sábado, 6 de diciembre de 2014

Dossier ‘SPECTRE’: 10 cosas que debes saber sobre los peores enemigos de James Bond

En 2015, James Bond se enfrentará de nuevo con Blofeld y sus esbirros. Aquí te ponemos al día sobre su historia.
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Tras Skyfall, estaba claro que la saga de James Bond había vuelto a recuperar sus viejos mitos,  la senda marcada por Casino Royale. Pero, al enterarnos de que la nueva aventura de 007 llevaría por título Spectre, nos llevamos un susto de órdago. ¿Por qué? Pues porque, como sabe todo fan del agente con licencia para matar, en el mundo bondiano ese nombre está formado por las siglas de ‘Special Executive for Counter-inteligence, Terrorism, Revenge and Extortion’. O, en su versión española, “Sociedad Permanente Ejecutiva de Contraespionaje, Terrorismo, Rebelión y Aniquilamiento”. Vamos, que el filme que veremos en noviembre del año que viene,  dirigido una vez más por Sam Mendes y protagonizado por Daniel Craig, estará centrado en la organización Spectra, contra la que tantas veces se enfrentó el comandante Bond en sus años de juventud. El fin de una larga batalla legal, que llevaba activa prácticamente desde el origen de la saga ha propiciado el retorno de esta alianza de criminales, librándonos por fin de sucedáneos como el Grupo Quantum y obligando al agente más famoso del servicio secreto británico a combatir contra unos supervillanos vintage
¿Queríamos más pruebas? Pues las tenemos: ese balazo en un cristal que acompaña al logotipo de la película se parece mucho al sello (con forma de pulpo) usado por los miembros de Spectra. Y muchos fans (con Roger Moore a la cabeza) están empeñados en que Oberhauser, el villano al que interpretará Christoph Waltzno es sino un alias del líder de esta red criminal, Ernst Stavro Blofeld, sólo que con más pelo y sin gato. Como, en las cosas del espionaje internacional, siempre conviene estar prevenidos, nosotros hemos hurgado en los archivos del MI6  para reunir todo lo que necesitas saber sobre Spectra antes de que 007 se enfrente de nuevo a sus complots. Recomendamos acompañar la lectura de este informe con sorbitos de martini con vodka (sacudido, no agitado) o, si te van las cosas más modernas, de un cóctel ‘Vesper’ con mucho hielo.

De la Madre Rusia a la gran empresa

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El señor Ian Fleming, padre literario de James Bond, recorrió un largo camino antes de crear a la organización Spectra. Durante sus primeras aventuras, 007 se enfrentó contra una agencia soviética de contrainteligencia llamada Smersh, que, si bien había existido en la realidad (dedicándose a purgar las filas del Ejército Rojo durante la II Guerra Mundial), estaba ya más que difunta en 1953, cuando la novela Casino Royale llegó a la imprenta. Cinco años más tarde, mientras escribía Operación Trueno, Fleming tuvo una idea algo peculiar: dado que la Guerra Fría no iba a durar para siempre, consideró el autor, sería mejor reemplazar a los espías ruskis por otros villanos más originales, y menos vinculados a la actualidad política. De esta manera, Fleming se sacó del magín tanto a Spectra como a su líder, el muy carismático Ernst Stavro Blofeld. 

El imperio del mal conquista el cine


La versión literaria de Spectra duró más bien poco: Fleming sólo contó con la organización (a veces, sólo para mencionarla de pasada) en la llamada ‘Trilogía de Blofeld’, formada por Operación Trueno, 007 al servicio secreto de su majestad (1963) y Sólo se vive dos veces (1963). Pero, durante la preproducción de Agente 007 contra el Doctor No (1962), los productores Harry Saltzmann Albert ‘Cubby’ Broccoli constataron que Spectra y sus esbirros eran los supervillanos perfectos para su serial cinematográfico: reemplazando a la URSS y a sus agentes por un supergrupo de criminales, las películas podrían saltarse a la torera las grises realidades de la Guerra Fría, reemplazándolas por cosas tales como bases secretas en lugares inverosímiles, conspiraciones de complejidad absurda, gadgets inenarrables y asesinas sexys dispuestas a cambiar de bando en cuanto Bond las mira con buenos ojos. Sabia elección, qué duda cabe…

