ni le di importancia", comienza Allen su texto. "Estábamos en medio de una ruptura terrriblemente agria, con gran enemistad entre nosotros y una batalla por la custodia lentamente empezando a cobrar forma. La transparencia de su maldad interesada parecía tan obvia que ni siquiera contraté a un abogado para defenderme".  
"Pensé inocentemente que la acusación sería desestimada en el acto porque, por supuesto, no había abusado de Dylan y cualquier persona racional podría ver la maniobra que había detrás [de la acusación]", continúa el director, que recalca varias veces a lo largo de la pieza: "No abusé de Dylan". Después de recordar los pormenores de la investigación de la policía de Connecticut que entonces se desató ("Mia insistió en que había abusado de Dylan y la llevó inmediatamente a un médico para que la examinara. Dylan le dijo al doctor que no había sufrido abusos. Mia entonces se la llevó fuera a tomar helado y cuando volvieron la niña había cambiado su historia. La policía empezó la investigación; una posible imputación empezó a colgar de la balanza") y cómo se sometió a una prueba con polígrafo que superó y Mia Farrow se negó a pasar, Allen llama la atención sobre la conclusión de la Clínica de Abusos Sexuales a Menores del Hospital de Yale-New Haven, que lo exoneraba de sospechas: "¿Podría estar más claro? Mr. Allen no abusó de Dylan; probablemente, la niña de siete años vulnerable y estresada fue instruida por Mia Farrow. Esta concuclisión decepcionó a mucha gente".
"Ahora, 21 años después, Dylan aparece con las acusaciones que los expertos de Yale investigaron y encontraron falsas. Más unas pequeñas florituras creativas que han aparecido mágicamente durante nuestro alejamiento", encara el cineasta la reciente actualización de la polémica. "No dudo de que Dylan haya llegado a creerse que sufrió abusos, pero si desde los siete años una niña vulnerable es instruida por su fuerte madre para odiar a su padre porque es un monstruo que abusó de ella... ¿es tan inconcebible que tras tantos años de adoctrinamiento haya enraizado la imagen de mí que Mia quería establecer?". Allen está convencido de que todo se trata de fabricaciones de Mia Farrow transmitidas incansablemente a su hija a lo largo del tiempo.
Para reforzar la idea, aporta sus propias pruebas: "Incluso el lugar donde los abusos inventados habrían sucedido está pésimamente elegido, pero es interesante. Mia escogió el desván de su casa de campo, un sitio al que debería haberse dado cuenta de que nunca habría ido porque es pequeño, estrecho, cerrado, apenas puedes estar de pie y yo tengo una gran claustrofobia. La una o dos veces que me pidió subir para buscar algo lo hice, pero tuve que salir corriendo deprisa. Sin duda, la idea del desván le vino de la canción With My Daddy in the Attic de Dory Previn. Estaba en el mismo álbum que Beware of Young Girls, el tema que Dory Previn escribiró sobre cómo Mia traicionó su amistad al robarle insidiosamente a su marido, André. Uno debe preguntarse: ¿llegó a escribir Dylan la carta o fue al menos guiada por su madre? ¿Beneficia realmente la carta a Dylan o simplemente sirve a los mezquinos planes de su madre? Que son hacerme daño con calumnias. Incluso hay un débil intento de hacerme daño profesional intentando involucrar a estrellas de cine, lo que huele mucho más a Mia que a Dylan".
El cineasta termina el texto afirmando que es su última palabra sobre el asunto y no volverá a responder a nada más relacionado con el mismo ("demasiada gente ha sido ya dañada"). Al día siguiente, Dylan Farrow se dirigió a The Hollywood Reporter para desmentir algunos de los puntos expresados por Allen y reinicidir en las acusaciones. "Nunca he dudado en describir lo que me hizo. Cargaré con los recuerdos de haber sobrevivido a estas experiencias durante el resto de mi vida", comienza Farrow su respuesta. "Insiste en que mi madre presentó cargos criminales cuando, en realidad, fue un pediatra quien comunicó el incidente a la policía basado en mi testimonio de primera mano (...) Asegura que pasó una prueba de polígrafo cuando, en realidad, se negó a hacer el test de la policía estatal (contrató a alguien para hacer su propio test, que las autoridades no aceptaron como prueba)".

