lunes, 21 de enero de 2013
Clip de 'Lovelace': Amanda Seyfried es la estrella de 'Garganta profunda'
El biopic de Linda Lovelace se verá en el Festival de Sundance. En
esta escena, la actriz de la película porno más famosa del mundo explica
cómo aprendió a disfrutar del sexo. Por CINEMANÍA
Pese a que fueron dos los proyectos que se pusieron en marcha sobre la vida de la actriz Linda Lovelace, famosa por su entrada en el cine X con la exitosa Garganta profunda, la película porno más exitosa de la Historia, de momento sólo se ha completado el que está protagonizado por Amanda Seyfried (el otro, del que salió Lindsay Lohan, y con Malin Akerman como protagonista, está en punto muerto). Con el escueto título de Lovelace, se proyectará por primera vez esta semana en el Festival de Sundance, y, aunque ya hemos podido ver algunas fotografías y un póster, ahora podemos ver el primer vídeo de la película dirigida por Rob Epstein y Jeffrey Friedman (Howl). En esta secuencia, Lovelace posa en una sesión de fotos de Larry Marchiano (que años después se convertiría en su segundo marido y en el filme está interpretado por Wes Bentley) mientras ella habla del personaje que interpretará en la película y cuenta cómo aprendió sobre sí misma y a disfrutar del sexo.
La maldición de 'Blade Runner'
Atari
A finales de los años 70, Atari era una de las empresas más pujantes en una revolución tecnológica que estaba empezando a tomar el mercado: los videojuegos. Las ventas del modelo 2600 arrasaban en Estados Unidos y Warner se hizo con el control de la firma tras un desembolso de 30 millones de dólares en 1976. Llegando a tener en plantilla a talentos como Steve Jobs o Steve Wozniak, Atari parecía ir a comerse el mundo en los primeros ochenta, llegando a generar un tercio de los ingresos de la Warner. Esa imagen transmite la publicidad insertada en Blade Runner, especialmente visible en la escena en la que Deckard retira a la replicante Zhora.
Poco después del estreno de Blade Runner, sin embargo, Atari comenzó a encadenar malas decisiones, lo cual, unido a la pujante aparición de Nintendo y su NES terminó por condenar a la compañía. Atari dejó de existir como marca ya entrados los 90 al no cuajar sus nuevas generaciones de consolas, como la Jaguar.
Pan Am
Otra empresa pionera en su terreno que mordió el polvo tras anunciarse en Blade Runner fue la Pan American World Airways, conocida popularmente como Pan Am. Fundada en los años 20, la compañía norteamericana dominó los cielos del mundo durante cerca de medio siglo. Sin embargo, la crisis del petróleo de los años 70 y la llegada de nuevas y pujantes compañías empezaron a hacer tambalear el gigante, que terminó por declararse en bancarrota en 1991. Aunque la marca trató de reflotarse unos años más tarde, dejó de existir definitivamente antes de final de siglo.
Sabemos ahora que la imagen más icónica de Blade Runner, con la chica oriental en la pantalla gigante y el cartel de Pan Am como telón de fondo, no la veremos en 2019, aunque tampoco esperamos ver Los Ángeles con ese aspecto, por fortuna.
Coca Cola
¿Qué hace Coca Cola en esta lista de empresas si ahora mismo me estoy tomando una? Vale, la empresa posiblemente más famosa del planeta no desapareció tras el estreno de Blade Runner, como todos sabemos, pero pasó por algunas dificultades pocos años después.
En 1985, la compañía norteamericana decidió que el sabor de su producto estrella se había conseguido mejorar con una nueva fórmula, y lanzó al mercado la New Coke, que se convirtió en un fracaso en cuestión de meses y terminó por ser condenada al ostracismo por la propia empresa. Coca Cola devolvió a los consumidores su producto original poco después y éste lo aceptó con gran entusiasmo, por lo que nunca quedó claro si el lanzamiento de la New Coke fue un fracaso estrepitoso o una meticulosa estrategia comercial para ganar la fidelidad del público hacia el producto de siempre en los tiempos en que Pepsi competía con más pujanza.
