¿Cuánto cobrará Spielberg por ‘Star Wars: Episodio VII’?

En 1977, George Lucas y el hombre de la gorra hicieron una apuesta sobre los beneficios de la saga. 37 años después, Steven sigue recibiendo sus cheques.


La capacidad de Steven Spielberg para sacar millonadas hasta debajo de las piedras es legendaria, y con razón: uno no se gana el apodo de ‘Rey Midas de Hollywood’ así como así. De hecho, basta con echarle un ojo a la filmografía como productor del hombre de la gorra para tenerlo bien claro. Frente a sus 52 trabajos como director, Spielberg ha financiado la friolera de 144 trabajos, entre películas y series, lo cual le ha permitido meter cucharada en franquicias de lo más lucrativas (Transformers, Men In Black…), títulos de culto a la espera de un jugoso reboot (Gremlins) y, en general, una cantidad absolutamente desorbitada de productos audiovisuales muy exitosos, tanto en pantalla grande como en televisión. Con esa destreza a la hora de manejar el talonario, uno acaba como acaba: contando con unos ingresos anuales de 77,8 millones de euros y un patrimonio neto estimado en 2.752 millones de euros. Lo que se dice una economía doméstica saludable, vamos.
Ahora bien: ¿le debe Spielberg esa morterada de billetes a su propio trabajo? En buena parte, sí. Pero no de forma exclusiva, porque todos los meses nuestro hombre ingresa en su cuenta corriente un cheque por un valor mareante, firmado por un tal George Lucas y que tiene como concepto su participación en la saga Star Wars. Has leído bien: pese a no haber aportado su talento a la odisea de la orden Jedi y la Alianza Rebelde (ni como coproductor, ni como coguionista, ni como nada de nada), Spielberg recibe un 2,5 por ciento de los beneficios producidos por la primera película del serial. Una fuente de caudales que le dura desde 1977, cuando se estrenó el filme, y que podría reportarle aún más dividendos cuando Star Wars: Episodio VII llegue a los cines en las navidades de 2015. Si quieres conocer las razones de este dispendio, has venido al lugar indicado: a continuación te explicaremos los intríngulis de uno de los acuerdos más lucrativos de la historia de Hollywood. Un acuerdo que no nació en un despacho de abogados, sino en un plató, y que inicialmente tuvo la forma de una apuesta entre amigos.
Pongámonos en situación: estamos en 1976, un año en el que Steven Spielberg y George Lucas son jóvenes directores con cierto caché. Tras ganarse su credibilidad en los circuitos indie (quién lo iba a decir) gracias a El diablo sobre ruedas y Loca evasión, el primero ha entrado en racha con Tiburón (1975) y ahora está dándole los últimos toques a Encuentros en la tercera fase, un filme de ciencia-ficción que promete conjugar lo épico con lo intimista. El caso de Lucas es algo más fláccido: a sus 33 años, y por más que American Graffiti se haya hinchado a recaudar, George no puede olvidar la mala pata de su debut THX 1138,  y tiene dudas muy serias acerca del porvenir de esa película de aventuras espaciales  cuyo rodaje le ha costado severos disgustos, con un infarto como guinda del pastel. A esas alturas, Lucas se arrepiente de no haber aceptado la oferta de Francis Ford Coppola (ese amigo triunfador y caradura que le inspiró la creación de Han Solo) para asumir la dirección de Apocalypse Now. Si él supiera…
