lunes, 8 de octubre de 2012

[Crónica Sitges 2012] La hermandad natural de Bayona y Spielberg


El tsunami emocional de J. A. Bayona llega a Sitges y prepara el camino lacrimal para la proyección restaurada de 'E. T., el extraterrestre'. Por TONI VALL

[cronica sitges 2012] la hermandad natural de bayona y spielberg
¿Qué mejor lugar para Lo imposible que Sitges? J.A. Bayona estrenó aquí todos sus cortos y su bautizo en el largometraje El orfanato, era pues casi una cuestión de estado que el público de Sitges viera su nueva película, predestinada desde ya a calar hondo en el subconsciente de cualquier calaña de espectador. Los que la vimos en la proyección de San Sebastián presenciamos un par de desmayos –con intervención de litera incluida- y no pocas lloreras durante los 100 minutos largos que Bayona dedica a desmenuzar la odisea de una familia contra el tsunami del Sureste Asiático de 2004. En Sitges están ya curados de espantos y no hubo lipotimias pero el respetable tiene también sus sentimientos: cualquier oído con un mínimo de afinación escuchó la cantidad de sollozos matinales que planearon por la platea del auditorio.
Curiosamente, el día anterior habíamos padecido con Aftershock la inoperancia visual de Nicolás López para filmar las consecuencias del terremoto y tsunami de Chile en 2010. Nada que ver con lo que hoy nos ocupa. Bayona ha parido una película de ejecución perfecta y habilidad milimétrica, una flecha teledirigida para hacer diana en el alma y conmoverla. Es de un efectismo tan diáfano que uno comprende que alguien pueda sentirse molesto. Seamos más concretos. Su regodeo por los sentimientos, su gusto por jugar con la emoción contenida es casi pornográfico pero su altura fílmica es tan contundente que no puede uno sino rendirse a la evidencia: es un peliculón. De hecho, cuando la imagen funde a negro, si el nombre que aparece no fuera el de su director sino el de un tipo llamado Spielberg, me lo hubiera creído igual.

Gatos viejos, los programadores del festival pusieron a renglón seguido de Lo imposible la versión restaurada de E.T. El extraterrestre. Me importa un pimiento si han mejorado el sonido, si han pasado el cepillo sobre el negativo o si -¡manda huevos!- han borrado los rifles de los policías. La eterna fábula de Eliott y su amigo de otro planeta sigue funcionando como el primer día y no necesita que le hagan ningún lifting.
Y el tercer plato fue la agradable (y poco más) Robot & Frank, de Jack Shreier, peli bonista y algo desangelada que parece el remedo de un cuento de Asimov –El hombre bicentenario no anda lejos- sobre un anciano –antiguo ladrón de solera- con Alzheimer que sus hijos dejan al cuidado de un robot. El extraordinario carisma de Frank Langella inyecta vida a un relato emotivo pero tirando a previsible sobre la vejez y la lucha quijotesca contra la decrepitud.

CINEMANÍA en el Festival de Sitges 2012
Día 2: ¿Qué cine nos queda?
Día 1: Otro susto de muerte para Belén Rueda

1 comentario:

manipulador de alimentos dijo...

Gracias por el vídeo y los comentarios. Me encanta el Festival de Sitges. Saludos!!!