A continuación, recurre a las conclusiones del juicio de custodia presidido por el juez Elliott Wilk (a quien Allen acusa de animadversión hacia él debido a su relación con Soon Yi) en 1992, donde se le concedió a Mia Farrow la custodia de Dylan y Ronan, para terminar diciendo: "Woody Allen tiene un arsenal de abogados y publicistas, pero algo que no tiene de su lado es la verdad".

Mike Tyson, Pamela Anderson y Russell Brand protagonizan lo próximo de Werner Herzog

El genial cineasta alemán está armando el cásting más extravagante de su carrera para una adaptación de 'Vernon Dios Little', libro de DBC Pierre sobre un tiroteo en un instituto. Por CINEMANÍA

mike tyson pamela anderson y russell brand protagonizan lo proximo de werner herzog

Si la unión de Werner Herzog (genio del cine y devorador ocasional de zapatos) con Robert Pattinson en el papel de Lawrence de Arabia para su próxima Queen of the Desert, un biopic de Gertrude Bell protagonizado por Nicole Kidman, ya te parecía que quedaba cerca del límite de lo insólito, prepárate para el otro proyecto que el director de Múnich tiene en preparación justo después. Con pocas horas de separación, The Wrap anunció que el cómico británico Russell Brand (Paso de ti, Todo sobre mi desmadre) era la primera incorporación al cásting de la adaptación de Vermon Dios Little mientras The Hollywood Reporter añadía los nombres de Mike Tyson y Pamela Anderson al reparto. Tal cual.

Un trío de intérpretes de lo más llamativo y variopinto que, a decir verdad, para el hombre que tuvo que lidiar con Klaus Kinski probablemente sean como dóciles borreguitos. El caso es que la adaptación de Vermon Dios Little (guión firmado por Andrew Birkin, autor de los libretos de El nombre de la rosa y El perfume) comenzará a rodarse en primavera, en cuanto acabe la producción de Queen of the Desert. El popular libro original de DBC Pierre cuenta en clave de humor negro la historia de Vernon Little, un adolescente de 15 años que vive en Texas y de un día para otro se convierte en un gran foco de atención mediático debido a la matanza cometida por su mejor amigo en su instituto antes de suicidarse. Ahora imagina esa historia con estos nombres en juego: Herzog, Brand, Tyson, Anderson. Las posibilidades que se abren son infinitas.

[Berlín 2014] Mr Clooney se desploma; Monsieur Gondry nos ilumina

El Palast se convierte, por obra y gracia de George Clooney y Dominik Graf, en un campo de batalla contra el sueño y otros percances narcolépticos. En la traicionera calma de Panorama, Michel Gondry toma las riendas del certamen Por VÍCTOR ESQUIROL

[berlin 2014] mr clooney se desploma monsieur gondry nos ilumina
¿Quién ha acaparado los flashes? George Clooney, y Matt Damon, y John Goodman... y alguno más. Con la Competición en estado comatoso (ahora llegaremos), las esperanzas de la organización para esta tercera jornada estaban puestas en el glamour hollywoodiense. Pero ni así nos hemos salvado del naufragio. Las estrellas han lucido, pero con el piloto automático puesto. Con esto les basta en la alfombra roja... en la pantalla, no. The Monuments Men es la quinta película de Mr. Clooney como director, pero parece que esté dirigida por su inseparable colaborador Grant Heslov. Como ‘Los hombres que miraban fijamente a las cabras’, pero peor. Mucho peor. La historia (real, con licencias, claro) es Histórica, y trata sobre una escuadrilla de soldados que durante la Segunda Guerra Mundial se dedicó a “robar a los ladrones”, es decir, a recuperar las obras de arte desvalijadas por toda Europa para mayor gozo del Führer. Es, en realidad, poco más que un vídeo de gatitos de YouYube, solo que dura dos horas que se hacen interminables. Durante este tiempo, grandes actores se dedican a comprobar hasta dónde pueden llegar con la inercia de su carisma. Se trata de hacer coqueterías con el uniforme de soldado, y ya. Cansa demasiado pronto. Los intentos para aportar nuevos argumentos a la causa son nulos. La vagancia y la auto condescendencia toman el control; la aventura se convierte en -aburrida- excursión, y las sonrisas en expresiones de incredulidad. Testigo de la negligencia, a la narración más desesperadamente inconexa, al peor cine de amiguetes. Un despropósito total.   Indigna de Clooney (indigna con la historia también).
¿Dónde nos hemos llevado el susto? En el Palast, por supuesto, territorio abonado este año a las emociones fuertes. Durante la proyección de The Monuments Men, los acontecimientos han dado un giro que ni hubiera concebido el guionista más oportunamente macabro. Por si no estuviéramos sufriendo lo suficiente con la proyección. Mientras George Clooney y su panda de holgazanes ponían en la misma balanza el valor de una vida humana y el de una obra de arte, han empezado a oírse gritos provenientes del segundo piso. Una mujer pidiendo asistencia médica; llamada de socorro que se ha ido extendiendo en el patio de butacas. Un hombre ha perdido la conciencia y se ha desplomado. “¡Que alguien pare la película!”... y qué alivio. Perdón. Mientras entraban las asistencias médicas y se retomaba la proyección, los de la organización nos han asegurado una y otra vez que todo estaba bajo control. Esperemos.