Así las cosas, Spielberg encara la vida con su sonriente actitud habitual, mientras que su compadre se sumerge en la depresión. Una depresión cimentada, además, en un hecho que para él es incontestable:  mientras que, en los mentideros de la industria, Star Wars es un chiste del que se cachondea todo el mundo, Encuentros en la tercera fase queda como un proyecto nimbado de prestigio. No en vano la película cuenta con la presencia (como actor) de François Truffaut, uno de los directores más admirados por el ‘Nuevo Hollywood’, quien accedió graciosamente a participar cuando Spielberg se lo pidió. Durante una visita al plató de Encuentros…, George se queda ojiplático ante el despliegue de medios con el que cuenta su amigo y, en pleno ataque de nervios, formula las palabras mágicas: “¡Oh, Dios!”, le dice a Steven. “Esta película va a hacer muchísima más taquilla que Star Wars. ¡Va a ser el mayor hit de todos los tiempos!”. Y prosigue: “Mira, hagamos una cosa: vamos a intercambiar porcentajes de taquilla. Yo te doy un 2,5% de los beneficios de mi película si tú me das el 2,5% de los beneficios de Encuentros en la tercera fase”. La respuesta de Spielberg, según él mismo contará años más tarde, es un poco ceremonioso “Pues vale, acepto”.
Jugándose de esta manera los réditos de Star Wars, George cree haber salvado a la naciente Lucasfilm de una ruina que él supone inevitable, aunque sea a costa de recibir las migajas de su colega. Pero hay cosas que George no sabe: por ejemplo, que Truffaut se ríe por lo bajini de Spielberg, a quien considera un advenedizo. Lucas tampoco puede anticipar que, debido a una larga serie de incidentes, el estreno de Encuentros en la tercera fase acabará retrasándose hasta noviembre, mientras que su propia película sí llegará a tiempo a las salas: el 25 de mayo de 1977, Star Wars se revelará como uno de los mayores éxitos de taquilla de la historia, poniéndoles el punto en la boca a quienes la habían denigrado durante su producción. Por su parte, Encuentros… debutará en temporada baja, y si bien gozará de excelentes cifras y de buenas críticas (incluso Jonathan Rosenbaum, uno de los más feroces detractores de Spielberg, tendrá buenas palabras para ella), no despertará ni de lejos un entusiasmo comparable a aquel que rodeará a Luke Skywalker, Darth Vader y compañía. Para resumir, vayamos con las cifras: al cabo de un año, Encuentros en la tercera fase había recaudado 925 millones de euros (ajustados), con lo que Spielberg le pagó a Lucas 23 millones. Star Wars, por su parte, amasó en los cines  2.361 millones de euros. Para honrar su parte del trato, Lucas tuvo que apoquinar 59 milloncejos de nada.
Desde entonces, Lucas ha seguido honrando el acuerdo: Steven Spielberg recibe puntualmente su parte de todos los beneficios asociados a la película inaugural de la saga, desde los derivados del vídeo doméstico a aquellos que proceden del merchandising, las licencias y, por supuesto, los reestrenos en cine. Por lo pronto, Yahoo! Movies calcula que Spielberg se embolsa 31 millones de euros al año gracias a su apuesta con Lucas. En el caso de que Episodio VII despierte una nueva oleada de interés en la saga galáctica, Steven cobrará un pico a cuenta de los alquileres y los visionados en VOD del filme de 1977, sumable al resto de su comisión. Ahora entendemos su interés en que J. J. Abrams, y no un director con menos fuste, se pusiese al frente de la séptima entrega…

