¿A qué dedica su tiempo Steven Soderbergh ahora
que no hace películas? Podría ser una pregunta legítima que te hicieras
de vez en cuando, sobre todo durante la espera entre la estupenda
primera temporada de la serie The Kinick que se ha cascado y la segunda, ya anunciada, si no fuera porque el director de Ocean’s Eleven nos mantiene convenientemente informados de sus últimos entretenimientos. Que si una novela de espías bajo pseudónimo, una obra de teatro con Chloë Moretz…
Y, también, como cualquier cineasta cinéfilo y curioso, estudiando sin
parar las películas que más le fascinan o, incluso, llegando a juguetear
con ellas y remontarlas para llegar a entender mejor su funcionamiento
interno. Por ejemplo, 2001: Una odisea del espacio, de Stanley Kubrick.
Tal y como cuenta en su web Extension 765, últimamente ha pasado mucho tiempo revisando 2001: Una odisea del espacio. Hasta el punto de que, hace unos años, se le ocurrió remontarla. Y durante las últimas vacaciones de Navidad lo hizo. “¿Por qué ahora?”, se pregunta. “No lo sé. Quizás hasta ahora no he sido lo suficientemente mayor como para tocarla . Quizás hasta ahora me asustaba demasiado tocarla, porque no sólo es que la película no necesite mi ayuda —ni la de nadie—, sino que si no es la pieza de arte visual más impresionante e imperecedera del siglo XX se queda cerca. Lo que quiere decir que, si al final iba a tocarla, más me valía tener una idea más elaborada que simplemente recortarla o cambiarle la música”.
¿El resultado? Lo puedes ver en el siguiente vídeo (mientras dure online; un experimento similar que también hizo Soderbergh con La puerta del cielo de Michael Cimino no tardó en desaparecer por cuestiones de copyright), e incluso compararlo con el montaje original de Kubrick. Para ver la película, haz click en la imagen del monolito.
Tal y como cuenta en su web Extension 765, últimamente ha pasado mucho tiempo revisando 2001: Una odisea del espacio. Hasta el punto de que, hace unos años, se le ocurrió remontarla. Y durante las últimas vacaciones de Navidad lo hizo. “¿Por qué ahora?”, se pregunta. “No lo sé. Quizás hasta ahora no he sido lo suficientemente mayor como para tocarla . Quizás hasta ahora me asustaba demasiado tocarla, porque no sólo es que la película no necesite mi ayuda —ni la de nadie—, sino que si no es la pieza de arte visual más impresionante e imperecedera del siglo XX se queda cerca. Lo que quiere decir que, si al final iba a tocarla, más me valía tener una idea más elaborada que simplemente recortarla o cambiarle la música”.
¿El resultado? Lo puedes ver en el siguiente vídeo (mientras dure online; un experimento similar que también hizo Soderbergh con La puerta del cielo de Michael Cimino no tardó en desaparecer por cuestiones de copyright), e incluso compararlo con el montaje original de Kubrick. Para ver la película, haz click en la imagen del monolito.