¿Qué hay de la competición? No mucho. En lo único que triunfado la única película presentada hoy a concurso ha sido a la hora de sembrar en el Palast butacas vacías y cogotes peligrosamente inclinados sobre el respaldo del asiento. Dudoso honor. En defensa de Beloved Sisters (así se titula la pastilla), decir que estaba programada a las más bien poco propicias ocho y media de la mañana, cosas de llegar casi a las tres horas de metraje... la parrilla tiene que respirar por algún lugar u otro. 170 minutos en los que reflexionar sobre si Dominik Graf, director de la cinta, es un genio, un insensato o, directamente, un idiota. “Las (des)venturas del joven Schiller": el cineasta bávaro se concede, porque él lo vale, las licencias Históricas que más le convienen. Así, Herr Friedrich se lo pasa teta con Hannah Herzsprung y la preciosa Henriette Confurius, y mientras desfilan por la pantalla unos rótulos al más puro estilo Power Point, el romanticismo alemán y el cine de época se quedan como Dios los trajo al mundo. Entre lo ridículo y lo involuntariamente cómico. Lo increíble, vaya. Durante tres horas. Y muchos, en el Palast, irremediablemente desnucados.
¿Qué hemos descubierto en la sombra? In Panorama We Trust. La sección secundaria (?) por excelencia de la Berlinale ya ha puesto la velocidad de crucero (aviso a tripulantes: atentos estos días a lo que se mueva por ahí). Para muestra, Is the Man Who Is Tall Happy?, “nuevo” trabajo del siempre interesante Michel Gondry; documental artesanal concebido a lo largo de cuatro años y a partir de una entrevista de tres horas con “el pensador más grande en vida”, es decir, Noam Chomsky. El resultado de la ecuación es el que cabía esperar. La (sobre)saturación audiovisual se materializa en hora y media de incontenible tempestad neuronal, al final de la cual el cerebro acaba frito pero, a poco que se haya prestado atención, más sabio. Imposible entender más del 10% en su primer visionado; imposible procesar más del 20% de todos golpes. ¿Desesperante? Sí, pero todavía -mucho- más estimulante. En ella, la deconstrucción se lleva literalmente hasta los confines del universo. Los procesos cognitivos y el lenguaje pierden el sentido para adquirir uno nuevo, capaz de dotarnos de (también) nuevos ojos con los que ver un mundo que, efectivamente, se antoja como nuevo. Chomsky no calla, y apabulla. Como el excelente profesor que es, no responde, sino que plantea una infinidad de preguntas, a cada cual más esclarecedora. Gondry se deja barrer, y pone toda su sabiduría videoclipera para hacer de este apasionante laberinto algo hermoso... hasta comprensible.
¿Cuáles han sido las frases del día? Las disparadas por Michel Gondry en la ronda de preguntas posterior a la proyección de su película. Apunten. “Antes de entrevistar a Noam Chomsky llevé a cabo mucha investigación previa... aun así hice el ridículo.”“Tuve que mirarme mi propia película unas cinco veces para acabar de entenderla. [...] Quiero distribuirla también por internet, lo cual es ideal para darle al botón de la pausa y para volver atrás las veces que haga falta. Es necesario.” No miente.