Honrados hombres de negocios


El encuentro del 007 primigenio (un inigualable Sean Connery) y el Doctor No (Joseph Wiseman) en las playas de Jamaica convirtió a la saga bondiana en una franquicia tan pionera como multimillonaria. Y también consagró a Spectra como la gran antagonista del agente con licencia para matar: Desde Rusia con amor (1963) no sólo contaría de nuevo con la organización, sino que también incluiría la primera (y brevísima) intervención de un Blofeld aún sin rostro, pero ya con gato. Ahora bien: ya que hemos llegado a este punto, bien está dedicar unas líneas al origen de Spectra, sus motivos y propósitos. Se trata de un consorcio que agrupa tanto a miembros del crimen organizado (incluyendo vínculos con la Mafia y la Yakuza japonesa) como a antiguos criminales de guerra nazis, científicos locos, espías tronados y algún gran empresario que otro, reunidos con el noble fin de manipular la coyuntura internacional para sus propios intereses. Como explicaría el propio Blofeld, se trata de “una organización privada para un provecho privado”, con lo que admite estrategias de todo tipo mientras generen beneficios: desde planes de altos vuelos, como el robo de misiles nucleares, a inversiones algo más pedestres en el tráfico de drogas, el chantaje o el contrabando de piedras preciosas.

Villanía bien organizada


Cuando tienes a alguien como James Bond siguiéndote la pista, toda precaución es poca. De ahí que las medidas de seguridad tomadas por Spectra desde su cuartel general en el  sean, cuanto menos, rigurosas: sus secuaces saben que el menor de los fallos será castigado con una muerte dolorosa a la par que imaginativa, y los 21 altos cargos de su consejo de administración se identifican a sí mismos usando números como nombres en clave, por aquello de la confidencialidad. A lo largo de la saga, el público tuvo ocasión de conocer a algunos de estos seres malignos, empezando por  el Número 5 Kronsteen (Vladek Sheybal) yla Número 3 Rosa Klebb (Lotte Lenya), aquella espía que, como vimos en Desde Rusia con amor, rivalizaba en rudeza con el propio 007. El Número 2, un aristócrata italiano llamado Emilio Largo (Adolfo Celi), apareció como villano principal en Operación Trueno, acompañado por el Conde Lippe (Guy Doleman), ocupante del sillón Número 4. Y a la pobre Número 11, Helga Brandt (Karin Dor) tampoco llegamos a conocerla mucho, porque un iracundo Número 1 la arrojó a un foso lleno de pirañas como castigo por fallar en su misión de cargarse a 007. Ahora bien: ¿qué sabemos del Número 1 en cuestión? Tranquilos, porque ahora hablaremos de él…

El hombre del gato cambia de rostro


Tras cuatro películas en las que ejercía como amenaza en la sombra, el mandamás de Spectra fue presentado formalmente en Sólo se vive dos veces (1967). Y, ante ese Donald Pleasence de cráneo mondo, rocoso acento y contundente cicatriz, fichado a última hora para sustituir al húngaro Jan Werich, la reacción del público debió ser algo así como “¡Jesús, qué señor más feo!”. Desde su primer encuentro con el Bond de Sean Connery, Ernst Stavro Blofeld quedó en la memoria de los espectadores como un oponente a la altura de James Bond: siempre vestido de gris y acariciando a su gato persa, este supervillano dispone de un talento para las frases agudas a la par que hirientes sólo equiparable al del propio 007, y su inigualable cerebro le permite tramar esos planes rocambolescos que tanto juego dan para una película. Por otra parte, según las novelas de Fleming, Blofeld acostumbra a someterse a operaciones de cirugía estética para así ponérselo difícil a sus perseguidores, algo que puede justificar el hecho de que ningún actor le haya interpretado dos veces seguidas: en 007 al servicio secreto de su majestad (1969), el efímero George Lazenby le conoció con el rostro de Telly Savalas (Kojak), mientras que Diamantes para la eternidad (1971, la última aparición ‘oficial’ de Connery como James Bond) contó con el eterno secundario Charles Gray para el papel. Blofeld habría de aparecer en otros dos filmes protagonizados por James Bond, pero como dichas intervenciones tienen mucha tela que cortar, mejor las dejamos para más adelante.

