Anita Ekberg, la actriz y modelo sueca famosa por su intervención en La dolce vita (Federico Fellini, 1960), ha fallecido hoy en una clínica cercana a Roma. Tenía 83 años, y padecía severos problemas de salud que la habían obligado a desplazarse en silla de ruedas.
Nacida en la ciudad de Malmo en 1931, en el seno de una familia nuerosa (siete hermanos), Ekberg ganó el título de Miss Suecia en 1950, a los 19 años. La fama obtenida gracias a los concursos de belleza le permitió viajar a EE UU en 1953 para dedicarse a la interpretación: tras debutar en El caballero del Mississippi, y tras hacerse cargo de algunos papeles sin mucho lucimiento, incluyendo Abbott y Costello van a Marte y la serie televisiva basada en Casablanca, Ekberg obtuvo por fin un papel ‘serio’… interpretando a una mujer china. Fue en Callejón sangriento (William A. Wellman, 1955), filme en el que compartió encuadres con John Wayne y Lauren Bacall, y que le procuró el Globo de Oro a la Mejor Actriz.
Pese a esta victoria, el porvenir de Ekberg no habría de hallarse en Estados Unidos, sino en Italia: en 1959, la actriz rodó su primer filme en el país de la bota (el péplum Bajo el signo de Roma), y al año siguiente apareció en el filme definitivo de su carrera: La dolce vita no sólo supuso una sátira memorable contra el mundo del famoseo, o la acuñación de la palabra ‘paparazzo’ para designar a un fotógrafo fisgón, sino que también convirtió en icono de celuloide la imagen de Ekberg bañándose en la Fontana di Trevi, y tentando a Marcello Mastroianni a la voz de “Marcello, come here!”.
A partir de ese momento, el resto de la filmografía de Ekberg se desarrollaría en Italia, con ocasiones regresos a Hollywood (Cuatro tíos de Texas, de Robert Aldrich, con Frank Sinatra y Dean Martin) e incluso una incursión en el terror español de serie B con Malenka, la sobrina del vampiro, cinta dirigida por el inefable Armando de Ossorio en 1969. En 1996, la actriz trabajaría con Bigas Luna en Bambola.
Via:cinemania
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