¿Dónde estaba el Jurado? Adivinen. Acompañando, al completo, a su compañero Gondry. Por si todavía no se había entendido, la gracia estaba hoy en evitar el sello de lo “Oficial”.
¿Y cómo se come todo esto? No se puede; mejor ni intentarlo. Esto sí, descubrir que una conocida marca alemana de coches ha habilitado este año una carpa para que los miembros acreditados de la prensa nos llenemos el estómago sin miedo a pagar factura alguna, ayuda mucho. Café, zumos, bebidas con gas, fruta y un surtido variado de pastas mantecosas. Como los legendarios festines del gorroneo en que se han acabado convirtiendo los desayunos de Horizontes Latinos del Zinemaldia, pero en versión pija. ¿Recuerdan la expresión de felicidad absoluta en los rostros de Merry y Pippin cuando se vieron con la “obligación” de zamparse toda la despensa de Saruman? Exactamente así... como putos hobbits, nos hemos puesto hoy.
Osómetro: Sin novedad en el frente. El Oso de Oro haría bien ignorando al último plasta que ha venido a rondarle. Excepto posesión colectiva por parte del Jurado, descartamos ya a Dominik Graf de la lucha. Siguen con las posibilidades intactas Edward berger, Yann Demange y cómo no, el gran Wes Anderson.

CINEMANÍA en la Berlinale 2014
Crónica 1: Wes Anderson abre las puertas del Palast

Crónica 2: Edward Berger y Yann Demange presentan candidatura

Mads Mikkelsen, fichaje de lujo para 'Ley primera' de Diego Rafecas

Mads Mikkelsen ha tenido que esperar al éxito de la serie ‘Hannibal’ (varios, 2013-2014) para que al fin en todo el mundo se reconozca debidamente su talento. Es uno de los actores más carismáticos e inspirados del momento, aunque precisamente el psicópata caníbal que interpreta en televisión no sea uno de sus mejores trabajos. Está formidable en ‘La caza’ (‘Jagten’, Thomas Vinterberg, 2012), uno de los estrenos más destacados del año pasado en España y una de las cinco nominadas al Oscar en la categoría de habla no inglesa. Si no la habéis visto ya, buscadla, sobre todo ahora que el increíble caso de pederastia de Woody Allen ha vuelto a saltar a los medios.
Pero volvamos a la noticia. El intérprete danés es el último y estelar fichaje de ‘Ley primera’ —o ‘First Law’—, una coproducción entre Argentina y Estados Unidos que se está moviendo por el mercado de la Berlinale para cerrar la financiación. Se trata del nuevo trabajo del argentino Diego Rafecas —‘Un Buda’ (2005), ‘Cruzadas’ (2011)— y en el reparto al que acaba de sumarse Mikkelsen figuran Armand Assante, Adriana Barraza, Juan Palomino, Roberto Vallejos, Tomás Fonzi, Charo Bogarin y Liz Solari, entre otros. Por lo visto se habló también de incorporar a Harvey Keitel y Pierce Brosnan pero las negociaciones no debieron llegar a buen puerto.
Basada en una historia real, ‘Ley primera’ aborda la temática de la legitimidad y legalidad de las tierras fiscales, ocupada en su mayoría por aborígenes, centrándose en dos hermanos muy diferentes, uno ejecutivo de una multinacional y otro bajo el ala del chamán de una tribu, cuya lealtad es puesta a prueba cuando su tierra natal se enfrente a la destrucción. Con un poco de suerte la tendremos en los cines en 2015.

Vía | Cinescondite

Ed Skrein protagonizará la nueva trilogía de 'Transporter'

Frank Martin tiene nuevo rostro. Como recordaréis, a menos que tengáis memoria de pez o llevéis unos días sin entrar en vuestra página favorita (ejem), Luc Besson ha puesto en marcha una nueva trilogía de ‘Transporter’ centrada en los orígenes del protagonista. La difícil misión de reemplazar al popular Jason Statham ya ha concluido con el fichaje de Ed Skrein.
¿Y quién es este chico? Un inglés de 30 años al que muchos conoceréis por encarnar al mercenario Daario Naharis en la tercera temporada de la divertida ‘Juego de tronos’ (‘Game of Thrones’, varios, 2011-2014). No es el suyo uno de los personajes más interesantes de la serie, pero Skrein no lo hizo mal. De momento su carrera en cine solo consta de tres títulos, destacándose su trabajo en ‘Ill Manors’ (Ben Drew, 2012), inédita en España. ¿Alguno de vosotros la ha visto?
Camille Delamarre se ocupará de dirigir un guion escrito por Bill Collage y Adam Cooper en el que al parecer se explorará la relación de Frank con su padre. Seguro que nos dejan con la boca abierta. La nueva ‘Transporter’ costará 30 millones de dólares y comenzará a rodarse en junio con el objetivo de estrenarla en 2015.