En Blade Runner, podemos ver el anuncio de Coca Cola en la misma pantalla de la chica oriental, aunque nosotros, por puro fetichismo, preferimos quedarnos con la joven tomando la pastilla.
Bell System
En todo el futuro más o menos apocalíptico (o al menos poco apetecible) que nos presenta la película de Ridley Scott echamos en falta un invento que empezaría a usarse una década más tarde: el teléfono móvil. Deckard se pone en contacto con su querida Rachael mediante una cabina con videoconferencia (un clásico en el cine futurista de la época), una tecnología que, según el logotipo que vemos debajo de la pantalla, estaría implementada por Bell Systems, otra compañía maldita por Blade Runner.
La firma fundada nada menos que en 1877 y que lleva en su nombre el apellido de Alexander Graham Bell fue desmantelada en 1984 (dos años después del estreno) por un mandato antimonopolio del gobierno estadounidense. A día de hoy, Deckard tendría que tirar de Skype.
RCA
En la oscuridad del apartamento de Deckard, vagamente iluminado por luces de las igualmente oscuras calles de Los Ángeles, podemos ver a través de la ventana un neón con publicidad de RCA.
La Radio Corporation of America lideró durante buena parte del Siglo XX el mercado de venta de dispositivos electrónicos (radios, televisiones y fonógrafos principalmente), amén de otros negocios relacionados, tras separarse en 1930 de General Electrics, por mandato, una vez más, de una sentencia del gobierno norteamericano para evitar prácticas monopolísticas. Su aparición en Blade Runner tampoco pareció sentarle demasiado bien a la compañía, ya que en 1985 fue de nuevo adquirida por su anterior casa madre, G.E., y desmantelada poco después.
Nueva foto de Tom Cruise en 'Oblivion'
La estrella de Hollywood que mejor corre delante de las cámaras sale en movimiento en la nueva imagen de la película postapocalíptica de Joseph Kosinski, donde Cruise es el último mecánico encargado de extraer recursos de una Tierra devastada. Por CINEMANÍA
Muere Michael Winner, director del cine justiciero de Charles Bronson
Director de cabecera de Charles Bronson, con quien colaboró en media docena de títulos, el realizador británico ha fallecido en Londres a los 77 años. Por CINEMANÍA
Aunque sus campos de especialización fueron la acción y los thrillers con traqueteo, Winner empezó su andadura en el cine británico picoteando en distintos géneros, desde el suspense criminal de Shoot to Kill (1960) y la comedia picantona Some Like It Cool (1962) hasta la ópera cómica de The Cool Mikado (1963). Su primera colaboración provechosa, que se mantendría durante 25 años, fue con el actor Oliver Reed en otra comedia picarona, The System (1964). Después volverían a colaborar en otros proyectos cómicos, como Georgina (1967), Atraco a la inglesa (1967), El último obstáculo (1969) y Parting Shots (1998), así como en su versión de El sueño eterno con Robert Mitchum: Detective privado (1978).
Fue El último obstáculo, una sátira de la Segunda Guerra Mundial con elefante incluido, la película que le abrió las puertas de Hollywood. Allí llegó para dirigir En nombre de la ley (1971), un western protagonizado por Burt Lancaster (volverían a reunirse en el título de espionaje Scorpio, 1973). Los últimos juegos prohibidos (1972), una precuela de Otra vuelta de tuerca, de Henry James, con Marlon Brando solamente retrasó un poco más el inicio de su fructífera y definitoria colaboración con Charles Bronson. Chato el Apache fue la toma de contacto, Fríamente... sin motivos personales (remakeada hace poco con Jason Statham como The Mechanic) el asentamiento y América violenta la llegada del productor Dino De Laurentiis a la ecuación, pero el gran pelotazo vino con El justiciero de la ciudad (un proyecto originalmente asignado a Sidney Lumet) y sus subsiguiente secuelas.
