Hombre, si uno ya conoce el bestseller de Sara Gruen en el que está basado esta película poco le va a reventar de la trama: en ella se cuenta la historia de un abuelete de 90 años que recuerda su vida durante la Gran Depresión de EE.UU, que comenzó allá por el año 1929.
El tomate gordo es cuando Jacob (Robert Pattinson), siendo un joven estudiante de veterinaria, encuentra trabajo en un circo ambulante como cuidador de animales, y ahí conoce y se enamora de Marlena (Reese Witherspoon) una bella trapecista del circo, casada con el carismático adiestrador de animales August (Christoph Waltz).
Es de suponer lo que ocurre, culebrón de manual, pero con estos avances destripadores del filme de Francis Lawrence cualquiera va con la emoción de ir descubriendo el susodicho tomate.
En cualquier caso, que Lawrence haya puesto calentita la silla de la dirección, y que Waltz y Witherspoon hayan dejado sus credenciales en la cinta, es suficiente para tener ganada mi entrada.
No es difícil tampoco darse cuenta que esta película puede suponer por fin para Pattinson la rotura de las cadenas que le tienen preso en la saga Crepúsculo, aunque sea para lanzarse en los brazos de otra churri más madura. Aquí seguro que moja.
Habrá que señalar en el calendario en rojo pasión el día 22 de abril de 2011.
Vía:tu blog de cine