La prensa aplaude la extrañeza espacial de Cuarón y 'Vivir es fácil con los ojos cerrados', la nueva película de David Trueba. La digestión de 'Caníbal' se hace pesada en una jornada en Donosti de sol y señoras. Por ANDREA G. BERMEJO
¿De qué se habla hoy en San Sebastián? De las señoras, que no sólo existen en los grupos de Facebook. También, en San Sebastián. Están por todas partes, en los boulevares y en la playa de la Concha, pero sobre todo en los cines. Son más cinéfilas que tú y que yo, se lo ven todo con el cardado a punto, dejan atrás las películas sin despeinarse, como recién salidas de la peluquería. Están por todas partes con los bolsos bien amarrados, las encuentras hasta en los pases de películas austriacas de dos horas, como October/ November, una de esos filmes que nacen y mueren en los festivales. La película de Götz Spielman narra cómo dos hermanas se encuentran a sí mismas ante la muerte del padre –en serio, esto lo hemos visto ya en algún festival- y ha arrancado más de un suspiro y, esto sí, a críticos de sus butacas. Pero las señoras no, las señoras al final aplaudían mucho.
¿Qué has visto? Obviando la austriaca October/November, y para lograr el símil con mi primera jornada en el festival –prometo no venir nunca más directa de una boda- mi aterrizaje ha sido tan forzoso como el de Gravity, hora y media de odisea en el espacio a cuenta de Alfonso Cuarón que ha sido recibida por la prensa con una ovación espectacular. Y sí, el espectáculo no falta en ningún momento, la película está tan bien hecha que ni te lo planteas, Clooney –a las señoras les encanta- sube la apuesta –hasta cuando sólo es una lejana voz en off a lo fantástico Mr. Fox- y hasta la Bullock se deja querer, entendiendo por fin un cast para un personaje tan patoso como tragicómico. Y, quién sabe, debe de ser que llego tarde a esto, pero ni comparto la alucinada emoción con la última película Cuarón ni tampoco me identifico con la recepción tibia de Caníbal, para mí, lo digo ya, menú gourmet a la altura de la ciudad que la estrena. No es sólo Antonio de la Torre -¿cómo un señor tan majo puede resultar repulsivo comiéndose un filete que claramente es de cerdo?- es su luz de claroscuros, como de pasear por los barrocos de El Prado; su emoción contenida, su uso del lenguaje documental pero sin olvidar que al espectador todavía le gusta que le cuenten historias. Y son más cosas, pero esto es tan subjetivo… ni la exaltación de Gravity ni la decepción con Caníbal.
De nuevo a la contra, Vivir es fácil con los ojos cerrados, la nueva película de David Trueba, no nos despierta esos "¡bravos!" que se han desatado en el pase de prensa de la tarde. Sí, es una película bonita, directa a la emoción, tan nostálgica que parece italiana y con Javier Cámara donde sólo podría caber Javier Cámara defendiendo su papel más cómico -¿más cómico?, sí-. Se agradece el gusto por una anécdota que mira a una Historia que aún no nos habían contado -un profesor en tiempos franquistas que enseña inglés con las letras de John Lennon y acude a Almería a conocerlo mientras él rueda una película- y también su homenaje a aquella generación de jóvenes perdida -¿y la de ahora?-, pero como en Gravity, donde nos tendría que quedar emoción verdadera queda nada. Pero quién sabe, al final del pase todo eran aplausos. Quizás habría que preguntar a las señoras.
¿Qué te has perdido? Mientras aquéllos se daban el sí quiero pasaban Futbolín, de Campanella; Enemy, de Villeneuve y Le Week-end, Roger Michell. Ante las buenas críticas, ésta última intentaré repescarla mañana.
¿Con quién has hablado? Con quién va a ser, con las señoras. Ayudada por Gonzalo del Prado –pero tú, hijo, ¿no eres el de Antena 3? Sí, señora, sí- he interrogado a dos señoras tras el pase de October /November para echarle un poco de periodismo a esta crónica. Las entrevistadas venían de Madrid, se quedaban en Donosti tres días y habían comprado entradas para ver cuatro películas al día. La que acababan de ver les había parecido “bien pero le quitaba yo la última media hora”. Suscribo.
¿Qué esperas de la jornada de mañana? Con los brazos abiertos a Colin Firth. Su papel en The Railway Man es lo que más me apetece de una jornada en la que también podremos ver lo último de Tavernier, Quai d’Orsay. La pequeña gran amante de la comedia romántica que habita en mí estará en el pase de las 12 h. viendo Una cuestión de tiempo, de Richard Curtis, el director de Love Actually y guionista de Notting Hill. Vamos, un maestro de esto.
¿Qué has comido? Lo mejor del primer día del festival es comprobar que tus sitios favoritos siguen ahí. En el Okendo: pintxo de pimiento, berenjena y jamón y otras especialidades de la casa. Por la noche, pintxo de foie a la plancha en el Sport. Sí, efectivamente, como una señora.
Conchómetro: Las señoras no sé lo que dirán, pero Caníbal se merece por lo menos la de plata para Antonio de la Torre.