¿Dónde dices que está la base?


Como corresponde a una organización de su envergadura, la rama administrativa de Spectra cuenta con un lujoso cuartel general, situado para colmo en el centro de París. Su dirección, por si te interesa enviar un currículum, se halla en el 136 del Boulevard Haussmann. Pero está claro que, de no ser por sus buen gusto a la hora de montar bases secretas, el estatus de Blofeld y sus secuaces en la saga de 007 no sería el mismo. En Desde Rusia con amor, la cosa todavía resultaba algo modesta: un yate para celebrar las reuniones importantes, una isla (la Isla Spectra, nada menos) para entrenar a los esbirros, y poco más. Pero Operación Trueno, con su base subacuática, sirvió para subir el nivel, y no va más de la sofisticación maligna llegó en Sólo se vive dos veces, con esas instalaciones que ocupan el interior de un volcán extinguido, y que aún ahora representan todo lo que los fans de la vieja guardia le exigen a la guarida de un villano. Si bien algo paródica en su puesta en escena, 007 al servicio secreto de su majestad también nos ofreció un marco incomparable, con aquella estación de esquí repleta de chatis ligeras de ropa.

El terror de las ‘chicas Bond’


Las razones de 007 para odiar a Blofeld son numerosas, pero entre ellas hay una que destaca sobremanera: el cabecilla de Spectra es el responsable de la muerte de las dos únicas mujeres por las que el Bond pre-Daniel Craig mostró algo similar al amor romántico. La primera de ellas fue Aki (Akiko Wakabayashi), la espía japonesa que trabajó junto a nuestro superagente en Sólo se vive dos veces. La segunda víctima, y la más llorada por Bond, fue Tracy Di Vicenzo, aquella condesa italiana con los rasgos de Diana Rigg que aparecía en 007 al servicio secreto de su majestad. Fascinado por esa chica tan temperamental, capaz de ganarle en golferío, astucia y trasiego de martinis con vodka, el agente secreto acabó casándose con ella. Y, cuando todos pensábamos que la carrera de 007 como duermemozas se había terminado para siempre, la pobre Tracy fue tiroteada en plena luna de miel por Blofeld y su secretaria Irma Bunt (Ilse Steppat). Huelga decir que el crimen dejó a Bond hecho unos zorros, y hambriento de venganza…

Un ocaso culpa del ‘copyright’


Según hemos señalado, Ian Fleming creó a Spectra para su novela Operación Trueno, escrita antes de que James Bond debutase en el cine. Y, por culpa de la mala cabeza del escritor, dicha novela acabaría haciendo con la red criminal aquello de lo que ni siquiera 007 había sido capaz: demolerla hasta los cimientos. Resulta que en 1958, Fleming le había vendido los derechos de su libro (por entonces sólo un esbozo) al director Kevin McClory, para una película que nunca llegó a realizarse. Entre 1960 y 1963, el escritor y el cineasta entablaron una larga batalla legal a cuenta del copyright de la obra, a resultas de la cual McClory se quedó con los derechos para el cine, mientras que Fleming retenía los derechos literarios. ¿Suena complicado? Pues todavía hay más: en 1977, un McClory ansioso de sacar tajada impidió que Blofeld y Spectra aparecieran como villanos en La espía que me amó, impidiendo de facto su reaparición en futuras películas de la saga. A esto, los productores respondieron nada menos que matando a Blofeld. El óbito del supervillano, a manos de un 007 interpretado ya por Roger Moore, tuvo lugar en la escena pre-créditos de Sólo para tus ojos (1981), y debemos admitir que fue realmente espectacular: puedes verlo en el vídeo de arriba.