En lo personal, la amistad de Lucas y Spielberg no se resintió por la jugada: tres años después de haber hecho el trato, ambos estaban colaborando tan felices en En busca del Arca perdida. Por otra parte, uno puede alabar la sagacidad (o rapacidad) comercial de Steven, al adivinar que ese proyecto con tan mala prensa iba a convertirse en un fenómeno social. Y también cabe pensar en qué hubiera ocurrido si las cosas hubiesen salido al revés, con Encuentros en la tercera fase (una cinta de ambientación más o menos realista y tema introspectivo) superando en taquilla a ‘tío George’ y su doble dosis de espectáculo puro. Pero especulaciones como esa parecen, ahora más que nunca, cosa de ciencia-ficción.

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Warner quiere una película del Escuadrón Suicida de DC por David Ayer

El director de 'Sin tregua' y la inminente 'Corazones de acero' es el candidato ideal del estudio para dirigir un filme del equipo de mercenarios formado por supervillanos.


No sólo hay superhéroes en los inmensos catálogos de personajes de las grandes editoriales de cómic. También están sus némesis, los supervillanos. ¿Y quién dice que los malos no pueden tener sus propias franquicias cinematográficas? Por ejemplo, Sony tiene previsto estrenar en 2016 una película de los Seis Siniestros donde la presencia de Spider-Man es “algo inmaterial” según Andrew Garfield. En Warner/DC no quieren quedarse atrás en el campo de convertir a los malos en superestrellas y han recuperado el proyecto de adaptación de los cómics del Escuadrón Suicida, un equipo de supervillanos atrapados y encarcelados que se embarcan en peligrosísimas misiones prácticamente suicidas para el gobierno de EE UU como forma de conmutar parte de sus condenas. Por sus filas han pasado miembros tan prominentes como Amanda Waller o incluso Lex Luthor, pero lo más probable es que el guión de Justin Marks tome como base el último reboot del grupo, donde destacan Harley Quinn, Deadshot, Enigma o King Shark, alguien a quien nos puede la insana curiosidad por ver cómo trasladan a la gran pantalla.
Variety informa de que el estudio le ha echado el ojo a David Ayer (Sin tregua) para ocupar la silla de dirección en la la película del Escuadrón Suicida. El guionista de Training Day tiene pendiente de estreno Corazones de acero (Fury), la cinta bélica de la Segunda Guerra Mundial protagonizada por Brad Pitt que, según se dice, podría posicionar al actor en la carrera por los Oscar. Tanto la implicación de Ayer como la asginación de fecha para el proyecto todavía están pendientes, pero no es como si Warner/DC no tuviera a su disposición un calendario con fechas reservadas para estrenos superheroicos de aquí hasta 2020.

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Foto del día: Jeremy Renner se pone la cara de Scarlett Johansson

Durante el rodaje de 'Los Vengadores: La era de Ultrón', el actor fotografía la fusión entre Ojo de Halcón y Viuda Negra más desasosegante que te puedas imaginar


Jeremy Renner no quiere que Mark Ruffalo y Robert Downey Jr. se lleven toda la atención de las redes sociales durante el rodaje de Los Vengadores: La era de Ultrón, así que ha decidido asomarse a su perfil de Instagram y publicar la que probablemente sea la foto más escalofriante del universo cinematográfico de Marvel. Se trata de él mismo, caracterizado como Ojo de Halcón, pero poniéndose sobre la cara una careta de Scarlett Johansson como Viuda Negra de las que utilizan sus dobles de acción o de luces. Michael Myers estaría orgulloso. “¿Ojo de Halcón y la Viuda? ¿La Viuda y Ojo de Halcón? Hmmm… #situvieranunbebé”, subtitula el actor la imagen, haciéndola todavía más espeluznante.
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Pregunta del día: ¿Es Shia LaBeouf Einstein?

Aunque te parezca imposible, hay quien piensa que sí. Bueno, vale: una sola persona. Pero la hay.


