Puede que la economía española no esté como para tirar cohetes, pero estas naciones de cine tienen un estado contable todavía más apurado. Por YAGO GARCÍA
La reina de Genovia, tras consultar la prima de riesgo.
Freedonia
Lo visitamos en... Sopa de ganso (1933)
¿Por qué necesita un rescate? La "tierra de los valientes y los libres", como reza su himno nacional, tiene un respaldo financiero muy poderoso. Hablamos de la millonariaTeasdale (Margaret Dumont), que es la dueña de medio país (o del país entero) y cuyas arcas sustentan la economía nacional. Sin embargo, la señora Teasdale está como un cencerro, y entre sus caprichos está el de imponer a Rufus T. Firefly (Groucho Marx) como Primer Ministro. Tener a un tipo cuyo lema es "no importa la pregunta, yo me opongo" a lacabeza de sus destinos puede ser peor para Freedonia que la quiebra de Lehmann Brothers.
Genovia
Lo visitamos en... Princesa por sorpresa (2001) y su secuela (2004)
¿Por qué necesita un rescate? Epítome de país de cuento de hadas en el cine moderno, esta nación centroeuropea parece toda ella lujo, poderío y paisajes de postal. Además, con una reina teenager tan enrollada como Anne Hathaway y una reina madre como Julie Andrews, el glamour y la diversión le sobran. Todo muy bonito, hasta que recordamos que su principal activo económico es... la exportación de peras (no sabemos si limoneras o no). Los rumores según los cuales la joven soberana se dedica a los robos con escalo, vestida de gata, están por confirmarse, pero dan que pensar.
Vulgaria
Lo visitamos en... Chitty Chitty Bang Bang (1968)
¿Por qué necesita un rescate? No confundas a esta nación con la tierra de los magiares: aunque pille cerca, Vulgaria (con “V”) es otro de esos países europeos que tanto le gustan a Hollywood, llenos de aristócratas con charreteras. Su gobernante, el Barón Bomburst (Gert Fröbe, el malo de James Bond contra Goldfinger) es un truhán con una terrible alergia a la infancia, hasta el punto de contratar al Robaniños para que secuestre a todos los peques de la nación. Por mucho que luego trate de remediar el desbarajuste secuestrando al científico Dick Van Dyke, semejante desperdicio de capital humano tiene que hacerse notar.
Krakosia
(No) lo visitamos en... La terminal (2004)
¿Por qué necesita un rescate? La falta de formación, sobre todo en el campo de los idiomas, es crucial para el progreso económico de un país. Y, si nos guiamos por el caso de Viktor Navorski (Tom Hanks), es una asignatura que Krakosia tiene muy pendiente: este ciudadano llega a la frontera de EE UU hablando un inglés rudimentario, cuanto menos, y el único campo del saber en el que parece estar al día es el del jazz, en el cual (las cosas como son) es un hacha. Sumemos a ello una inestabilidad política que desemboca en guerra civil, y concluiremos que sus finanzas deben estar hechas unos zorros.
Ducado del Gran Fenwick
Lo visitamos en... Un golpe de gracia (1959)
¿Por qué necesita un rescate? Con 40 kilómetros cuadrados de superficie, fronterizo con Francia y dedicado a la producción y exportación de vinos, el Gran Fenwick tendría todos los números para ser un paraíso fiscal. Salvo por un ‘pequeño’ inconveniente: su primer ministro es Peter Sellers. Bueno, y su máxima gobernante, la Gran Duquesa Gloriana, también se parece mucho al cómico británico. Tanto, que hasta se portan con su característica torpeza y tienen unas ideas que ni el inspector Clousseau. Esperemos que el precio de sus caldos se mantenga alto, porque si no el Banco Central Europeo se lo va a pasar pipa con él.
Poniente
Lo visitamos en... Juego de tronos (serie, 2011-…)
¿Por qué necesita un rescate? No, Poniente no es un país europeo. De hecho, ni siquiera está en nuestro mundo. Pero se parece mucho a la Inglaterra medieval, y tras mucho pensarlo nos parece la nación más necesitada de un urgente salvamento financiero. Repasemos sus circunstancias: una guerra civil prácticamente eterna, inviernos que duran décadas y arrasan la agricultura, una penosa gestión por parte de sus reyes (que se multiplican como las setas) y una inversión en I+D+I que se limita al fuego valyrio. Para colmo, el mayor acreedor de la deuda pública es el chuloputas profesional Petyr ‘Meñique’ Baelish. Sus pocos políticos sagaces, como Tyrion Lannister, tendrán que hacer encaje de bolillos para sacarlo adelante.
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