Vía | Variety

Philip Seymour Hoffman en diez escenas memorables




Cuando Phil venía con un gran papel, no había límites. Podíamos hablar sobre cualquier aspecto. Cualquier parte de su vida. Su amor por el personaje era tan grande, tanto deseaba llegar a la verdad, que estaba dispuesto a viajar a lugares muy complicados.
(Tony Greco, profesor de interpretación de P.S. Hoffman)

Ha pasado una semana desde que Philip Seymour Hoffman dejó este mundo, con solo 46 años, y todavía me cuesta asimilarlo. El día antes estuve a punto de escribiros que el estadounidense había encontrado protagonistas para el que iba a ser su segundo trabajo como director (‘Ezequiel Moss’). Decir que fue uno de mis actores favoritos es quedarme muy, muy corto. Para mí era más que eso, era una de las principales razones por las que amo el cine. He perdido una. Así lo siento. Y evitemos pensar en que no habrá otra colaboración con Paul Thomas Anderson, el director con el que mejor se entendió…
Afortunadamente para nosotros, los actores son inmortales. Nos queda su legado, siempre podremos volver a verles acudiendo a sus películas. Hoffman hizo de todo. Actuar es arte pero también un trabajo. En su caso, participó en más de sesenta títulos según IMDb —contando cine, televisión y cortos—, por lo que como es evidente no todo es destacable o valioso. Intervino en películas olvidables, sin embargo, él siempre dejaba instantes maravillosos. Quiero que nos centremos en sus interpretaciones y por eso dejo diez vídeos —más uno arriba cuando ganó el Oscar— con diez escenas irrepetibles de Philip Seymour Hoffman. Que lo disfrutéis.

‘Boogie Nights’ (P.T. Anderson, 1997)


‘Magnolia’ (P.T. Anderson, 1999)


‘Casi famosos’ (‘Almost Famous’, Cameron Crowe, 2000)


‘Embriagado de amor’ (‘Punch-Drunk Love’, P.T. Anderson, 2002)


‘Truman Capote’ (‘Capote’, Bennett Miller, 2005)


‘Mission: Impossible III’ (J.J. Abrams, 2006)


‘La guerra de Charlie Wilson’ (‘Charlie Wilson’s War’, Mike Nichols, 2007)


‘La duda’ (‘Doubt’, John Patrick Shanley, 2008)


‘Los idus de marzo’ (‘The Ides of March’, George Clooney, 2011)


‘The Master’ (P.T. Anderson, 2012)


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Goya 2014 | 'Vivir es fácil con los ojos cerrados' coronada como la mejor película del año

Terminada la 28ª edición de los Premios Goya, tras una ceremonia que se ha hecho eterna y que puede que se sitúe entre las más aburridas de los últimos años. Pero no hemos venido a hablar de la gala —de eso ya nos encargaremos mañana—, sino de los premios. La tierna y luminosa ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ de David Trueba se ha alzado con 6 ‘cabezones’ —de no tener ninguno a esto—, incluyendo el de mejor película, mejor dirección, mejor actor para Javier Cámara y mejor actriz revelación para Natalia de Molina. La opción fácil para los académicos, sí, pero también muy merecedora de los premios y la atención —además, David Trueba nos ha regalado los mejores discursos de la ceremonia—.
La flamante Marian Álvarez recogía emocionada y decidida su Goya como mejor actriz por ‘La Herida’, que también conseguía el Goya a la mejor dirección novel para Fernando Franco. Por su parte, ‘La gran familia española’ —que tenía el mayo número de nominaciones— sólo se ha llevado dos: el de mejor canción y el de mejor actor de reparto para el gran Roberto Álamo, el premio más inesperado de la noche. Pero si tenemos que hablar de triunfadoras, esa ha sido ‘Las brujas de Zugarramurdi’, la última locura de Álex de la Iglesia, que además del Goya a la mejor actriz de reparto para Terele Pávez —la gran ovación de la noche—, se ha alzado, literalmente, con todos los premios técnicos sumando hasta ocho estatuillas.
Aunque en general ha habido poca emoción y poca gracia —¿soy la única que piensa que los Chanantes deberían presentar la gala el año que viene?—, pero los premios han estado acertados, aunque sin correr riesgos. Os dejamos con la lista completa de ganadores tras el salto.