De niño mimado de Steven Spielberg y uno de los nombres más prometedores de Hollywood, a madera de colleja acusada de plagio y en pos de una respetabilidad que no acaba de llegar ni aunque se ponga a ello el mismísimo Lars Von Trier. Sí, cinemaníacos, la carrera de Shia LaBeouf no sólo se vuelve más triste a cada día que pasa, sino que en ella parece haber siempre espacio para nuevas cotas de despropósito. Su última anécdota, lo garantizamos, supera a aquella performance con bolsa en la papel en la cabeza que se marcó el actor durante el estreno en EE UU de Nymphomaniac. Porque, según afirma la web de cotilleos TMZ (vía Filmdrunk), ahora LaBeouf se ve acosado por una mujer que piensa que es Albert Einstein.
Si bien casi ninguna estrella de Hollywood se ha librado de aguantar a un o una stalker, el caso de Shia parece camino de batir casi todos los récords de lo grotesco. Todo empezó, refiere TMZ, cuando la acosadora Graciela Nahle se presentó frente a la casa del actor de Transformers, quedándose plantada allí como si tal cosa, comiendo sandía. Amablemente, Shia procedió a pedirle que se marchara de allí, a lo cual Nahle respondió gritando: “¡Voy a dinamitar tu casa! ¡Voy a dinamitar el mundo! ¡Tú eres Albert Einstein, y eres mío para siempre!”. Tras llevarse el susodicho susto, a LaBeouf le tocó recibir otras dos visitas de la mujer, en una de las cuales ella se presentó con un niño pequeño en brazos. Por lo visto, Nahle está convencida de que Shia y ella se conocieron en una vida anterior, en la que (se supone) él era Einstein y ella una de las parejas sentimentales del famoso físico (¿se trataría de Mileva Maric, de Elsa Einstein, o de alguna otra?).

Resulta que Graciela Nahle ya había sido arrestada antes en dos ocasiones por formular amenazas contra la vida de LaBeouf. Así pues, con semejante historial, no extraña que el actor haya obtenido una orden de alejamiento contra esa fan tan fuera de sus cabales. Por supuesto, la prensa amarilla de Hollywood está haciendo su agosto con el caso, pero nosotros aconsejamos prudencia: pese a que el parecido entre LaBeouf y las fotos juveniles del descubridor de la Relatividad General haya sido puesto de relieve en más de una ocasión, debemos contar con el hecho de que el auténtico Einstein abandonó este continuo espacio-tiempo en 1955. Además, Shia nunca ha expresado su interés en la física teórica, y gracias a Indiana Jones y el Reino de la calavera de cristal, sabemos que de ciencias (y de Arqueología, en particular) anda más bien justito.

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Mapamundi del día: ¿A cuántas personas ha matado Liam Neeson?

Publicado con ocasión del estreno de 'Caminando entre tumbas', este mapa enumera todas las ejecuciones llevadas a cabo por el irlandés más enorme.


Convertirse en estrella de acción una vez superados los 50 años no es algo al alcance de todo el mundo. Pero, si hay algo que tenemos muy claro aquí en CINEMANÍA, es que Liam Neeson lo puede todo. Si bien la afable actitud del irlandés, y su rol en La lista de Schindler, nos convencieron en su día de que éste tiene un corazón que no le cabe en el pecho (si no le buscan las cosquillas), la oscuridad de la que hacía gala en Darkman y esa soltura al manejar el sable de luz en Star Wars: La amenaza fantasma nos dejó entrever la que se avecinaba. Y, a mediados de la pasada década, bastó con la dupla de Batman Begins y, sobre todo, Venganza, para dejar claro que el actor de Ballymena puede convertirse en una máquina de matar siempre que le toque encarnar a un supervillano, o que alguien amenace a su familia de ficción. Ahora, tras los recitales de badassismo propinados por Neeson en El equipo A, Infierno blanco, Sin identidad y Non-Stop (Sin escalas) sólo cabe plantearse una pregunta: ¿cuántas veces ha matado Liam Neeson en sus películas, y en qué lugares del mundo?

Afortunadamente, este práctico mapamundi viene a resolver nuestras dudas. Lanzada por la productora Universal para celebrar el estreno en de Caminando entre tumbas (el thriller que veremos en España el 31 de octubre), la imagen no sólo enumera todas las liquidaciones (de humanos, androides, lobos…) perpetradas por Liam, sino que también las sitúa geográficamente y, atención, también registra las armas que fueron empleadas en ellas. Así, aunque Venganza y su secuela se lleven la palma en cantidad y variedad, también debemos destacar las ocho muertes de Gangs of New York (cuatro de ellas a golpe de crucifijo) y las seis de Furia de titanes, llevadas a cabo (como corresponde al mismísimo Zeus) usando rayos divinos. Por si tanta cifra te marea, señalemos que la cifra total de defunciones acreditables al Neeson actor suma un total de 113. Pulsa sobre la imagen para verla en grande y comprobarlo por ti mismo.

