Si Kim Jong-un va en serio con eso de jugar al 'Call of Duty' en vivo sobre suelo estadounidense, debería revisar estos filmes para documentarse. Por YAGO GARCÍA
No sabemos si Kim Jong-un será tan cinéfilo como su padre Kim Jong-il, quien llegó a escribir un tratado sobre cine e impulsó la producción de filmes tan delirantes como Pulgasari. Pero nosotros le recomendamos que, si su intención de montar una partida en vivo de Call of Duty en suelo estadounidense va en serio, revise estas películas y series para documentarse. Así, lo mismo se le van de la cabeza esas ideas tan combativas.
Amanecer rojo (John Milius, 1984)
Potencia invasora: Una coalición de países muy comunistas y muy malos, formada por la URSS, Nicaragua y Cuba.
La película: "Ninguna potencia enemiga ha invadido EE UU. Hasta ahora". Ese era el amenazante eslogan de esta película, tan deudora de las paranoias del reaganismo como de la psique orgullosamente facha de su director. Pero, claro, tratándose del autor de Conan el bárbaro, la cosa no podía ser tan sencilla: antes que ninguna otra cosa, a Milius lo que le pone es la masacre y la vorágine, con lo cual el filme plantea una paradoja muy interesante. Y es que las tácticas utilizadas por los Wolverines (una pandilla de adolescentes guerrilleros con Patrick Swayze al frente) se parecen mucho, muchísimo, a las que por entonces usaban los guerrilleros latinoamericanos contra las dictaduras apoyadas por la CIA. ¿Será una metáfora?
Un golpe de gracia (Jack Arnold, 1959)
Potencia invasora: El (imaginario) ducado de Gran Fenwick, el país más pequeño de Europa. Su fuerza expedicionaria se compone de 20 soldados con armamento del siglo XII.
La película: Ya nos encargamos de este pequeño gran clásico en el monográfico dedicado a su director, pero nunca está de más recordar lo mucho que nos reímos con él. Porque la Duquesa Gloriana de Fenwick (Peter Sellers) y su primer ministro Montjoy (Peter Sellers) no pretenden sojuzgar EE UU, sino perder la guerra a posta para así recibir ayuda humanitaria. ¿Cuál es el problema? Pues que el día elegido por el capitán Tully (Peter Sellers) para iniciar el golpe coincide justo con unas maniobras militares que dejan indefensa Nueva York, con lo cual los invasores ganan la guerra sin disparar una sola flecha. Añade al potaje la confusión de los fenwickianos con extraterrestres, el pánico a la bomba atómica y la presencia de Jean Seberg, y tendrás entre manos una comedia descacharrante.
Invasión USA (Joseph Zito, 1985)
Potencia invasora: Al igual que en el caso de Amanecer rojo, la URSS moviliza a sus países satélites latinoamericanos para hacerse con el 'Hogar de los Valientes'. ¿Qué pensará de esto Fidel Castro?
La película: En un informe como este, tan apto para recordar las paranoias de la Guerra Fría, ¿quién tenía que aparecer por narices? Pues está claro: Chuck Norris, en una de sus películas producidas por el inefable Cannon Group. Como Desaparecido en combate y su secuela habían dejado Vietnam casi despoblado, Chuck empuña aquí los subfusiles de Matt Hunter, un ex agente secreto dispuesto a limpiar su amada patria de guerrilleros bajitos, morenos y con bigotillo a sueldo de Moscú. Por supuesto, aunque los matones sean latinos el villano principal (Richard Lynch, un supercurrante de la serie B) es un maldito ruski: la forma en la que el tejano barbudo le da pasaporte es tan sangrienta y disparatada que hay que verla para creerla.
El experimento Filadelfia II (Stephen Cornwell, 1994)
Potencia invasora: ¿Creías estar ante otra peli con rusos malos? Pues va a ser que no: aquí, la potencia que ocupa EE UU es la Alemania nazi. Sigue leyendo para saber por qué.
La película: El entrañable clásico de serie B El experimento Filadelfia (1984) tuvo una secuela que tardó una década en llegar, y en la que sus guionistas rizaron el rizo del disparate. Aquí, el protagonista Brad Johnson descubre que los viajes temporales de la anterior entrega provocaron un desbarajuste temporal a la altura de Regreso al futuro II, lo cual creó una realidad alternativa en la que EE UU es un país satélite del III Reich hitleriano. Bueno, eso es lo que dicen los personajes, porque a nosotros tanta águila imperial y tanta gorra de plato nos recuerdan más al juego de mesa Warhammer 40000.
Amerika (serie, 1987)
Potencia invasora: Pues, una vez más y para no perder la costumbre, la Unión Soviética. Hubo polémica, y todo...
La serie: Anunciada en su día a bombo y platillo debido a su alto presupuesto y su reparto estelar (Kris Kristofferson, Sam Neill, Mariel Hemingway) esta serie surgió como una respuesta de derechas a otro telefilme mítico, El día después, que presentaba de forma realista, y por tanto deprimente, las consecuencias de una guerra nuclear. En honor a sus creadores, hay que decir que Amerika esquivaba el usual enfoque bélico en favor de las intrigas políticas, y que aunque se le viera el pelo de la dehesa propagandista resultaba bastante verosímil en muchos aspectos. Virtudes que no la libraban de ser un pestiño capaz de aburrir a las piedras. Porque, para qué engañarnos, había otra serie que contaba una historia similar de forma mucho más entretenida. ¿Quieres saber cuál era?
V (serie, 1984-1985)
Potencia invasora: Nunca supimos de qué planeta venían los 'visitantes' como Diana (Jane Badler). Pero su presencia en nuestro planeta llevó a una situación muy escamosa.
La serie: Por lo general, cuando el cine o la TV abordan una invasión alienígena, se suelen centrar en sus aspectos más espectaculares: naves nodriza gigantescas, monumentos volando por los aires, duelos aéreos que (extrañamente) siempre ganan los cazas terrícolas... Pero, si esta serie conmocionó tanto al público en su día, fue por tomarse las cosas de forma más o menos realista, pintando a unos EE UU sojuzgados por los lagartos alienígenas donde los colaboracionistas son mayoría y la Resistencia una fuerza marginal. Tras una primera temporada de lo más serio, la cosa evolucionó hacia el disparate a marchas forzadas, pero su huella entre los telespectadores dio testimonios de todo tipo. Ahora bien, de su reciente remake, mejor no hablar demasiado.
Red Dawn (Dan Bradley, 2012)
Potencia invasora: Cuando se rodó la película, China. Pero, tras ciertos tejemanejes internacionales, acabó siendo Corea del Norte.
La película: Esta nueva versión de Amanecer rojo, último exponente hasta la fecha de una invasión de cine contra EE UU, dio mucho que hablar. Y no precisamente por su calidad. El estreno de la película (que sigue inédita en España) se retrasó hasta lo indecible debido a la quiebra de MGM, y todavía más cuando los productores decidieron no molestar a China y a su censura, retocando el metraje para cambiar la nacionalidad de los soldados invasores. Parece que ni siquiera la presencia de Chris Hemsworth, Adrianne Palicki y Josh Hutcherson pudo dotar de atractivo a un remake con una premisa tan floja. Además, estamos seguros de que el viejo Milius nunca habría caído tan bajo...
Via:Cinemania
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