Una resurrección no oficial

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Tras Sólo para tus ojos, con Blofeld oficialmente fuera de la circulación y los problemas legales impidiendo el regreso de Spectra a la pantalla, cualquiera diría que la organización estaba lista de papeles. Pero no fue así ni de lejos, porque en 1983, mientras Roger Moore se iba a la India persiguiendo a Octopussy, el público presenció algo que jamás habría creído posible: el regreso de Sean Connery como 007. La película, con el adecuado título de Nunca digas nunca jamás, era en realidad un remake de Operación Trueno, y (resumiendo mucho) su rodaje se debió a que, tras el enésimo juicio por copyright, Kevin McClory le había cedido su parte de los derechos al productor Jack Schwartzman. Pese a la presencia del escocés, al papel de Kim Basinger como ‘chica Bond’ y a la dirección de Irvin Kershner (El Imperio contraataca), Nunca digas nunca jamás no suele ser tenida en cuenta por los bondianos más ortodoxos. Pero debemos reconocer que su versión de Blofeld, encarnado nada menos que por Max Von Sydow, es una de las más convincentes (y malignas) que ha tenido el personaje. Si tenemos que buscar el modelo para un Blofeld interpretado por Christoph Waltz, debería ser este.

El memorable cachondeo de Mike Myers



Tras todo lo antedicho, Spectra y Blofeld durmieron el sueño de los justos durante la etapa en la que Timothy Dalton interpretó a James Bond, una hibernación que no tuvo visos de acabar cuando el papel de 007 cayó en manos de Pierce Brosnan. Pero el personaje y sus esbirros se libraron de caer en el olvido gracias a un factor tan imprevisto como hilarante. Y es que, como saben todos los fans de Bond, el Doctor Maligno de la saga Austin Powers es una formidable parodia con la que Mike Myers rendía tributo al enemigo más ilustre del superagente, y en concreto a la versión de Donald Pleasence en Sólo se vive dos veces. Dicha emulación jocosa se extendió también a sus secuaces: Frau Kaputt (Mindy Sterling) es un híbrido de Rosa Klebb e Irma Bunt, mientras que Número Dos (Robert Wagner) se lo debe casi todo al Emilio Largo de Operación Trueno. Dado lo serias que están resultando las películas con Daniel Craig, dudamos que Spectre incluya algún guiño a Austin, a su mojo o a Mini-Yo, pero no perdamos la esperanza

Via:cinemania

‘Time’ elige las mejores y peores películas de 2014

Wes Anderson y Adam Sandler coronan respectivamente dos listas sin excesivas sorpresas por parte de la publicación estadounidense
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En el caso de las listas de Cahiers du Cinéma, Sight & Sound, Empire o el fabuloso vídeo de Little White Lies, las publicaciones se centraron en celebrar los grandes aciertos y regalos del cine de 2014, pero la revista Time también tiene la costumbre de recordarnos las peores experiencias que hemos podido pasar en salas de cine durante el último año. Por lo tanto, además de publicar un Top 10 con las mejores películas de 2014 —coronado por El gran hotel Budapest—, también le dedica otro a las peores. Puedes ver ambos a continuación, y recuerda que también puedes consultar su resumen del año televisivo con las mejores series y los mejores episodios.
MEJORES PELÍCULAS DE 2014
1. El gran hotel Budapest (Wes Anderson)
2. Boyhood (Richard Linklater)
3. La Lego película (Phil Lord & Chris Miller)
4. Lucy (Luc Besson)
5. Adiós al lenguaje (Jean-Luc Godard)
6. Jodorowsky’s Dune (Frank Pavich)
7. Nightcrawler (Dan Gilroy)
8. Citizenfour (Laura Poitras)
9. Relatos salvajes (Damián Szifron)
10. Birdman (Alejandro González Iñárritu)