- Mejor película:
15 años y un día
Caníbal
La gran familia española
Vivir es fácil con los ojos cerrados
La herida

- Mejor dirección:
Gracia Querejeta por ’15 años y un día’
Manuel Martín Cuenca por ‘Caníbal’
Daniel Sánchez Arévalo por ‘La gran familia española’
David Trueba por ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’

- Mejor dirección novel:
Fernando Franco por ‘La herida’
Rodrigo Sorogoyen por ‘Stockholm’
Neus Bellus por ‘La Plaga’
Jorge Dorado por ‘Mindscape’

- Mejor guión original:
Tres bodas de más
La gran familia española
La herida
Vivir es fácil con los ojos cerrados

- Mejor guión adaptado:
Alacrán enamorado
Caníbal
Todas las mujeres
Zipi y Zape y el club de la cánica

- Mejor música original:
An Night in Old Mexico
La mula
Las brujas de Zugarramurdi
Vivir es fácil con los ojos cerrados

- Mejor canción original:
15 años y un día
A Night in Old Mexico
Alegrías de cádiz
La gran familia española

- Mejor interpretación masculina protagonista:
Tito Valverde por ’15 años y un día’
Antonio de la Torre por ‘Caníbal’
Eduard Fernández por ‘Todas las mujeres’
Javier Cámara por ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’

- Mejor interpretación femenina protagonista:

Inma Cuesta por ‘Tres bodas de más’
Marian Álvarez por ‘La herida’
Aura Garrido por ‘Stockholm’
Nora Navas por ‘Todos queremos lo mejor para ella’

- Mejor interpretación masculina de reparto:
Carlos Bardem por ‘Alacrán enamorado’
Juan Diego Botto por ‘Ismael’
Antonio de la Torre por ‘La gran familia española’
Roberto Álamo por ‘La gran familia española’

- Mejor interpretación femenina de reparto:

Susi Sánchez por ’10.000 noches en inguna parte’
Maribel Verdú por ’15 años y un día’
Terele Pávez por ‘La brujas de Zugarramurdi’
Nathalie Poza por ‘Todas las mujeres’

- Mejor actor revelación:
Berto Romero por ‘Tres bodas de más’
Hovik Keuchkerian por ‘Alacrán enamorado’
Patrick Criado por ‘La gran familia española’
Javier Pereira por ‘Stockholm’

- Mejor actriz revelación:
Belén López por ’15 años y un día’
Olimpia Melinte por ‘Caníbal’
María Morales por ‘Todas las mujeres’
Natalia de Molina por ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’

- Mejor dirección de producción:

Tres bodas de más
Las brujas de Zugarramurdi
Los últimos días
Zipi y zape y el club de la cánica

- Mejor dirección de fotografía:

15 años y un día
Caníbal
Las brujas de Zugarramurdi
New York Shadows

- Mejor montaje:
Tres bodas de más
La gran familia española
La herida
Las brujas de Zugarramurdi

- Mejor dirección artística:
Alacrán enamorado
Caníbal
Las brujas de Zugarramurdi
Zipi y Zape y el club de la caníca

- Mejor diseño de vestuario:
Tres bodas de más
La gran familia española
Las brujas de Zugarramurdi
Los amantes pasajeros

- Mejor maquillaje y peluquería:
Tres bodas de más
Las brujas de Zugarramurdi
Grand Piano
La gran familia española

- Mejor sonido:
Caníbal
La gran familia española
La herida
Las brujas de Zugarramurdi

Mejores efectos especiales:
Las Brujas de Zugarramurdi
La gran familia española
Los últimos días
Zipi y Zape y el club de la cánica

- Mejor película de animación:
‘El extraordinario de Lucius Dumb’ de Maite Ruiz de Austri
‘Futbolín’ de Juan José Campanella
‘Hiroki. Defensores de Gaia’ de Manuel González Mauricio
‘Justin y la espada del valor’ de Manuel Sicilia Morales

- Mejor película documental:

‘Con la pata quebrada’ de Diego Galán
‘Guadalquivir’ de Joaquín Gutiérrez Acha
‘Las maestras de la República’ de Pilar Pérez Solano
‘Món petit’ de Marcel Barrena

