La reputación es vital, las negociaciones son duras y las cifras son muy distintas de las que se manejan en Hollywood. Tratamos de averiguar el salario que puede embolsarse uno de nuestros cineastas a cambio de rodar un filme. Por YAGO GARCÍA
La pregunta, digámoslo desde el principio, es difícil de responder. En las tablas salariales de la industria audiovisual (cuya versión para 2013 apareció el 10 de mayo en el Boletín Oficial del Estado) no figura la categoría de “Director”. En todo caso, uno puede fijarse en las cifras estipuladas para el sueldo base de un primer ayudante de dirección, tanto en un filme de presupuesto medio o alto (2.766,18 euros/mes) como para una película de bajo presupuesto (2.351,26 euros/mes). Acudir a las instituciones del sector tampoco sirve para obtener respuestas: ante las consultas de CINEMANÍA, tanto el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), la entidad de gestión DAMA y la Academia del Cine respondieron, o bien que no manejan esa clase de datos, o que no tienen autorización para proporcionarlos. “En este país somos muy reticentes a dar cifras, y más aún ahora”, nos explicó nuestro contacto en una de dichas organizaciones.
Nada demasiado nuevo, sentimos decirlo: cualquier periodista sabe que obtener cifras fiables sobre el presupuesto de una película española es una empresa titánica condenada, casi siempre, a acabar en agua de borrajas. Afortunadamente, nosotros hemos podido contar con dos fuentes anónimas, pero seguras. La primera es un director de cine. La segunda, un productor que ha participado en varios éxitos de taquilla, y cuyo comentario al mencionársele los famosos 200.000 euros es muy tajante: “Me parece un disparate”, sentencia. “En este momento, esa cantidad en España no deberían cobrarla más de 10 directores”. Nuestro cineasta también lo considera poco verosímil, aunque con matices: “Dado el carácter dispar, y a veces disparatado, de nuestra industria, no me parece imposible”, comenta.
Negociando fuera de convenio
Ya que en España no disponemos de cifras fijadas institucionalmente (“Los sueldos de los directores no se marcan conforme a los convenios”, nos confirma nuestro productor), podemos apoyarnos en datos de otra industria para obtener una aproximación. Claro que dicha industria es, para variar, la estadounidense: el Director’s Guild of America (sindicato de directores de EE UU) edita cada año una completa tabla de mínimos que, dejando aparte las dietas y los pluses, fija este año la cifra de 12.409 euros/semana para películas de alto presupuesto.Aun así, debemos andar con cuidado: conseguir la membresía en uno de estos sindicatos hollywoodienses es muy complicado, como sabemos, y nuestro productor nos recuerda que "si haces películas fuera del sindicato, no tienes por qué acogerte a los mínimos del DGA". En todo caso, según un estudio del US Bureau of Labor Statistics publicado en 2011 (vía Chron), el salario medio de un cineasta en Hollywood orbitaría en torno a los 68.120 euros al año. Una suma sin nada que ver con las que se embolsan los pesos pesados de la industria (quienes, además, suelen ejercer también como productores o productores ejecutivos de sus filmes), pero que resulta muy apetecible. Y muy lejana, también, de las cantidades que manejamos en España.
“La falta de información sobre los presupuestos reales en España no permite contestar de forma firme”, advierte nuestro director al consultársele sobre estas cifras. Y prosigue: “Tengo la sensación de que los sueldos en este sector, y sobre todo los de los directores (que no tenemos representante) son difíciles de calcular”. En todo caso, la fuente indica que “trasladando los datos estadounidenses a cifras por película, y no por año, sí que podrían darse en producciones españolas, dependiendo de su presupuesto”. Este director nos cuenta, además, cómo fue calculado su salario en el último filme que rodó: “Recibí una oferta del productor, que fue argumentada en base al presupuesto de la película”.
En todo caso, comenta el director, se trata de una cuestión a dirimir con los productores. A él, personalmente, “cobrar más por una producción más cara que por una más barata” le parece la opción más razonable, pero hay otras variables que entran en juego: “La trayectoria y el éxito pasado de otros proyectos, como en el caso de los actores, son determinantes a la hora de alcanzar una buena posición negociadora”. Visto lo cual, al final va a ser que ganar un Goya a lo mejor sí sirve para algo.
¿Dónde están los porcentajes?
La palabra clave, una vez más, es “presupuesto”. Algo que se convierte en un maleficio cuando toca ofrecer datos concretos: factores como las consecuencias fiscales o el acceso a ayudas públicas pesan demasiado. Aun así, nuestro contacto en el mundo de la producción nos da una fórmula posible para calcular el salario de un cineasta: “Un porcentaje del presupuesto estipulado en función al historial en taquilla del director”. Acto seguido, nos advierte de qie la parte destinada a pagar al director y al guionista no debería sumar nunca más de un 10% del coste global del filme, “porque descompensas la película y no tienes dinero para hacerla bien”. Manejando cifras aproximadas, y no concluyentes, el productor remacha: “El salario de un director en España oscilará, creo, entre 40.000 y 150.000 euros, dejando fuera los cuatro o cinco profesionales cuyo nombre basta para poner un proyecto en marcha”.A estas alturas, deberíamos estar contentos: hemos hallado, aunque sea de forma especulativa, cuánto puede llevarse un director español de perfil medio por rodar un filme. Pero todavía queda algo más: cuando se acaba la postproducción y la película llega a los cines aparecen los porcentajes sobre taquilla. Las crónicas de Hollywood están llenas de artimañas y puñaladas traperas entre productores y cineastas, tratando siempre los segundos de llevarse un sobresueldo en función de los beneficios generados por su trabajo. El Director's Guild of America también los tiene en cuenta para sus tablas, dándoles el nombre de "residuals". ¿Existe algo así en España?
Nuestro director sólo puede hablar de oídas: “He oído hablar de un elemento llamado ‘escalado’ que se incluye en los contratos: son retribuciones que se incluyen en los contratos, y que empiezan a manejarse a partir de unas determinadas cifras de recaudación”, dice. El cineasta nos avisa de que sólo los directores con prestigio pueden aspirar a ellos. Algo que confirma el productor: según él, estos pluses están al alcance “de los directores que levantan financiación o generan taquilla”. Que cada cual añada nombres a su gusto. Y, mientras los añade, puede reflexionar sobre cuánto perjudica a nuestra industria (y a su imagen pública) mantenerse así de opaca en lo tocante a sus gastos e ingresos.
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