Guionista en más de 100 películas y director de casi 60, Mario Monicceli fue uno de los maestros de la comedia italiana, tan poco considerada por estos lares. Su trabajo como escritor aspiró al Oscar en la categoría de mejor guión en dos ocasiones, ‘Camaradas’ (‘I Compagni’, 1963) y ‘Casanova 70’ (id, 1965), y tres de sus películas como director optaron al premio de mejor película de habla no inglesa: ‘Rufufú’ (‘I soliti ignoti’, 1958), una de sus películas más famosas, un enorme éxito que parodiaba las películas de golpes perfectos, estilo ‘Rififi’ (‘Du rififi chez les hommes’, Jules Dassin, 1955) —de ahí su estúpido título español—, ‘La gran guerra’ (‘La grande guerra’, 1959) y ‘La ragazza con la pistola’ (id, 1968), que ofrecía la vis cómica de la actriz Monica Vitti.
Monicelli trabajó con algunos de los más famoso actores y actrices italianas, desde Vittorio Gassman hasta Marcello Mastrioanni, pasando por Totò, con el que realizó la saga sobre el personaje de mismo nombre, y que tuvieron un enorme éxito en nuestro país en sus pases televisivos. Para muchos de nosotros es imposible no relacionar nuestras tardes de sábado frente al televisor con películas como ‘Totó busca piso’ (‘Totò cerca casa’, 1949) o ‘Totò e Carolina’ (1955), que sin ser grandes obras conseguían con creces lo que muchas comedias de hoy no hacen: divertir.
Hasta siempre Mario
Vía | Las horas perdidas