- Mejor película Iberoamericana:
‘La jaula de oro’ de Diego Quemda-Díez
‘El médico alemán. Wakolda’ de Lucía Puenzo
‘Azul y no tan rosa’ de Miguel Ferrari
‘Gloria’ de Sebastián Leilo

- Mejor película europea:
‘Amor’ de Michael Haneke
‘La caza’ de Thomas Vinterberg
‘La gran belleza’ de Paolo Sorrentino
‘La vida de Adèle’ de Abdelatif Hechiche

- Mejor cortometraje de ficción español:
‘Abstenerse agencias’ de Gaizka Urresti
‘De noche y de pronto’ de Arantxa Echevarría Carcedo
‘El paraguas de colores’ de Eduardo Cardoso
‘Lucas’ de Álex Montoya
‘Pipas’ de Manuela Moreno

- Mejor cortometraje de animación español:

‘Blue& Malone.Detectives imaginarios’ de Abraham López Guerreo
‘Cuerdas’ de Pedro Solís García
‘O xigante’ de Julio Vanzeler, Luis da Matta
‘Vía tango’ de Adriana Navarro Álvare


- Mejor cortometraje documental español:
‘El hombre que estaba allí’ de Luis Felipe Torrente Sánchez-Guisande, Daniel Suberviola Garrigosa
‘La alfombra roja’ de Iosu López Cía, Manuel Fernández Rodríguez
‘La gran desilusión’ de Pedro González Kuhn
‘Minerita’ de Raúl de la Fuente

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Unos Goya del Futuro


Si me preguntáis qué fue lo mejor de la gala de los Goya de anoche, la que celebraba su vigésima octava edición, os diré que, claramente, la cúspide del humor Pythonesco que proporcionaron los habitualmente inspirados Muchachada Nui. Con su categoría inventada – mejor película que no se llegó a rodar – sentí las carcajadas más genuinas de la noche, por no hablar de unas ansias increíbles de ver 23F-Transformers muy pronto en mis pantallas. Pero es que eso no es nuevo: creo que nadie debe ignorar el talento inmenso de Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y Carlos Areces para el humor surreal.
No es que tuviera antipatía alguna contra Manel Fuentes, el esforzado y discreto presentador de la gala, que escogió una variante de humor demasiado radiofónica y subrayada, poco inspirada, pero que, por otra parte, demostró gran celeridad, escasa ansia de protagonismo sin variar las constantes habituales de la gala – con el habitual gag de inserto en las candidatas a mejor película – ni, esta vez, alargar en exceso la ceremonia.