[San Sebastián 2014] Día 4: Los vascos y las flores

La preciosista ‘Loreak’ y el humor triste de ‘Negociador’ se nos suben a la cabeza en la cuarta jornada de la 62 edición de Zinemaldia.


¿De qué se habla hoy en San Sebastián? De flores. De ramos de colores y de rosas rojas. Como las que me encontré anoche al llegar al hotel, sobre la cama blanca, con una nota: Sólo son flores. Primero, la sorpresa, las preguntas (quién, por qué) y la sonrisa tontorrona. Luego, en la recepción del hotel: No sabemos quién fue. Y el paseo por la playa de la Concha, con el cielo de tormenta, los paseantes en neopreno y las casas mirando al mar tan silenciosas. Bataplán, La Perla, el Café La Concha. Es fácil sentirse guapa en Donosti, tan perfecta como una de esas bolas de cristal en las que nieva. Al fin y al cabo las flores sólo son eso, flores.
¿Qué hemos visto? En el cine se despejó la incógnita. Loreak, la primera película rodada íntegramente en euskera que compite en Sección Oficial del Festival, cuenta la historia de una mujer sola que empieza a recibir ramos de flores. Son ramos anónimos, sin remitente ni nota. Tan hermosos como la película que los encierra, gélida, quieta. Ella los pone en agua. Los contempla. Empieza a sentirse guapa, a dejar que la miren mientras pasea. Son sólo flores pero algo cambia. Hasta que la trama se enrosca en otras soledades, se complica y se enfría como un ramo sobre una tumba de asfalto.
En Negociador no hay flores pero sí que hay vascos. La película que Borja Cobeaga rodó mientras Ocho apellidos vascos se convertía en la película española más taquillera de la historia es la crónica de las fallidas conversaciones que el Gobierno español mantuvo con ETA entre 2005 y 2006. Por supuesto, esto no es un documental ni tampoco un drama. Estamos hablando del director de Pagafantas y No controles. Con un humor triste, alexanderpaynesco, con ese gusto del director de Nebraska por los protagonistas entrañables y desastrados y por las secuencias afincadas en la vida más cotidiana, Cobeaga pone el foco en la intrahistoria de la fallida tregua. Qué comían los negociadores, qué tal se llevaban, con qué indumentaria salían a hacer footing por las mañanas. Habrá a quién no le haga ni pizca de gracia y aquí entraríamos a debatir sobre los límites de la comedia. Puede que Negociador no lleve flores, pero seguro que pincharán sus espinas.

¿Qué hemos comido? Pintxos en la Fiesta del cine vasco de Bataplán –ayer  fue monotema, creo que ya hasta chapurreamos  algo de euskera-. Camisas negras y mucho barbas, Gildas y hasta un señor con txapela.
¿Qué esperamos de la jornada de mañana? El hype de la semana es Edén, la nueva película de Mia Hansen-Løve sobre la era dorada del House. Nos morimos de ganas de bailar al son de la directora de El padre de mis hijos y Un amour de jeunesse. Una peli sobre la que escribirá mi compañero Daniel de Partearroyo, al que pasaré el testigo de estas crónicas a partir de mañana.

Conchómetro: Se habla mucho del drama nórdico, de Silent Heart y la nueva peli de Susanne Bier (A Second Chance). Nosotros seguimos pensando en La isla mínima y la coreana Haemoo. Aunque la chilena que hemos visto esta mañana, La voz en off, podría aspirar a mejor guión. Pinta un palmarés de historias tristes. Bellas pero duras. Después de todo, como las flores, sólo son películas.

