Hemos visto 30 minutos de una de la grandes películas del verano. A pesar del secretismo que rodea a todos los proyectos de Abrams/Bad Robot, esto es lo que es podemos contar. Por RUBÉN ROMERO
El filme se abre con un prólogo de 8 minutos en el que Kirk y Bones corren como posesos entre juncos rojos perseguidos por una tribu de aborígenes intergalácticos. Un festival cromático que recuerda (y mucho) a En busca del arca perdida. La impetuosidad de Kirk hará que se salte el protocolo, con consecuencias terribles.
¿Qué no harías por tu familia?
Todavía no sabemos si, como dijo Entertainment Weekly, John Harrison (Benedict Cumberbacht), el malo de la película, es en realidad Khan. Lo que sí es seguro es que su poder se basa en la capacidad para manipular a padres desesperados. Él salva a sus retoños y, a cambio, ellos introducen potentes explosivos que, unidos al agua en mínimas dosis, producen explosiones que siembran el pánico en Londres y San Francisco. El enemigo, por lo que se ve, está en casa.
Spock y Harrison… ¿Sherlock y Moriarty?
En la que se presupone una de las escenas culminantes del filme, Spock persigue a Harrison por la ciudad por tierra y aire, saltando de techo de nave espacial a techo de nave espacial… ¿Alguien dijo El quinto elemento?
Ríete de Godzilla… Aquí está la Enterprise.
La mítica nave, totalmente descontrolada, se desploma en un San Francisco que recuerda a la Metrópolis de Fritz Lang llevándose por delante cualquier edificio que se encuentra a su paso. Un desastre a la altura del Emerich de El día de mañana.
VIA: CINEMANIA