Los posteriores intentos de Winner por embarcarse en otros géneros fracasaron. Ni las comedias con animales (Won Ton Ton: The Dog Who Saved Hollywood, 1976), las cintas de terror (La centinela, 1977), el noir con firma de Raymond Chandler (Detective privado, 1978) o el vehículo para Sophia Loren (El poder del fuego, 1979) alcanzaron el mismo nivel de contundencia que era capaz de lograr con la saga Death Wish, a la que regresó en dos ocasiones ya bajo el paraguas exploit de la Cannon Films. Allí también levantaría otros proyectos más olvidables, como La dama perversa (1983) o la adaptación de Agatha Christie Cita con la muerte (1988). Tras la debacle de Cannon, Winner volvió a Reino Unido y firmó sus últimas películas: el musical Adorable seductor (1989), la comedia con Michael Caine y Roger Moore Atraco a falda armada (1990), Dirty Weekend (1993) y Parting Shots (1998), su último filme y reunión con Oliver Reed.
Nuevas fotos de Julie Delpy y Ethan Hawke en 'Before Midnight', de Richad Linklater
La continuación de 'Antes del atardecer' rodada en Grecia se ha estrenado en el Festival de Sundance y podemos ver nuevas imágenes de sus protagonistas. Por CINEMANÍA
El código Hays o la autocensura de Hollywood
Durante más de treinta años, un férreo sistema de regulación del contenido cinematográfico puso a los profesionales del momento al límite de su ingenio con el fin de evitar que sus films fueran presa de la censura. A pesar de ser un indudable período de represión, esta necesidad de esquivar la tijera, hizo aflorar toda una serie de recursos, de dobles sentidos, de referencias veladas. En determinados casos y en géneros como la comedia, dio pie a la sugerente habilidad de no mostrar o no decir abiertamente aquéllo que resultaba obvio. El código Hays fue un conocido reglamento que estuvo vigente desde 1934 hasta 1968 y fue concebido por William H. Hays, miembro del partido republicano y el primer presidente de la Asociación de Productores y Distribuidores de Cine de América –MPPDA–.
El cine, como toda expresión artística, no tardó en generar polémica. En plena década de los años veinte, a los controvertidos argumentos que pudieran aparecer en pantalla, se sumaban los escándalos de actores y directores fuera de ella. La prensa sensacionalista de la época fue un hervidero con todas sus explosivas tribulaciones, plagadas de asesinatos, de drogas o de muerte. La meca del cine fue representada nada menos que como un escenario de depravación e inmoralidad. Entre los sucesos más sonados, encontramos el de la supuesta violación y posterior fallecimiento de la desconocida aspirante a actriz Virginia Rappe a manos del cómico Roscoe Arbuckle. También fue muy divulgado el divorcio de la entonces célebre Mary Pickford, de su primer marido Owen Moore, mientras mantenía un romance con Douglas Fairbanks.
Con el propósito de evitar la intervención gubernamental y favorecer la autoregulación, los jefes de los estudios cinematográficos decidieron crear en 1922 la MPPDA, posteriormente denominada MPAA –con la finalización de la Segunda Guerra Mundial– o Asociación Cinematográfica de Estados Unidos. William H. Hays fue nombrado su presidente y se le encomendó la misión de restablecer la buena imagen de Hollywood y, a la vez, dictaminar la moralidad de sus películas.
En 1929, con la ayuda del editor católico Martin Quigley y del sacerdote jesuita Daniel A. Lord, se elaboró el código de normas que, después de ser revisado por los dirigentes de los estudios, fue finalmente adoptado por la MPPDA en 1930. En primera instancia se le denominó The Production Code y más adelante fue nombrado para la posteridad como The Hays Code. Además de unos preceptos aleccionadores generales, enfocados en preservar la moral de las películas, se trazó una enorme lista de pautas de vigilancia que tenían en el punto de mira el sexo, especialmente, la violencia o la blasfemia.
De este modo, las escenas de pasión quedaron reducidas a la mínima expresión. Manifestaciones como besos y abrazos debían eliminar todo rasgo de lascivia y, por supuesto, cualquier escena explícita. En particular los besos se convirtieron en algo tan casto que incluso eran cronometrados, sólo podían durar unos pocos segundos. El matrimonio como institución también debía ser protegida, muestra del carácter moralizante de las normas. Los crímenes en pantalla debían mostrarse sin exhibir toda su brutalidad y el uso de las armas quedaba reducido al mínimo indispensable. El empleo irreverente del lenguaje, especialmente si era percibido como una ofensa a la religión, era eliminado. Estos son algunos ejemplos de las restricciones que marcaba el código y que obligaban a los cineastas a soslayar toda referencia evidente.