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[San Sebastián 2014] Día 3: Los vivos, los muertos y la gente del mar

‘Phoenix’ y ‘Haemoo’ elevan el espíritu de la 62 edición de Zinemaldia


¿De qué se habla hoy en San Sebastián? Se habla de Negociador, porque todo el mundo tiene ganas de ver la nueva película del guionista de Ocho apellidos vascos, Borja Cobeaga, que compite en Zabaltegi.  Y comparte protagonismo el pelazo de Abel Ferrara, en esa liga de cineastas Panten Pro-V en la que  también luce melena Willem Dafoe, con el que el director de Pasolini salió por la alfombra roja haciendo una imitación a gritos de Robert De Niro. Directores que interpretan a actores. Actores que se interpretan a sí mismos. Como John Malkovich haciendo de John Malkovich en Casanova Variations. Y no estamos hablando de una película ideada por Charlie Kaufman sino por el autriaco Michael Sturminger. Esta enésima vuelta a los escarceos de Casanova se parece más a Las Meninas que a cualquier otra aproximación al mito. Aunque tiene lugar en una ópera, sus rimbombantes juegos matrioskales y sus cómicas llamadas al público, son –ojo que nos ponemos finos- como si Diego de Velázquez nos estuviese pintando cada vez que nos ve por el Prado.
¿Qué hemos visto? Más actores haciendo de actores. En la alemana Phoenix, de Christian Petzold, una judía superviviente de un campo de concentración con un rostro nuevo falsea su identidad para reconquistar a su marido. Sin moños pero a lo Vértigo y con el espíritu de Olvídate de mí, pero sin aquel tono, su magnetismo cede a la premisa arriesgada y embelesa su última secuencia musical, convirtiéndola en una de esas películas que son capaces de eclipsarte el día. Al no ser que el siguiente pase sea el de Haemoo, la bizarrada coreana de Sung Bo Shim (guionista de Memories of Murder) sobre unos pescadores que trafican con inmigrantes ilegales. Como cuenta una amiga de los marineros: están los vivos, están los muertos y luego está la gente del mar. Que son de otro mundo. Como de un limbo. Pues en Corea más. Lo que empieza siendo un drama social a lo León de Aranoa con música de El paciente inglés, se convierte luego en película del Festival de Sitges y termina siendo Deseando amar. ¡Genial!

PHOENIX (2014) by Christian Petzold – Trailer from Richard Lormand on Vimeo.

¿Con quién has hablado? Ayer hablé (suspirito) con el robusto Matthias Schoenaerts en una suite del Maria Cristina mientras fumábamos tirando la ceniza por la ventana. El actor de Bullhead, De óxido y hueso y La entrega me habló de Audiard (“siempre será el mejor director del mundo para mí”) y me pareció un entusiasta, la verdad. Le dije que era un filósofo. Seguro que no es la clase de piropo a la que está acostumbrado.
¿Qué hemos comido? Hemos recaído en la tortilla de Zabaleta, la verdad. Esta noche nos gustaría ir a probar el chuletón del Néstor que, según dicen, se come de pie.
¿Qué esperamos de la jornada de mañana? Esperamos mucho de Loreak, en sección oficial. Y también de una de Zabaltegi: Violent. Ayer, su productor –una especie de Ryan Gosling canadiense vestido como si fuera un Tenenbaum– nos acercó en su coche oficial hasta el Kursaal. Con esos modales, qué menos que ver su peli.

Conchómetro: Haemoo ha pegado fuerte. No tanto como La isla mínima, pero ojo con ella. Con los marineros mejor no protestar. No son de este mundo ni del otro, la gente del mar.

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[San Sebastián 2014] Día 2: Tony Soprano no es italiano y Pasolini habla en inglés

¿Qué le pasa a la 62 edición del Festival de San Sebastián con el país del spaghetti?



