Era cuestión de tiempo que
los spin-offs empezaran a
ganar popularidad dentro del cine de animación, ya que no es nada raro
que algunos personajes secundarios despierten tanta pasión que
seguramente sería más rentable para el estudio centrarse en hacer
películas con ellos como protagonistas. No es, obviamente, un fenómeno
nuevo, pero sí que parece que va a ir más gracias a -o por culpa de-
títulos como '
Los Minions' ('The Minions', Kyle Balda y Pierre Coffin, 2015) y '
Los pingüinos de Madagascar' ('Penguins of Madagascar', Simon J. Smith, 2014).
Es 'Los pingüinos de Madagascar' la que ahora nos interesa, pues la película protagonizada por estos aves salidos de
la franquicia 'Madagascar' que ya tuvieron su propia serie de televisión se estrena este próximo viernes
28 de noviembre con la esperanza de convertirse en todo un éxito entre los más pequeños de la casa, aunque para ello tendrá que superar a
un duro competidor. Por mi parte,
no
podía tener menos ganas de verla y quizá por ello la sorpresa fue
notable, pues disfruté mucho más de lo que jamás hubiese creído posible
-lo cual tampoco es decir mucho-.
Un buen entretenimiento familiar

Yo mismo he de confesar que iba teniendo asumido que era bastante
probable que odiase este spin-off de una franquicia que siempre me había
sido un tanto indiferente. Además, no consideraba que los pingüinos
fuesen capaces de llenar un largometraje sin acabar cansando, pues
muchas producciones de este tipo caen en el error de asumir que lo mismo
que funciona en pequeñas dosis lo hará siendo el eje del relato. Pues
bien,
su frenético y muy divertido arranque, lo mejor de la
función y que por sí solo prácticamente justifica la existencia de 'Los
pingüinos de Madagascar', ayuda a desterrar bien pronto esa idea.
Y es que 'Los pingüinos de Madagascar' opta por darlo todo en sus
primeros minutos para captar nuestra atención y que nos interesemos lo
máximo posible en lo que no termina en derivar en una nueva historia de
venganza de alguien que sufrió en la sombra por culpa de nuestros
protagonistas, pero sin que ellos fueran conscientes de ello. Eso sí, se
agradece que
el guión de John Aboud, Michael Colton y Brandon Sawyer
sea consciente de lo absurda y limitada que es su premisa principal,
apostando en todo momento por una acertada ligereza en la que hay unos
cuantos chispazos de humor que hacen todo la mar de llevadero, y eso que
hay bromas que no terminan de funcionar.
Además, la animación sirve para realzar la sensación de ágil aventura
que se quiere transmitir, donde las cosas van sucediéndose con
celeridad para hasta cierto punto esconder que todo podría haberse
resuelto fácilmente con una hora de metraje. Es eso lo que justifica la
inclusión de un comando de élite que también va tras el villano, pues su
presencia de por sí no añade más que algún instante simpático y la
posibilidad de diversificar un poco en lo narrativo al permitir el
momento ciertas pausas.
La cuestión es que nunca llegas a aburrirte, incluso siendo perfectamente consciente de sus limitaciones autoimpuestas.
El lado negativo de 'Los pingüinos de Madagascar'

Si algo hay que tener claro sobre 'Los pingüinos de Madagascar', es
que no es una película en la que vayas a encontrar sorpresas de ningún
tipo y que está claramente enfocada para los más pequeños de la casa.
¿Es eso algo necesariamente malo? Para nada, pero sí que limita el
impacto que pueda causar y la condena a ser
un pasatiempo más o
menos eficaz que muestra sus mayores debilidades cuando tiene que
resolver la amenaza que ha planteado a los protagonistas.
Es entonces cuando esa chispa que había ayudado a que
pasásemos por alto su excesiva simpleza empieza a coquetear
peligrosamente con la típica moralina barata para transmitir un mensaje
positivo a los niños. Hay algún pequeño detalle de guión
redentor y al menos nunca llega a resultar insultante, algo demasiado
habitual en estos casos, pero la película pierde brío de forma innegable
e impide que el conjunto sea más atractivo y consistente, pues no pasa
nada por decir que 'Los pingüinos de Madagascar'
va de más a menos.
En definitiva,
'Los pingüinos de Madagascar' no es una gran
película, pero tampoco una pérdida de tiempo, ya que sus responsables
han dedicado el suficiente esfuerzo e ingenio para que se convierta en
una disfrutable pasatiempo familiar para aquellos que sigan
siendo capaces de pasarlo bien con una producción muy sencilla -y
bastante simple- que jamás reniega de ello. Cierto que al final flaquea
un poco más de lo deseable, pero sigue siendo una opción a tener en
cuenta para aquellos que quieran ir al cine con los más pequeños de la
casa.
Via:blog de cine