miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sally Menke, montadora de los films de Tarantino, aparece muerta en extrañas circunstancias


Muchas veces es difícil valorar la labor de un montador o montadora más allá del ritmo que sepa darle a las secuencias, la limpieza de sus cortes —de los pasos de un plano a otro— o las decisiones sobre ubicaciones. En algunos films o series, también podemos juzgar su buen gusto con respecto a las transiciones y otro tipo de efectos, por ejemplo, para introducir flashbacks o flashforwards y cosas similares. Por ejemplo, si prefiere los cortes a los fundidos o encadenados, si introduce fotogramas en blanco, si opta por el montaje discontinuo —jump cuts— o respeta el ráccord… E incluso a la luz de todo esto sigue siendo arduo evaluar el criterio de la persona encargada del montaje, pues muchas de estas elecciones pueden venir de dirección.

Mucho más importantes que estas cuestiones externas son las decisiones estructurales. Éstas podrían tomarse en la sala de montaje, pero igualmente podrían haber estado establecidas de antemano en el guión y haber sido rodadas para ser montadas así. De hecho, esta segunda opción es la habitual. Ocurriría todo en montaje sólo en los casos en los que el resultado visto en una primera versión no fuese satisfactorio. Sin una crónica donde nos cuente qué decisiones tomó o qué le venía ya determinado, resulta complicado evaluar qué mérito o qué autoría tiene un/a montador/a dentro de una película.

En los casos de los films de Quentin Tarantino, donde el juego con las estructuras, con los puntos de vista y los saltos temporales son su mayor marca de autor, supondríamos que el guionista y director tiene todas estas decisiones ya marcadas desde el guión. Pero eso no quiere decir que la tarea de su montadora, Sally Menke, no fuese laboriosa y apreciable, ya que poner en práctica todos estos postulados no puede resultar sencillo.

Por todo ello, nos llena de congoja y de desconcierto conocer la noticia de la extraña muerte de esta señora, Sally Jo Menke. Podríamos dudar de si es ironía o predestinación que las circunstancias de su fallecimiento se asemejen tanto al inicio de un capítulo de cualquier serie policial del momento: dedicada a la ficción, sufre una muerte que parece de ficción. Pero la respuesta no es ninguna de las dos, sino lo que ya hemos dicho muchas veces: la realidad supera a la ficción.

Sally Menke Esta mujer, de 56 años, estaba casada con Dean Parisot, con quien tenía dos hijos. Ayer, lunes por la mañana, salió muy abrigada —según fuentes del vecindario—, a pesar de la ola de calor que ya se había anunciado, a pasear al perro por Griffith Park, Los Angeles. A la hora a la que ya debería haber regresado, sus amigos alertaron a la policía al ver que no estaba de vuelta.

La policía desplegó a los perros buscadores y los helicópteros, que pasaron horas tratando de dar con ella. Su coche se encontró en un aparcamiento, cerrado de llave, y el perro apareció con vida. El cadáver de Menke apareció en el fondo de un barranco, cerca de Green Oak Drive.

Además de todas las películas de Tarantino por la que la nominaron dos veces al Oscar, Menke había montado ‘Todos los caballos bellos’, de la que también era productora; ‘Mullholland Falls’, ‘Daddy and them’, ‘La sombra de la noche’, ‘Las tortugas Ninja’, ‘El cielo y la tierra’ y algún otro título.

Vía | L. A. Now.

Vía:Blog de cine

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