¿De qué se habla hoy en San Sebastián? De lo guapo que es Nicolaj Coster-Waldau, el actor de Juego de tronos que presenta hoy peli en el festival. Y también del señor con antifaz de Iberia que se sentó a mi lado en el pase de Black Coal. Un maestro del ronquido. Un auténtico profesional de la dormida. Vale que la peli era china y que eran las cuatro y media de la tarde. Pero quitando que le robó el Oso de Oro a Boyhood en el pasado Berlín, tampoco era para tanto. Una de esas películas que le hacen flaco favor a la oficina de turismo de Pekín, porosa como el carbón del título, pero densa en el buen sentido. Un thriller que va cogiendo carrerilla para acabar en un disparatado momento de baile a lo derviche más propio de Spike Jonze que del chino Diao Yinan. Al otro lado del bulevar, se habla de Antonio Banderas. Y de Autómata, la película de Gabe Ibáñez (Hierro). Pero no demasiado bien, así que mejor pasamos a otra cosa. Hablemos en cambio de lo que no se habla en Donosti: italiano. Ni Tony Soprano ni Pasolini. Ni media parola. Porca miseria!
¿Qué hemos visto? Tony Soprano ha vuelto y sigue diciendo “tinkin” en vez de “thinking”. Sólo que en La entrega, thriller de las mafias chechenas de Brooklyn que usan los bares como tapaderas, Gandolfini ya no le debe nada a su apellido italiano. Aquí es polaco. O vete tú a saber. Pero ya no le van los cannoli. Un detalle para nostálgicos de Los Soprano que en nada lastra el correcto desembarco en EE UU de Michaël R. Roskam. La entrega tiene buena atmósfera y unos potentes Matthias Schoenaerts  y Tom Hardy –en el olimpo de las voces están Sacristán y este malo de Batman–, pero no le llega a la suela del zapato a esa brutalidad que fue Bullhead, la primera película del belga.

Italiano tampoco se ha hablado en Pasolini. Abel Ferrara ha preferido a Willem Dafoe que ser fiel a la musicalidad de Dante. Y chirría. Porque quitarle Italia al cineasta italiano es como ponerle a una pizza salsa barbacoa. Un delito. Una pena. Una stronzata. Y, en cualquier caso, el retrato de Pier Paolo se queda a medio camino: ni es ensayo, ni es biografía, ni es novela, ni es poema.
¿Qué nos hemos perdido? Nos vamos a perder (de momento) A Second Chance, el drama de Susanne Bier que está gustando en los corrillos. ¿La excusa? Una bien grande: Matthias Schoenaerts. Sí, el tiarrón de Bullhead. La bestia parda de Óxido y hueso. Dentro de una hora tenemos entrevista con él.
¿Con quién has hablado? Ayer entrevisté al hijo de Sebastiao Salgado, que codirige un documental sobre las fotografías sobre su padre junto a Wim Wenders. “Le cuentas una idea y enseguida la transforma en cine”, me dijo sobre el director de Cielo sobre Berlín.
¿Qué hemos comido? Ensaladilla rusa, pulpo a la gallega y espárragos. En Casa Vallés. Sello de calidad.
¿Qué esperamos de la jornada de mañana? Esperamos mucho de Phoenix –parece la gran tapada del Festival– y de Haemu, dirigida por el guionista de Memories of Murder. ¿Habrá visto este hombre La isla mínima?

Conchómetro: Lo dicho. Ojo a Phoenix y a Mia Hansen Love, que todavía tiene que llegar de París. Pero La isla mínima sigue en nuestro podio.  Y, sobre todo, en nuestro CUORE.

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Polly Bergen nos ha dejado

La actriz Polly Bergen falleció el pasado sábado en su casa de Connecticut, rodeada de sus seres queridos, según ha comunicado la agente de la actriz. Tenía 84 años.

El primer trabajo de Bergen en el cine fue la de prestar su voz para una de las película claves sobre el boxeo, 'El ídolo de barro' ('Champion', Mark Robson, 1949), interpretando a partir de unas cuantas intervenciones no acreditadas, numerosos papeles secundarios en muchos y diversos films, por ejemplo 'For Bravo' (id, John Sturges, 1953). Interviene en varios de los films protagonizados por la pareja cómica Dean Martin-Jerry Lewis, caso de 'At War with the Army' (Hal Walker, 1950), 'That's My Boy' (Hal Walker, 1951) y 'El cantante loco' ('The Stooge', Norman Taurog, 1952).

