De actores de voz a estrellas de Hollywood: para dar vida a sus
personajes más míticos, la casa de Mickey Mouse ha usado modelos de todo
tipo.
“Nunca subestimes el trabajo de un animador” es una
ley que se aprende pronto si te gusta el cine dibujado: obligados por
narices a ser maestros de su oficio, los creadores de
dibus suelen
trabajar a velocidades sobrehumanas, encarando tareas complejísimas,
para así lograr la hazaña de crear vida y movimiento a partir sólo de
ideas esbozadas en un guión. Y no digamos si, además, esa labor tiene
lugar dentro de un mastodonte del género como es
Disney. Debido
a todo ello, nunca está de más contar con fuentes de inspiración en el
mundo real: durante sus más de siete décadas de reinado, la casa de
Mickey Mouse ha echado mano de
modelos muy diversos a
la hora de crear personajes inolvidables, desde actores de voz a
estrellas de Hollywood, pasando por profesionales del canto y la danza.
Todo ello con el fin de obtener movimientos verosímiles, rostros
reconocibles y cuerpos proporcionados. Aquí te ofrecemos unos cuantos
ejemplos: algunos de ellos, sin duda, te sorprenderán mucho.
Blancanieves
La modelo fue… Marge Champion (entonces conocida como
Marjorie Belcher), una bailarina jovencísima que por entonces estaba casada con
Art Babbit, el creador de
Goofy. Con
18 años escasos, Marge se puso el vestido de la primera princesa Disney
para servir como referencia en las escenas de baile, tarea que habría
de repetir en
Pinocho (como el Hada Azul) y
Fantasía (en
el papel de un hipopótamo danzarín). Tras divorciarse de Babbit y
decirle adiós a Disney, Marge matrimonió con el bailarín y coreógrafo
Gower Champion, junto al que trabajó en numerosos títulos de cine y TV.
La madrastra de Blancanieves
La modelo fue… Joan Crawford. Según el primer guión de
Blancanieves y los siete enanitos, esta
reina tan pérfida y tan narcisista debería haber sido una señora
tirando a gruesa y sin muchos encantos. Pero, como bien supo ver Walt
Disney, eso le hubiera quitado verosimilitud a aquello de
“¿Quién es la más hermosa del reino?”. Para acentuar el rol de la madrastra como
femme fatale, los
animadores acabaron tomando el rostro de la Crawford, por entonces una
de las estrellas con más carácter de Hollywood, cuyos rasgos combinaron
con los de
Greta Garbo, Marlene Dietrich y
Gale Sondegaard. Según contó
Cristina Crawford, hija de la actriz, en su terrorífico libro de memorias
Queridísima mamá, la auténtica personalidad de Joan no distaba mucho de la de su contrapartida animada (con menos manzanas, eso sí).
Maléfica
La modelo fue… Eleanor Audley. No, aquí no vamos a hablar de
Angelina Jolie: muchísimo
antes de que la señora de Pitt se calzara su gorro cornudo, la villana de
La bella durmiente contó
con los rasgos de Audley, la actriz que también le prestaba su voz. En
honor a esta currante, de largo currículum en teatro y TV, decir que se
hizo cargo del papel en plena batalla contra la tuberculosis. Y señalar,
por otra parte, que a ella siempre le tocaban los roles más ingratos:
suyos fueron también el rostro y la voz de la madrastra de
La Cenicienta.
Cenicienta y Aurora
La modelo fue… Helene Stanley. Si queremos hablar de
la princesa Disney por antonomasia, aquí la tenemos: Stanley, una
actriz secundaria cuyo rostro real puede verse en
La jungla de asfalto y
Las nieves del Kilimanjaro, fue la actriz de referencia del estudio para dos de sus personajes más conocidos. En
La Cenicienta, además, Stanley hizo doblete prestándole sus movimientos a
Anastasia, la hermanastra del vestido malva. El colofón de su carrera para Disney, y de su carrera en general, tuvo lugar en
101 dálmatas, donde sirvió como modelo para
Anita, la elegante y británica dueña de
Perdi.
Chernabog
El modelo fue… Bela Lugosi. Encargados de buscar una referencia acongojante para el demonio de
Fantasía, el personal de Disney recurrió a una fuente excepcional, y muy transilvana. Aunque el actor de
Drácula no
se pasó por las instalaciones del estudio, sus señoriales
gesticulaciones sirvieron para darles pesadillas a los niños presidiendo
el aquelarre de
Una noche en el Monte Pelado. Parece,
eso sí, que Lugosi no era lo bastante satánico: algunos planos del
personaje no corresponden a sus movimientos, sino a los del animador
Wilfred Jackson.
Alicia
La modelo fue… Kathryn Beaumont. Ni morder manzanas
envenenadas, ni limpiar castillos sin cobrar horas extras, ni gaitas: si
tuviéramos que elegir a una modelo Disney que las pasó canutas, esa
sería Beaumont. A esta actriz británica le tocó lidiar con los delirios
alucinógenos de
Lewis Carroll en
Alicia en el País de las maravillas, tanto
sirviendo de modelo el estudio de animación como interpretando diálogos
en la mesa de doblaje. Dos años más tarde, Beaumont repetiría con
Disney encargándose del papel de
Wendy en
Peter Pan. Y Disney siguió contando con ella para doblar a ambos personajes hasta su jubilación, que tuvo lugar en 2005.