Otras normas además resultaban de lo más rocambolescas, sobretodo las más curiosas tienen que ver con el desnudo. En este sentido, la mujer, su vestimenta o la falta de ella; eran supervisados minuciosamente. Las transparencias o telas que destacaran en exceso sus formas no estaban permitidas y el ombligo no debía mostrarse bajo ningún concepto. Los hombres también eran motivo de censura, pues se consideraba lascivo mostrar el vello en el torso y no era aconsejable exponerlo. Estas observaciones tienen que ver con el carácter más inflexible de los censores pero aún siendo exageradas, dejaron una larga estela de puritanismo que todavía hoy en día conserva el cine estadounidense.
Durante sus primeros años de vigencia, se observó el código con cierta permisividad y ello favoreció a ciertas producciones que lograron esquivar sus directrices. En plena era de la Gran Depresión, los estudios no podían permitirse más pérdidas, por eso fueron reacios al principio a adoptar una serie de medidas que afectaban directamente a los géneros de moda, como las películas de gángsters o las comedias. Sin embargo, las amenazas de boicot por parte del sector católico de la sociedad americana y la retirada de fondos por parte algunos inversores influyentes, obligaron a los estudios a acatar el código en firme a partir de 1934. Estos años se denominaron como el Pre-Code Hollywood.
Algunas de las películas que sortearon de algún modo la censura en estos años fueron, entre otras, ‘El ángel azul‘ (‘Der blaue Engel, Josef Von Sternberg, 1930) con una sensual Marlene Dietrich. Otros ejemplos comprenden la película ‘Carita de ángel‘ (‘Baby face’, Alfred E. Green, 1933), con Barbara Stanwych usando abiertamente sus encantos para ascender socialmente; o ‘El signo de la cruz‘ (‘The Sign of the Cross’, Cecil B. DeMille, 1932), centrada en la época del emperador Nerón, interpretado por Charles Laughton, se muestran sus excesos de forma manifiesta.
Varios de estos films Pre-Code sufrieron la carga de la censura después de 1934. Un ejemplo es la película ‘Adiós a las armas‘ (‘A Farewell to Arms’, Frank Borzage, 1932), protagonizada por Gary Cooper y Helen Hayes, fue recortada a posteriori, de manera que sólo se conserva su versión censurada. Otros profesionales afectados por el código fueron los hermanos Marx –conocida es la audacia de sus diálogos– o algunas actrices, como Jean Harlow o Joan Blondell, sobretodo ésta última fue vetada en numerosas ocasiones.
Sin embargo, algunos creadores encontraron de algún modo en la severa vigilancia del código, un aliciente para retar su ingenio. Y es que, en muchas ocasiones, las dificultades son un estímulo para el que no se rinde ante ellas. Por eso maestros como Ernst Lubitsch o Alfred Hitchcock, supieron sortear la censura con su irrepetible talento y desarrollarlo de manera impecable. Sus fantásticos diálogos o las acciones detrás de una puerta cerrada, son dos de los hitos de la magia de Lubitsch. También es particularmente insuperable la célebre secuencia del largo beso interrumpido –recordemos que los besos sólo podían durar tres segundos–, en la que Cary Grant y Ingrid Bergman nos ofrecen una de las escenas más íntimas de la filmografía de Hitchcock en la maravillosa ‘Encadenados‘ (‘Notorious’, Alfred Hitchcock, 1946).
A la postre, la demanda de tramas más realistas y la evolución de la sociedad americana, dictaminó la desaparición del código Hays a finales de los años sesenta. Esta conclusión dio paso al sistema de clasificación por edades que se conserva hasta hoy en día. Además de observar esta etapa de la historia del cine como una época marcadamente restrictiva en muchos aspectos, creo que también debe apreciarse con admiración por el talento de tantos cineastas que convirtieron en irrepetibles sus maniobras de despiste. A pesar de que hoy en día se haya perdido bastante esta capacidad de sorprender al espectador y confiar en su intelecto –también los tiempos han cambiado–, yo les diría que lo que la tijera ha separado, que lo recupere el hombre.
