miércoles, 18 de julio de 2012

La subida del IVA descoloca la industria del cine


En un repentino movimiento político-económico el gobierno español ha decidido subir ferozmente los impuestos. Y como si de una película se tratará, el villano se acerca a cámara lenta para descubrir sus fatales planes.
Desde hace ya una larga temporada, años podemos decir, el cine en España – en la exhibición en especial – vive una crisis agudizada en estos tiempos por una crisis de mayores proporciones. Las voces ante esta subida general de impuestos no se han hecho esperar sobretodo ante la (agresiva) presión que se está ejerciendo hacia el mundo de la cultura en general, y del cine en particular.
A partir de septiembre, el IVA sobre las entradas de cine y de teatro son las que más sufren este aumento al pasar del 8% que se pagaba hasta ahora al 21%. El cómo repercutirá este aumento sobre el precio de la entrada aún no se sabe y cada circuito y cine tendrá que ver como ajusta la situación, pero desde los diferentes gremios del mundo del ocio el anuncio ha sido visto como una catástrofe.
Según la Federación de Cines de España, el aumento puede suponer que a largo plazo muchas salas tengan que cerrar – ellos en una primera estimación anunciada el viernes la colocaban en un 70% – ya que la venta en muchas de ellas es insuficiente para mantenerse ante tal aumento o recorte de los ingresos netos.
La situación en la que este impuesto llega a las salas de cine es con una bajada de las recaudaciones durante el 2012 de ya más de un 12% respecto al pasado año. Esto equivale a que este año podría suponer una nueva bajada de 10 a 12 millones de entradas menos que hace un año sin contar el impacto de este posible aumento de los precios.
El pasado 2011 ya supuso una bajada de 6,6 millones de entradas (un 6,5%). Y todo esto, con la “cicatriz” de la Eurocopa, las Olimpiadas a punto de llegar en dos semanas y la subida del IVA para justo después.
En otros países europeos, el IVA sobre las entradas del cine se mantiene por debajo del 10%, como en Finlandia (9%), Noruega (8%), Alemania (7%), Suecia, Francia, Bélgica (6% cada una) o Suiza (2%).
Otro aspecto general que tampoco va a ayudar es la subida sobre el IRPF a la actividad económica lo que afecta a una masa de autónomos cada vez más grande pero debilitada por la situación general. En la industria del ocio, en especial el espectáculo (actores, directores, guionistas y otros profesionales técnicos), está llena de autónomos, y esta subida también es mortal.
El cine fuera del radar de interés de la masa
El problema al que se enfrentan las salas cine – no tanto el teatro – es en la escala de valores de cara a los espectadores potenciales. La crisis que vive de forma interna el cine de cara a su relación con la audiencia es un rechazo a acudir a las salas sea por precios, sea por oferta o sea por competencia de otros ocios que para el espectador, especialmente joven, tienen más valor. Ya es elevada la masa de espectadores que no ve el sentido de acudir a una sala de cine a ver una película por una relación con el “retorno” que eso les supone. No es la masa cinéfila, es la otra masa, la que hay que arrancar del sofá o del bar.
El presidente de la Academia de Cine Español, Enrique Gonzalez Macho (dueño de los cines Renoir) indicaba al diario El Pais “Los exhibidores no podemos asumir esta subida, pero tampoco podemos repercutir en los espectadores este posible aumento del precio. Está absolutamente fuera de lugar. Este sector morirá”.
El cine ahora se enfrenta a una situación complicada con la confianza totalmente minada. En lo que llevamos de año, la industria vivió un primer sablazo agudo en el recorte de las ayudas, en especial la producción, para ahora llegar a un hachazo más complejo de cara a la distribución y la exhibición. Una industria minada por varios frentes y obligada a recular.
Ante todo esto, toca ahora pensar posibles medidas generales de la industria de cara a “revitalizar y contraatacar” esta medida. Una bien podría ser un pacto general entre productores, distribuidores y exhibidores de cara a “reducir” precios, porcentuales de ingresos, etc para así ofrecer una nueva imagen a los espectadores. Las ofertas especiales suelen ser bien recibidas, y una medida general podría “limpiar” una imagen muy dañada.
A veces da la sensación que el cine, en todas sus facetas de la industria, ha sido tomada por el gobierno como si se tratara de una Maria Antonietta. En búsqueda y captura para ser decapitada ante la masa a cual trofeo.

Texto:Pau Brunet
Via: box office

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