Pero a Berger se le recuerda sobre todo por su personaje en la extraordinaria 'El cabo del terror' ('Cape Fear', J. Lee Thompson, 1962) como esposa de Gregory Peck. Sin duda, el film más recordado de todos en los que participó.

Como muchas actrices de su generación combinó sus trabajos cinematográficos, en los que no dejó de participar hasta el 2012, con la televisión, donde apareció en series tan conocidas como 'Mujeres desesperadas' ('Desperate Housewives', 2004-2012) o 'Los Soprano' ('The Sopranos', 1999-2007).

Vía | The Wrap

'The Crossing', tráiler y carteles del nuevo drama épico de John Woo

Nunca hubo una época más peligrosa para enamorarse.

Con esa absurda frase romántica se está vendiendo la nueva y ambiciosa película de John Woo, quien parece haberse propuesto rodar su propia versión de 'Titanic' (James Cameron, 1997). Aprovechando el lanzamiento del nuevo tráiler de 'The Crossing', os traigo también los carteles de este drama épico que se estrenará dividido en dos partes, al igual que su último trabajo, 'Acantilado rojo' ('Chi bi'/'Chi bi Part II: Jue zhan tian xia', 2008/2009).

Zhang Ziyi es la gran estrella de un extenso reparto internacional que incluye a Takeshi Kaneshiro, Huang Xiamoing, Song Hye-kyo, Masami Nagasawa y Tong Dawei, entre muchos otros. Wang Hui-ling, uno de los dos guionistas de 'Deseo, peligro' ('Se, jie', Ang Lee, 2007), ha escrito una historia basada en hechos reales que vuelve a narrar dramas amorosos y fraternales durante tiempos de guerra, sin que falte la dosis de acción disparatada marca del director (no os perdáis la escena del camión volando por los aires).

'The Crossing' está ambientada en los años 40 y se centra en los caminos entrelazados de tres parejas de Taiwán y Shanghai, hasta una travesía en busca de una vida mejor que termina en tragedia... La primera mitad de la película se estrena el 2 de diciembre en China y la segunda está prevista para principios de 2015; de momento no hay fecha para nuestro país. A continuación os dejo también el primer avance que circuló por Internet, más extenso, por si el de arriba os ha dejado con ganas de más. ¿Os atrae lo nuevo de John Woo?

Via.blog de cine

Bryan Singer seguirá dirigiendo a los X-Men

Ya es oficial. Tras el éxito de la estupenda 'X-Men: Días del futuro pasado' ('X-Men: Days of Future Past', 2014), Bryan Singer seguirá como director en la franquicia mutante ocupándose de la puesta en escena del siguiente estreno: 'X-Men: Apocalipsis' ('X-Men: Apocalypse').
Nada sorprendente teniendo en cuenta que el cineasta ya dejó un teaser en la escena post-créditos de su última película y lleva desde finales del año pasado colaborando con los guionistas de 'X-Men: Apocalipsis'. Solo el escándalo en el que se vio envuelto al ser acusado de abusar de un menor (el caso fue desestimado tras la marcha atrás del demandante, por cierto) generó dudas sobre su continuidad, quizá por eso 20th Century Fox ha querido despejarlas y confirmar de manera oficial que sigue confiando en Singer.
La nueva entrega seguirá la historia del presente de 'X-Men: Días del futuro pasado', ahora en los años 80, por lo que se cuenta con el reparto de la nueva generación, James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult y Evan Peters; y junto a ellos Hugh Jackman en una de sus últimas apariciones como Logan/Lobezno. Asismismo, se espera la presentación de Channing Tatum como Gámbito aunque su implicación en la saga no está todavía clara. El 27 de mayo de 2016 debería estar la película en cartelera.

Vía | Comingsoon