Via:blog de cine
Mathieu Amalric protagoniza la nueva película de Roman Polanski
Hay novedad en el reparto de la próxima película de Roman Polanski. A finales de septiembre os informé que el cineasta está preparando una comedia erótica titulada ‘Venus in Fur’ y que los protagonistas serían su esposa Emmanuelle Seigner y Louis Garrel, pero este último ha sido sustituido por Mathieu Amalric.
Y ahora sí que no puedo estar más interesado por el nuevo trabajo de Polanski. Si no os suena este Amalric, dejando a un lado que interpretó a uno de los villanos menos intimidantes de la saga 007 —en la olvidable ‘Quantum of Solace’ (Marc Forster, 2008)—, os recomendaría verle en ‘La escafandra y la mariposa’ (‘Le scaphandre et le papillon’, Julian Schnabel, 2007). Fue ahí donde le descubrí y desde entonces intento ver todo en lo que actúa, para mí es uno de los mejores intérpretes del momento. De sus últimos trabajos destacaría ‘Tournée’ (2010), también dirigida por él.
Os recuerdo que ‘Venus in Fur’ es una exitosa obra de teatro escrita por David Ives, centrada en un dramaturgo que no encuentra a la protagonista de su próxima representación. En el último minuto, aparece una actriz de gran talento pero es justamente lo contrario a lo que el otro estaba buscando… Ives y Polanski firman el guion de la adaptación cinematográfica, cuyo rodaje ha comenzado este mes —estaba previsto que comenzara en noviembre, debe ser la razón del cambio de actor—. De momento sigue sin fijarse una fecha para el estreno pero es muy posible que podamos verla este mismo año.
PD: Amalric también estará en la nueva película de Wes Anderson, ‘The Grand Budapest Hotel’.
Vía | Deadline
Via:blog de cine
'Bestias del sur salvaje', tráiler y clips de la sorprendente candidata a cuatro Oscar
Uno de los estrenos más atractivos en este mes de enero cargado de interesantes novedades para la cartelera española es ‘Bestias del sur salvaje’ (‘Beasts of the Southern Wild’, 2012). Es la ópera prima de Benh Zeitlin y ha sido nominada a los Oscar en cuatro categorías: mejor película, dirección, guion adaptado y actriz protagonista.
Aunque no parte como favorita en ninguno de los apartados, dudo mucho que su condición de probable perdedora importe lo más mínimo al equipo de ‘Bestias del sur salvaje’, una humilde producción independiente —costó menos de 2 millones de dólares— que comenzó a hacer ruido en la pasada edición del festival de Sundance, donde recibió el premio a la mejor película dramática y la mejor fotografía (de Ben Richardson). Posteriormente fue seleccionada en el certamen de Cannes y también entró en el palmarés, siendo galardonada con la Cámara de Oro (mejor film de un debutante). Y no es un premio, no al menos en un sentido convencional, pero Barack Obama la señaló públicamente como una de sus tres película favoritas de 2012. En definitiva, estamos ante un título que ha dado mucho que hablar, que tiene muy buena pinta —ojo al tráiler— y que no deberíamos dejar pasar. Se estrena en España el próximo viernes.
Para los que necesitáis saber los argumentos de las películas antes de decidir si vais a verlas o no —de verdad, no os entiendo…— os comento que ‘Bestias del sur salvaje’ tiene lugar en una apartada comunidad del Mississippi y gira en torno a la una niña de seis años llamada Hushpuppy (Quvenzhané Wallis, nominada al Oscar). Cuando una tormenta eleva las aguas alrededor de su pueblo, el padre de Hushpuppy enferma de nuevo y ella descubre que el orden natural que tanto ama está a punto de derrumbarse, viéndose obligada a sobrevivir a una catástrofe de épicas proporciones.
PD: En ElPaís tienen en exclusiva el tráiler español de la película; solo recomiendo verlo si os queréis reír con el doblaje.
