El cineasta publica un artículo en 'The New York Times' donde niega rotundamente haber abusado de su hija adoptiva y culpa a su ex mujer Mia Farrow de conspirar contra él. Por CINEMANÍA
"Pensé inocentemente que la acusación sería desestimada en el acto porque, por supuesto, no había abusado de Dylan y cualquier persona racional podría ver la maniobra que había detrás [de la acusación]", continúa el director, que recalca varias veces a lo largo de la pieza: "No abusé de Dylan". Después de recordar los pormenores de la investigación de la policía de Connecticut que entonces se desató ("Mia insistió en que había abusado de Dylan y la llevó inmediatamente a un médico para que la examinara. Dylan le dijo al doctor que no había sufrido abusos. Mia entonces se la llevó fuera a tomar helado y cuando volvieron la niña había cambiado su historia. La policía empezó la investigación; una posible imputación empezó a colgar de la balanza") y cómo se sometió a una prueba con polígrafo que superó y Mia Farrow se negó a pasar, Allen llama la atención sobre la conclusión de la Clínica de Abusos Sexuales a Menores del Hospital de Yale-New Haven, que lo exoneraba de sospechas: "¿Podría estar más claro? Mr. Allen no abusó de Dylan; probablemente, la niña de siete años vulnerable y estresada fue instruida por Mia Farrow. Esta concuclisión decepcionó a mucha gente".
"Ahora, 21 años después, Dylan aparece con las acusaciones que los expertos de Yale investigaron y encontraron falsas. Más unas pequeñas florituras creativas que han aparecido mágicamente durante nuestro alejamiento", encara el cineasta la reciente actualización de la polémica. "No dudo de que Dylan haya llegado a creerse que sufrió abusos, pero si desde los siete años una niña vulnerable es instruida por su fuerte madre para odiar a su padre porque es un monstruo que abusó de ella... ¿es tan inconcebible que tras tantos años de adoctrinamiento haya enraizado la imagen de mí que Mia quería establecer?". Allen está convencido de que todo se trata de fabricaciones de Mia Farrow transmitidas incansablemente a su hija a lo largo del tiempo.
Para reforzar la idea, aporta sus propias pruebas: "Incluso el lugar donde los abusos inventados habrían sucedido está pésimamente elegido, pero es interesante. Mia escogió el desván de su casa de campo, un sitio al que debería haberse dado cuenta de que nunca habría ido porque es pequeño, estrecho, cerrado, apenas puedes estar de pie y yo tengo una gran claustrofobia. La una o dos veces que me pidió subir para buscar algo lo hice, pero tuve que salir corriendo deprisa. Sin duda, la idea del desván le vino de la canción With My Daddy in the Attic de Dory Previn. Estaba en el mismo álbum que Beware of Young Girls, el tema que Dory Previn escribiró sobre cómo Mia traicionó su amistad al robarle insidiosamente a su marido, André. Uno debe preguntarse: ¿llegó a escribir Dylan la carta o fue al menos guiada por su madre? ¿Beneficia realmente la carta a Dylan o simplemente sirve a los mezquinos planes de su madre? Que son hacerme daño con calumnias. Incluso hay un débil intento de hacerme daño profesional intentando involucrar a estrellas de cine, lo que huele mucho más a Mia que a Dylan".
El cineasta termina el texto afirmando que es su última palabra sobre el asunto y no volverá a responder a nada más relacionado con el mismo ("demasiada gente ha sido ya dañada"). Al día siguiente, Dylan Farrow se dirigió a The Hollywood Reporter para desmentir algunos de los puntos expresados por Allen y reinicidir en las acusaciones. "Nunca he dudado en describir lo que me hizo. Cargaré con los recuerdos de haber sobrevivido a estas experiencias durante el resto de mi vida", comienza Farrow su respuesta. "Insiste en que mi madre presentó cargos criminales cuando, en realidad, fue un pediatra quien comunicó el incidente a la policía basado en mi testimonio de primera mano (...) Asegura que pasó una prueba de polígrafo cuando, en realidad, se negó a hacer el test de la policía estatal (contrató a alguien para hacer su propio test, que las autoridades no aceptaron como prueba)".
A continuación, recurre a las conclusiones del juicio de custodia presidido por el juez Elliott Wilk (a quien Allen acusa de animadversión hacia él debido a su relación con Soon Yi) en 1992, donde se le concedió a Mia Farrow la custodia de Dylan y Ronan, para terminar diciendo: "Woody Allen tiene un arsenal de abogados y publicistas, pero algo que no tiene de su lado es la verdad".
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