PEORES PELÍCULAS DE 2014
1. Juntos y revueltos (Frank Coraci)
2. Mil maneras de morder el polvo (Seth MacFarlane)
3. Hombres, mujeres & niños (Jason Reitman)
4. Vaya resaca (Steven Brill)
5. Vamos de polis (Luke Greenfield)
6. Hércules: El origen de la leyenda (Renny Harlin)
7. Cuento de invierno (Akiva Goldsman)
8. Operación Cacahuete (Peter Lepeniotis)
9. Transcendence (Wally Pfister)

10. Hateship Loveship (Liza Johnson)

Via:cinemania

10 actores de Hollywood feministas y orgullosos

Sí: 'actores', y no 'actrices'. Estos divos de la pantalla feministas demuestran que la inteligencia, y la igualdad de género, son sexys.
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En contra de lo que pudiera pensarse, ser feminista no es nada difícil: para considerarse como tal, una persona sólo necesita saber que una mitad de la especie humana tiene los mismos derechos que la otra media. Ateniéndonos a esa realidad, podemos extraer una conclusión valiosa, según la cual los hombres también pueden ser feministas. De hecho, muchos hombres lo son. Y si algunos de esos hombres cuentan, además, con una fama que les permite promover ideas progresistas entre el público, pues miel sobre hojuelas. A fin de demostrarlo, nosotros hemos reunido aquí 10 selectos ejemplos de estrellas (masculinas) de Hollywood para las cuales el patriarcado es un problema que urge solucionar, tanto en la teoría como en la práctica.
Mediante sus palabras, y a veces también mediante sus actos de militancia, estos iconos del cine confirman aquello que Joss Whedon (Los Vengadores: La era de Ultrón) nos recordaba hace unas semanas: que la misoginia y el machismo no molan nada, y que, para luchar contra ese estado de cosas, un chico sólo necesita tener las ideas claras y comportarse en consecuencia.  Por otra parte, el hecho de que muchos integrantes de nuestra lista tengan un currículum tan esplendoroso como su atractivo nos indica que la inteligencia es sexy… y que la lucha por la igualdad de género también puede serlo.

Joseph Gordon-Levitt


Mientras promocionaba Don Jon, su debut como director y guionista, Gordon-Levitt tuvo muchas ocasiones para hablar de la falocracia, la igualdad de derechos y todas esas cosas. Cosas sobre las que, como reconoció en una entrevista con Ellen DeGeneres, había tenido ocasión de ilustrarse desde pequeñito: “Mi madre [la político y activista Jane Gordon] nos enseñó a mi hermano y a mí que nuestra cultura trata a las mujeres como objetos”, comentó, para después ofrecer un ejemplo: “En casa siempre veíamos los partidos de los Lakers en familia, y cuando salían las animadoras, ella decía: ‘Mirad, esto es lo que quieren haceros creer: que los tíos pueden ser heroicos atletas, pero las chicas sólo pueden ser guapas”. En septiembre de este año, Joseph fue más allá, publicando en YouTube un vídeo en el que explicaba a fondo sus convicciones: “Según algunos, el feminismo tuvo sentido en el pasado, pero ahora ya no lo tiene porque los hombres y las mujeres son iguales en todo. Yo no soy ningún experto, pero creo que los hechos indican más bien lo contrario”. 

Ryan Gosling

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Mientras la crítica y el público se aclaran sobre si Lost River (su primera película como director) es un debut estimable o un truño sin paliativos, hay que recordar que Gosling no sólo le debe ese masivo fandom a su talento dramático, su percha o sus ojazos: el hecho de que sea uno de los divos de Hollywood más propensos a opinar acerca de cuestiones de género también ayuda. Criado por una madre soltera y en la compañía de su hermana (a la que describe como “mi héroe”) y de las amigas de ésta, Ryan destapó el tarro de las esencias cuando la MPAA calificó a Blue Valentine para mayores de 18 años debido a cierta escena de sexo con Michelle Williams. Para el actor, la decisión de la entidad censora no era sólo un atentado contra la libertad de expresión, sino también “un producto de esta sociedad patriarcal que quiere mantener su dominio sobre cómo aparecen las mujeres en la pantalla”. “Querer controlar la forma en la que una mujer expone su sexualidad es misoginia”, añadió Ryan tras recordarnos que los capitostes de la MPAA nunca han puesto reparos ante “películas en las cuales las mujeres aparecen en situaciones violentas o de tortura sexual”. Así las cosas, no nos extrañan nada que la escritora Danielle Henderson crease esos memes de internet titulados Feminist Ryan Gosling, uno de los cuales puedes ver en la foto de arriba. Cabe señalar que nuestro hombre los conoce, y que le encantan.

