Atari
A finales de los años 70, Atari era una de las empresas más pujantes en una revolución tecnológica que estaba empezando a tomar el mercado: los videojuegos. Las ventas del modelo 2600 arrasaban en Estados Unidos y Warner se hizo con el control de la firma tras un desembolso de 30 millones de dólares en 1976. Llegando a tener en plantilla a talentos como Steve Jobs o Steve Wozniak, Atari parecía ir a comerse el mundo en los primeros ochenta, llegando a generar un tercio de los ingresos de la Warner. Esa imagen transmite la publicidad insertada en Blade Runner, especialmente visible en la escena en la que Deckard retira a la replicante Zhora.
Poco después del estreno de Blade Runner, sin embargo, Atari comenzó a encadenar malas decisiones, lo cual, unido a la pujante aparición de Nintendo y su NES terminó por condenar a la compañía. Atari dejó de existir como marca ya entrados los 90 al no cuajar sus nuevas generaciones de consolas, como la Jaguar.
Pan Am
Otra empresa pionera en su terreno que mordió el polvo tras anunciarse en Blade Runner fue la Pan American World Airways, conocida popularmente como Pan Am. Fundada en los años 20, la compañía norteamericana dominó los cielos del mundo durante cerca de medio siglo. Sin embargo, la crisis del petróleo de los años 70 y la llegada de nuevas y pujantes compañías empezaron a hacer tambalear el gigante, que terminó por declararse en bancarrota en 1991. Aunque la marca trató de reflotarse unos años más tarde, dejó de existir definitivamente antes de final de siglo.
Sabemos ahora que la imagen más icónica de Blade Runner, con la chica oriental en la pantalla gigante y el cartel de Pan Am como telón de fondo, no la veremos en 2019, aunque tampoco esperamos ver Los Ángeles con ese aspecto, por fortuna.
Coca Cola
¿Qué hace Coca Cola en esta lista de empresas si ahora mismo me estoy tomando una? Vale, la empresa posiblemente más famosa del planeta no desapareció tras el estreno de Blade Runner, como todos sabemos, pero pasó por algunas dificultades pocos años después.
En 1985, la compañía norteamericana decidió que el sabor de su producto estrella se había conseguido mejorar con una nueva fórmula, y lanzó al mercado la New Coke, que se convirtió en un fracaso en cuestión de meses y terminó por ser condenada al ostracismo por la propia empresa. Coca Cola devolvió a los consumidores su producto original poco después y éste lo aceptó con gran entusiasmo, por lo que nunca quedó claro si el lanzamiento de la New Coke fue un fracaso estrepitoso o una meticulosa estrategia comercial para ganar la fidelidad del público hacia el producto de siempre en los tiempos en que Pepsi competía con más pujanza.
En Blade Runner, podemos ver el anuncio de Coca Cola en la misma pantalla de la chica oriental, aunque nosotros, por puro fetichismo, preferimos quedarnos con la joven tomando la pastilla.
Bell System
En todo el futuro más o menos apocalíptico (o al menos poco apetecible) que nos presenta la película de Ridley Scott echamos en falta un invento que empezaría a usarse una década más tarde: el teléfono móvil. Deckard se pone en contacto con su querida Rachael mediante una cabina con videoconferencia (un clásico en el cine futurista de la época), una tecnología que, según el logotipo que vemos debajo de la pantalla, estaría implementada por Bell Systems, otra compañía maldita por Blade Runner.
La firma fundada nada menos que en 1877 y que lleva en su nombre el apellido de Alexander Graham Bell fue desmantelada en 1984 (dos años después del estreno) por un mandato antimonopolio del gobierno estadounidense. A día de hoy, Deckard tendría que tirar de Skype.
RCA
En la oscuridad del apartamento de Deckard, vagamente iluminado por luces de las igualmente oscuras calles de Los Ángeles, podemos ver a través de la ventana un neón con publicidad de RCA.
La Radio Corporation of America lideró durante buena parte del Siglo XX el mercado de venta de dispositivos electrónicos (radios, televisiones y fonógrafos principalmente), amén de otros negocios relacionados, tras separarse en 1930 de General Electrics, por mandato, una vez más, de una sentencia del gobierno norteamericano para evitar prácticas monopolísticas. Su aparición en Blade Runner tampoco pareció sentarle demasiado bien a la compañía, ya que en 1985 fue de nuevo adquirida por su anterior casa madre, G.E., y desmantelada poco después.
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