Aunque no parte como favorita en ninguno de los apartados, dudo mucho que su condición de probable perdedora importe lo más mínimo al equipo de ‘Bestias del sur salvaje’, una humilde producción independiente —costó menos de 2 millones de dólares— que comenzó a hacer ruido en la pasada edición del festival de Sundance, donde recibió el premio a la mejor película dramática y la mejor fotografía (de Ben Richardson). Posteriormente fue seleccionada en el certamen de Cannes y también entró en el palmarés, siendo galardonada con la Cámara de Oro (mejor film de un debutante). Y no es un premio, no al menos en un sentido convencional, pero Barack Obama la señaló públicamente como una de sus tres película favoritas de 2012. En definitiva, estamos ante un título que ha dado mucho que hablar, que tiene muy buena pinta —ojo al tráiler— y que no deberíamos dejar pasar. Se estrena en España el próximo viernes.
Para los que necesitáis saber los argumentos de las películas antes de decidir si vais a verlas o no —de verdad, no os entiendo…— os comento que ‘Bestias del sur salvaje’ tiene lugar en una apartada comunidad del Mississippi y gira en torno a la una niña de seis años llamada Hushpuppy (Quvenzhané Wallis, nominada al Oscar). Cuando una tormenta eleva las aguas alrededor de su pueblo, el padre de Hushpuppy enferma de nuevo y ella descubre que el orden natural que tanto ama está a punto de derrumbarse, viéndose obligada a sobrevivir a una catástrofe de épicas proporciones.
PD: En ElPaís tienen en exclusiva el tráiler español de la película; solo recomiendo verlo si os queréis reír con el doblaje.
Ray Liotta, Jeremy Piven y Juno Temple también se unen a 'Sin City: A dame to kill for'
‘Sin City: A dame to kill for‘ (Robert Rodriguez y Frank Miller, 2013) parece que no se cansa de añadir rostros conocidos a su reparto. Y es que si hace ni dos semanas se anunciaba el fichaje de Josh Brolin y Joseph Gordon-Levitt, ahora la noticia de última hora es que Ray Liotta, Jeremy Piven y Juno Temple también se unen a la esperada película de Robert Rodriguez y Frank Miller a partir de los célebres cómics del segundo.
‘Sin City‘ (Robert Rodriguez, Frank Miller y Quentin Tarantino, 2005) fue una adaptación extremadamente fiel del cómic del que partía, algo que sirvió para despertar reacciones de la más diversa índole entre el público, pero su éxito comercial sí que fue irrebatible al conseguir cuadruplicar su presupuesto sólo con lo ingresado en sus pases en los cines de todo el mundo. Era de esperar el anuncio de una secuela rumoreada durante años, pero que no se confirmó oficialmente hasta hace unos meses. Además, no fue uno de esos anuncios diciendo poco más que en algún momento del futuro se pondrían a ello, ya que el proceso se aceleró para conseguir sacarla adelante lo antes posible.
Por ahora ya está confirmada la presencia de Josh Brolin – en el papel interpretado por Clive Owen en la primera entrega y que aquí tiene una importancia tremenda en la historia que da título a la película-, Jessica Alba, Mickey Rourke, Rosario Dawson, Jaime King, Dennis Haysbert – sustituyendo al fallecido Michael CLarke Duncan como Manute-, Joseph Gordon-Levitt – en un personaje expresamente creado para la adaptación cinematográfica-, Jaime Chung – asumiendo el rol de Devon Aoki en ‘Sin City’- , Alexa Vega, Christopher Meloni y los recien llegados Ray Liotta, Jeremy Piven y Juno Temple – que daba vida a la amiga de Catwoman en ‘El caballero oscuro: La leyenda renace‘ (‘The Dark Knight Rises’, Christopher Nolan, 2012)-, sobre cuyos personajes no se sabe nada por el momento. Eso sí, no tardaremos en salir de dudas, ya que el estreno en Estados Unidos tendrá lugar el próximo 4 de octubre, desconociéndose aún la fecha de su llegada a los cines españoles, aunque no es descabellado pensar que podría ser uno de los títulos estrella del próximo Festival de Sitges.
Imagen e Información | The Playlist
Via:blog de cine
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La mayoría de las empresas se anunciaron en la película de Ridley Scott se fueron a pique poco después. Por JAVIER SÁNCHEZ NAGORE