Daniel Craig


Cuando el intérprete de James Bond se vistió de mujer en un spot  en pro de la igualdad de género, con la voz en off de Judi Dench recordándole al mundo las razones por las que la lucha feminista sigue siendo necesaria, quedó claro que los días de ese Sean Connery tan políticamente incorrecto eran cosa del pasado: “Las mujeres formamos dos tercios de la población activa del mundo, pero sólo recibimos un 10 por ciento de los ingresos y un uno por ciento de la propiedad”, indicaba la aún jefa del MI6 en el anuncio. En 2006, cuando presentaba Casino Royale, Craig causó cierta polémica entre los fans señalando que el personaje de 007 le parecía “un cerdo sexista”, y que su interacción con la contundente encarnada por doña Judi contribuía a poner eso de relieve.

Terry Crews

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Antes de ponerse frente a la cámara en su doble faceta de actor y modelo, Terry Crews fue un notable jugador de fútbol americano. Algo que, señala, le llevó a familiarizarse los aspectos más desagradables del culto a la testosterona: según declaró recientemente en una entrevista con el reportero Steve Paikin (vía The Mary Sue), este compadre de Stallone en la saga Los mercenarios ha visto actitudes“dignas del ISIS o de los talibanes” en muchos deportistas estadounidenses de élite, a quienes describe como poseídos por el machismo y la afición a coleccionar mujeres-trofeo. Crews, que acaba de publicar un libro de memorias (Manhood) sobre su toma de conciencia como feminista, admite haber caído en la misma trampa durante su juventud: “Yo también he llegado a creerme más importante que mi mujer o mis hijas [tiene cuatro, además de un chico]. Y he oído a otros hombres decirme que eso está bien, porque forma parte de un ‘código masculino’. Pero, ¿de verdad vale la pena ese código cuando violan a tu hija, o cuando alguien le hace daño a tu madre?”.

Jon Hamm

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En la vida real, afortunadamente, el protagonista de Mad Men se parece tanto a Don Draper como un huevo a una castaña pilonga. Y esas diferencias abarcan también su punto de vista sobre las relaciones de género. “La gente mira al pasado a través del prisma de la nostalgia, ignorando lo dura que era entonces la vida para cualquiera que no fuese un hombre blanco, rico y poderoso”, comentó el actor, tras señalar cómo pueden cambiar esas prácticas con el tiempo: “El hecho de que una mujer trabajadora fuera un individuo de segunda clase era visto como una ley de vida [durante los 60], en el contexto de una sociedad dominada por los hombres. Pero ahora esa actitud resulta intolerable, algo que está completamente de acuerdo con mis ideas”. Hamm, que trabajó como profesor durante esos años en los que las pasó canutas antes de hacerse famoso, ha señalado también la importancia de la educación para prevenir el machismo y, muy especialmente, una de sus consecuencias más terribles: la violencia sexual. “Desde el parvulario hasta la universidad, pasando por la primaria y la secundaria, los niños y jóvenes son tremendamente maleables”, indica, “así que llegar a ellos desde el principio, haciéndoles saber la realidad sobre la violación, es la clave”.