Hubo de todo sí, aunque no todo estuvo demasiado bien. ¿Lo más sonrojante? El número musical de Fuentes y Cía, desaprovechado, arrítmico. ¿Lo más melódico? Esa otra película no rodada, Meriendacena, que devolvió al baile su condición de humorada absoluta. ¿Lo más emocionante? Indudablemente, la victoria de Terele Pávez, un ciclón de los escenarios que ganó el premio con una emoción recordable.
Porque el guión de los Goya estaba escrito, como acostumbra a ser ya habitual, por estos medios de comunicación que, multiplicados por el ruido de la Red, dieron ya un montón de titulares en la ausencia, al parecer forzada, del ministro de cultura y educación, José Ignacio Wert. El secretario de estado de Cultura, sin embargo, hizo aparición, pero el talante de José María Lassalle, que salió a terminar con el incendio de Wert y Montoro con celeridad, ha sido siempre culto, educado y prudente.
Aún así, se iban a oír reivindicaciones ¡y vaya si se oyeron! Un combativo Javier Bardem recordó el espíritu de los viejos Goya al dar un premio mandando recado al gobierno actual mientras que Jaime de Arminán recogía un premio trayendo la cálida historia de una jota bailada en un club parisino, en medio de las entreguerras (¿quien necesita a la ficción existiendo tales recuerdos?).
Hablemos de premios, pues. Seamos justos: los premios fueron inesperados, sorprendentes y, en su mayor parte, justos. ¿Los deseados por este muchachito que os escribe? Seguramente no, pero esa no es la labor de los premios: la labor de los premios, pienso, es no equivocarse o no hacerlo demasiado escandalosamente.
Estoy feliz, muy feliz, para los premios a la fotografía de la espectacular ‘Caníbal’ (id, 2013), para Fernando Franco y Marian Álvarez por esa película valiente, conmovedora y rompedora que es ‘La Herida’ (id, 2013) y qué alegría que Javier Pereira fuera el escogido para dar brío a esa rareza bienvenida, ‘Stockholm’ (id, 2013) otro debut lleno de sorpresa y brillo que ha animado el pasado año cinematográfico.
Estoy sorprendido con el triunfo del gran ausente, Álex de la Iglesia, cuyas ‘Brujas de Zurragamurdi’ (id, 2013) se llevaron todos los premios técnicos, a excepción de la citada fotografía, sin ningún rival que le arrebatara categoría alguna. Pávez, premiada por actriz secundaria, terminó dando empaque a las estatuillas recibidas.
¿La gran perdedora? El éxito de taquilla, y la que quizás era la opción más satisfactoria para el público comercial, era ‘La gran família española’ (id, 2013) de Daniel Sánchez Arévalo que fue la gran derrotada de la noche.
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¿Y quién apareció en su lugar? David Trueba. ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ (id, 2013) es una película comercial, aunque decididamente encantadora. Ambientada en un pasado en el que todo era posible porque, precisamente, todo era sombrío, gris y sin esperanza, la odisea sentimental cuenta con una interpretación memorable, felizmente premiada en la gala, de Javier Cámara, muy bien acompañado de Natalia de Molina, merecida actriz revelación.
Y Trueba ganó, vaya si ganó, al alzarse con mejor película, guión original y dirección. Homenajeó al humilde trabajador, Juan Carrión, sentado a su lado a lo largo de toda la gala. Y tomó la palabra con un estilo dandy, que fue un magnífico contrapunto a la consigna, al cliché fácil, a la crítica sencilla.

Trueba dio tres discursos ¡y fueron lo mejor de la noche, de lejos! Emocionó sin alzar la voz, habló de un público menos odiador de lo que a veces pudiera parecer y más afectuoso y agradecido de lo que se da parte, mandó elegantes y sutiles muestras de afecto político y sentimental y dejó una frase bellísima para el recuerdo ¿Qué sería de la vida si no nos insultara quien nos debe insultar?
Fue, en pocas palabras, lo mejor de los Goya: una mirada al futuro, hecha por quien no ha hecho otra cosa que conocer un poco más su tradición. Fue la emoción legítima y el premio inesperado. Fue la humildad, pues habló de los actores al ganar un premio él como director, y fue la paciencia, pues recomendó otra vez aquello de saber perder, con lo que ya tituló una novela.

En fin, Trueba respetó aquél viejo mandamiento de las películas, el de dar lo mejor al público al tercer acto. Y así fue.

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'The Two Faces of January', tráiler y cartel de la película con Viggo Mortensen, Kirsten Dunst y Oscar Isaac


No voy a decir “ojo a esto” pero… echadle un vistazo. Os traigo el cartel y el esperado tráiler de ‘The Two Faces of January’, el debut en la dirección de Hossein Amini, guionista de ‘Shanghai’ (Mikael Håfström, 2010), ‘Drive’ (Nicolas Winding Refn, 2011), ‘Blancanieves y la leyenda del cazador’ (‘Snow White and the Huntsman’, Rupert Sanders, 2012) y ‘La leyenda del samurái’ (‘47 Ronin’, Carl Rinsch, 2013), entre otras.
Ha pasado más de un año desde que apareció la primera imagen oficial de esta interesante adaptación de ‘Las dos caras de enero’ de Patricia Highsmith. Un reparto encabezado por Viggo Mortensen, Kirsten Dunst y Oscar Isaac —revalorizado tras su excelente interpretación en ‘A propósito de Llewyn Davis’ (‘Inside Llewyn Davis’, Joel & Ethan Coen, 2013)— es el principal reclamo de un film que se presentará mañana en la Berlinale. En algunos países ya saben que podrán verla en mayo aunque de momento no hay fecha para el estreno en España. Imagino que con estos actores no tendremos que esperar mucho…
‘The Two Faces of January’ se centra en tres personajes que llevan demasiado tiempo esperando una oportunidad para cambiar el rumbo de sus vidas. El asesinato de un policía une los destinos de tres norteamericanos en Grecia, que deben colaborar para evitar la cárcel y escapar del país…


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