Era una amenaza. El lento con el que inauguraron la 29 edición de los Premios Goya, Ana Belén y Eduardo Noriega bailando pegados Acompáñame, era una advertencia de lo que estaba por venir. Además, era el comienzo de un bizarro remix en playback de los greatest hits del cancionero español coreado por Fran Perea, Miguel Poveda o Lolita con un colofón triunfal titulado Resistiré. ¿Aceptamos el temazo del Dúo dinámico como canción protesta? Al parecer, sí. Y si no, haber especificado lo de las reivindicaciones en los números musicales. Pero, total, al campechanote Dani Rovira se lo perdonamos todo. Y más si sale a escena gritando a los cuatro vientos: “¡Que viva el cine español y su gran contribución a los orcos del estado!”.
Porque a este chico está claro que lo de los monólogos se le da genial:
¿Los Beatles? ¿Los Rolling? ¿Los Doors? Ya sabéis a qué me refiero.
Y sí, lo mejor fueron las cosas de la risa. Empezando por Nacho, Nachete, Nacheras, el ministrísimo de Cultura Wert y siguiendo por Sacristán –¿o era Magneto?–, la estatura de Javier Gutiérrez, Loreak porque yo lo valgo, el chiquitillo de Farmacia de guardia y Ángeles González Sinde y Jordi Mollá como dúo cómico de la noche. Ah, ¿que eso no era un chiste? No, al parecer la extraña pareja venía a presentar el primer premio de la noche a la mejor película europea. Bravo por Ida y también por la gran Nadia López, que subió a recoger el cabezudo en nombre del director Pawel Pawlikowski.
Los premios técnicos arrancaron tímidos–mejor maquillaje y peluquería para Musarañas…– como intentando obviar lo que se nos venía encima –que La isla mínima empezaba arrasando: mejor montaje, mejor vestuario, mejor dirección de arte, mejor actriz revelación para Nerea Barros–. El numerito de claqué no hacía falta (gracias, en serio), sobre todo si iba a seguir ganando La isla mínima –mejor dirección de fotografía para Álex Catalán– y si después venía González Macho, Presidente de la Academia, a recochinearse con su discurso de aquella cosa llamada elipsis. Los cortos –Café para llevar, Walls y Juan y la nube– pasaron rápido y quedaron justificados por el chiste de Rovira –Pé y el acueducto de Segovia–, el minuto de gloria de Karra Elejalde –mejor actor de reparto formando parejita con Carmen Machi, mejor actriz de reparto– y el emotivo discurso de Antonio Banderas, Goya de Honor 2015. Pero la intervención de Alex O´Dogherty, no. En su casa que juegue lo que quiera en la cacharrería, pero experimentos en una gala no, gracias.
Y sí, lo mejor fueron las cosas de la risa. Empezando por Nacho, Nachete, Nacheras, el ministrísimo de Cultura Wert y siguiendo por Sacristán –¿o era Magneto?–, la estatura de Javier Gutiérrez, Loreak porque yo lo valgo, el chiquitillo de Farmacia de guardia y Ángeles González Sinde y Jordi Mollá como dúo cómico de la noche. Ah, ¿que eso no era un chiste? No, al parecer la extraña pareja venía a presentar el primer premio de la noche a la mejor película europea. Bravo por Ida y también por la gran Nadia López, que subió a recoger el cabezudo en nombre del director Pawel Pawlikowski.
Los premios técnicos arrancaron tímidos–mejor maquillaje y peluquería para Musarañas…– como intentando obviar lo que se nos venía encima –que La isla mínima empezaba arrasando: mejor montaje, mejor vestuario, mejor dirección de arte, mejor actriz revelación para Nerea Barros–. El numerito de claqué no hacía falta (gracias, en serio), sobre todo si iba a seguir ganando La isla mínima –mejor dirección de fotografía para Álex Catalán– y si después venía González Macho, Presidente de la Academia, a recochinearse con su discurso de aquella cosa llamada elipsis. Los cortos –Café para llevar, Walls y Juan y la nube– pasaron rápido y quedaron justificados por el chiste de Rovira –Pé y el acueducto de Segovia–, el minuto de gloria de Karra Elejalde –mejor actor de reparto formando parejita con Carmen Machi, mejor actriz de reparto– y el emotivo discurso de Antonio Banderas, Goya de Honor 2015. Pero la intervención de Alex O´Dogherty, no. En su casa que juegue lo que quiera en la cacharrería, pero experimentos en una gala no, gracias.
Via:cinemania
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