Mark Ruffalo

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Además de ser el mejor Hulk de la historia fílmica de Marvel (lo sentimos, Eric Bana Edward Norton, pero es lo que hay), Mark Ruffalo es un actor con los redaños suficientes como para participar en una película tan polémica, a priori, como Los chicos están bien. Y también posee el valor necesario para hablar sin tapujos sobre el derecho al aborto. ”Mi madre se vio obligada a someterse a un aborto ilegal cuando era muy joven”, contó Ruffalo en un comunicado que firmó en agosto de 2013. “Aquello costó 600 dólares. La dejó traumatizada. Fue vergonzoso, sórdido y degradante. Cuando ella me contó esa historia, yo me quedé aterrado ante la ignominia de una sociedad capaz de obligar a una mujer a hacer eso”. El actor, padre de dos hijas, proseguía en su texto señalando que privar a las mujeres del derecho a decidir equivale a considerarlas individuos de segunda clase: “Yo confío en las mujeres que conozco, y en sus decisiones”, declaraba Ruffalo. ”Ellas saben qué decisiones tomar sobre sus vidas, sobre sus cuerpos y sobre su prole. Creo que tienen la fibra moral, la sabiduría y el valor para asumir el derecho al aborto, y para que el ejercicio de ese derecho no se convierta en un crimen que conlleva el riesgo de morir, o de ir a la cárcel”.

Patrick Stewart

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Es el capitán Picard de Star Trek: La nueva generación. Es el profesor Xavier de X-Men. Es el mejor amigo de Ian McKellen. Y, además de ser esas tres cosas (y un consumado intérprete de teatro clásico, por si alguien lo había olvidado), Patrick Stewart también es alguien que conoce la violencia machista, y sus consecuencias, de primera mano, puesto que creció en un hogar marcado por las palizas que su padre le propinaba a su madre. Esa dolorosa experiencia le llevó a convertirse en impulsor de Refuge, una ONG que ayuda a mujeres maltratadas en el Reino Unido, y también a formular estremecedores discursos sobre el asunto: “Hago lo que hago en nombre de mi madre, porque no pude ayudarla cuando era pequeño”declaró en una charla celebrada en 2013. Acto seguido, Stewart puntualizó que el abuso contra las mujeres tiene su origen en un orden social injusto: a su juicio, su padre  no se hubiese convertido en un maltratador de no haber sido por el estrés postraumático que sufrió durante la II Guerra Mundial. Y si pudo desatar sus frustraciones pegando a su mujer, añadió el actor, fue gracias a voces como la de “esos médicos y esos conductores de ambulancia que decían: ‘Señora Stewart, usted debe de haber hecho algo para que él se haya puesto así’. Y eso no era cierto. Y, aunque lo fuese, la violencia nunca debería haber sido una opción aceptable para un hombre de verdad”. 

Matt Damon

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Tras la intensa y emocionante parrafada sobre Patrick Stewart, el hombre que fue (y volverá a ser) Jason Bourne nos permite incluir un apartado mucho más breve, pero también muy emocionante. En 2010, tras el nacimiento de su cuarta hija, el actor dejó claro cual era el mayor deseo de su vida: “Educar a mis chicas para que sean mujeres buenas y fuertes”. Y punto.

Ashton Kutcher

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Algunos le aman, otros le odian, pero el actor de Dos hombres y medio ha soltado verdades como puños acerca de otro tema que aún sigue poniendo nerviosos a muchos: la educación sexual. Y, más concretamente, la educación sexual que se le dispensa a las chicas. “[En los institutos] sólo les enseñan las consecuencias de quedarse embarazadas, y cómo evitar eso, pero nunca les dicen nada acerca del lado placentero del sexo”, señaló Ashton en 2011 durante la promoción de Sin compromiso. ¿Dónde está el problema en esa actitud? Pues anoten, señores: “Así se crea un estado de cosas en el que las mujeres no se consideran al mando de su propia sexualidad, ni de la manera en la que la viven. Por eso, desde el punto de vista del entretenimiento, una película cuya protagonista femenina se ve a sí misma como sexualmente empoderada es algo muy poderoso”. Y si esa protagonista es Natalie Portman, entonces ni te contamos.