Campanilla
La modelo fue… Margaret Kerry. Hablando de la quisquillosa hada de
Peter Pan, suele asumirse que Disney tomó como referencia a
Marilyn Monroe. Pero
basta con ver la foto de arriba para saber que la realidad fue otra: la
contrapartida de Campanilla en nuestro mundo fue Kerry, una señorita de
grandes talentos vocales (a lo largo de su carrera, llegó a prestar su
voz a 48 personajes diferentes) a la que no sólo le tocó servir de
referencia para un personaje sin diálogos, sino también moverse entre
elementos de
atrezzo replicados a escala gigante. Y luego nos extrañábamos de que mirara a
Wendy con tan malos ojos.
El capitán Garfio
El modelo fue… Hans Conried. Con
una carrera estajanovista (207 títulos, que se dice pronto), Conried
tenía dos especialidades interpretativas: los villanos, cuanto más malos
mejor, y los personajes de seriedad cómica. Facetas ambas que le
convertían en la referencia ideal para James Garfio, ex contramaestre de
Barbanegra y archienemigo de Peter Pan.
El legado de este actor, popularísimo en EE UU gracias a sus intervenciones televisivas, sigue vivo hoy en día:
Matt Groening y su equipo se inspiraron en Conried a la hora de crear al
Demonio Robot de
Futurama.
Peter Pan
El modelo fue… Bobby Driscoll. A veces, las
correspondencias entre los personajes Disney y sus modelos en la vida
real son, como poco, inquietantes: sin ir más lejos, el niño que no
quería crecer tuvo los rasgos y la voz de Bobby Driscoll, un joven que
había saltado a la fama como estrella infantil a mediados de los 40,
principalmente gracias a filmes del estudio como
Canción del Sur. Cuando
la pubertad empezó a hacerse notar, la carrera del actor se fue al
garete, iniciándose así un trágico declive que le llevó a prisión,
primero, y después a una temprana muerte por sobredosis cuando sólo
contaba 31 años.
Ariel y Bella
La modelo fue… Sherri Stoner. Si Helene Stanley fue
el modelo para las princesas Disney de la época clásica, Sherri Stoner
desempeñó ese papel durante la triunfal resurrección del estudio en los
90: sin su sonrisa contagiosa y su facilidad para el baile, ni
La sirenita ni
La Bella y la bestia hubieran sido lo mismo. Antigua actriz infantil (búscala en la serie
La casa de la pradera) Sherri
acabó haciendo carrera en el mundo de la animación, donde ha tenido una
larga trayectoria como productora y guionista: el propio
Steven Spielberg requirió sus servicios para su serie
Animaniacs.
Ursula
La modelo fue… Divine. ¿Es posible una conexión entre dos universos tan apartados como el de Disney y el de
John Waters? Sí, es posible, y la bruja marina de
La sirenita lo demuestra: aunque la
drag queen que conmocionó al mundo en
Pink Flamingos, Cosa de hembras y
otros trabajos del genio de Baltimore había pasado a mejor vida en
1988, los animadores no dudaron en recurrir a su físico y sus
impactantes gestos para crear a la octópoda Úrsula. Y, como Divine
también era cantante, la dobladora
Pat Carroll emuló su desgarrado tono vocal.
Aladdin
El modelo fue… Tom Cruise. Sí, sabemos que el nombre de
Robin Williams es el primero que sale a relucir cuando se habla de la superproducción arábiga. Pero, por más que el hombre de
El club de los poetas muertos sí
desempeñase un papel activo en la película, no cabe olvidar que el
modelo para el ladrón de Agrabah fue el actor bajito más poderoso de
Hollywood, por entonces felizmente casado con
Nicole Kidman y en plena revalorización crítica gracias a
Algunos hombres buenos. Señalemos que, antes de fijarse en los rasgos de Cruise, los animadores trabajaron con los de
Michael J. Fox. Y también que, a la hora de vestir al personaje, decidieron adjudicarle el chaleco y los pantalones bombachos del rapero
MC Hammer. Los 90 tenían estas cosas, qué duda cabe.
Pocahontas
La modelo fue… Irene Bedard. Nacida en Alaska, y
perteneciente a la etnia inuit (también conocida como ‘esquimal’),
Irene Bedard se llevó dos alegrías muy gordas en 1995: la primera, ser
nominada al Globo de Oro por su papel en el telefilme
Lakota Woman. La segunda: haber prestado sus agraciados rasgos a la primera princesa amerindia de Disney. El cachondo de
Terrence Malick, quién lo iba a decir, tomó buena nota de esto: diez años más tarde, Bedard interpretó a la madre de la heroína en
El nuevo mundo, la versión de la leyenda de Pocahontas rodada por el autor de
Malas tierras y
El árbol de la vida.
Tiana
La modelo fue… Anika Noni Rose. Considerada como una
de las mejores actrices afroamericanas de Broadway, con un premio Tony
en la estantería, Anika Noni Rose presidió el adiós de Disney a la
animación tradicional en
Tiana y el sapo, haciendo el usual doblete como modelo de referencia y actriz de voz.
Si quieres verla en carne y hueso, sin dibujos que valgan, puedes hacerlo en
Dreamgirls y en la serie
The Good Wife.
Via:cinemania