Ben Stiller

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Ahora que estamos a la espera de Zoolander 2, debemos recordar que Ben Stiller siempre ha alzado su voz en contra del machismo, no ya en Hollywood, sino en un mundo que también conoce a fondo: el de los comediantes de escenario. Admirador de ilustres colegas como Gilda Radner Tina Fey (“No hay nadie, hombre o mujer, que sea más gracioso que ella”, dice acerca de esta última), Stiller reconoce que entre los cómicos reina la actitud de un “club para chicos”, algo que se lo pone muy difícil a las mujeres que quieren abrirse camino en el stand up. Y que, precisa, no se debe sólo a ese viejo prejuicio según el cual las mujeres no saben contar chistes o hacer monólogos, sino también a que “los hombres quieren ver a las mujeres sólo de una determinada manera: es algo subconsciente, de lo que ellos no se dan cuenta, y que tiene que ver con su punto de vista sobre la feminidad”. ”Con suerte, esto acabará cambiando”, confía Stiller. Y nosotros esperamos que tenga razón.

Via:Cinemania

Galería: ¿Serán estos los actores nominados al Oscar 2015?

El 'Hollywood Reporter' reúne en un posado a los intérpretes que más suenan para la categoría de Actor Principal. ¿Cuántos de ellos llegarán al Teatro Kodak?
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Las nominaciones para los Oscar 2015 aún no se han revelado, pero, según The Hollywood Reporter, los intérpretes con más posibilidades para optar a Mejor Actor Principal (o, en un caso, probablemente a Actor de Reparto) ya tienen nombres y apellidos. Se trata de Benedict Cumberbatch (Descifrando Enigma), Michael Keaton (Birdman), Channing Tatum (Foxcatcher), Eddie Remayne (La teoría del todo), Timothy Spall (Mr. Turner) Ethan Hawke (Boyhood). La publicación ha reunido a estos seis actores para una serie de posados a todo lujo, además de para una mesa redonda. A continuación os ofrecemos las imágenes y el vídeo de la charla, donde podemos ver a Cumberbatch hablando sobre la desgraciada vida del matemático Alan Turing y a Remayne haciendo reír a sus colegas con el relato de los nervios previos a su charla con Stephen Hawking,  amén de a Keaton portándose como un cachondo mental y a Spall confesando, con su rugosa voz, que tanto él como la mayoría de sus colegas británicos lo dejarían todo si Hollywood les dijera “ven” para participar en una superproducción. ¿Cuáles son tus favoritos para la gala que presentará Neil Patrick Harris en el Teatro Kodak de Los Ángeles el 22 de febrero?
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Robin Hood vuelve a estar de moda

Hay una serie de personajes como Drácula y Sherlock Holmes por los que el séptimo arte se ha interesado de forma repetida y es muy raro que pase ya un único año sin que protagonicen alguna película. En un escalafón inferior encontramos a otros como Robin Hood, pero puede que no tarde en luchar por ser uno de los más populares, ya que tanto Sony como Disney quieren crear importantes franquicias a su alrededor, aunque cada compañía con una visión muy diferente.
Empecemos por Disney, ya que hace apenas unas horas ha comprando al debutante Brandon Parker su guión 'Nottingham & Hood' con la idea de crear una saga en la línea de 'Piratas del Caribe'. No han trascendido más detalles sobre su argumento, pero se da la casualidad de que Sony adquirió hace apenas unas semanas 'Hood' de Cory Goodman y Jeremy Lott con la intención de crear un universo propio siguiendo el modelo de Marvel. Ya, todos quieren sus propios vengadores.
Por mi parte, tengo mis dudas sobre la posibilidad de que Robin Hood sea el personaje ideal para crear cualquier tipo de franquicia a su alrededor. De hecho, no me sorprendería que alguna de las dos compañías acabe descartando la idea por mucho que ya hayan invertido un buen dinero en ellas -se comenta que Sony ha podido pagar hasta dos millones de dólares por el guión de 'Hood'-. Ya veremos en qué queda esta popularidad repentina del personaje en Hollywood.

Vía | Deadline