No voy a volver a repetir la requetecontada historia de despropósitos de esta cinta desde que Gilliam la abordó hace diez años y cómo acabó su sueño a los seis días de empezar a rodar, en un septiembre de 2000.
Con todos los progresos que había hecho últimamente para acabar este filme inacabado que residía en su cerebro como si de una bala se tratara, ya parecía que por fin conseguiría quitarse el san benito de gafe.
A pesar de no poder contar con su deseado Johnny Depp para la película, ya tenía fichado a Robert Duvall como Don Quijote y a Ewan McGregor como su particular Sancho Panza, dos buenas ‘patas’ para un banco como éste. Y sobre todo, que tenía pasta suficiente, unos 20 millones de dólares (la primera intentona se presupuestó por 35), para invertir bien.
Además, la historia retocada prometía, siempre teniendo el cuenta el rollo del que va Terry: la nueva versión de aquel clásico de nuestro Miguel de Cervantes Saavedra girará en torno a un director de cine (McGregor), quien está encantado de unirse a la eterna búsqueda de Don Quixote (Duvall) por su amada, convirtiéndose en un involuntario Sancho Panza.
Pues bien, la gente que asistía el sábado pasado al Festival de Cine Americano de Deauville se llevaría una sorpresa al ver allí a Gilliam presente, cuando teóricamente debería estar hasta las cejas de curro con la susodicha cinta. Y ante la evidente pregunta de cómo es que estaba allí tan ‘desocupado’, confesó lo siguiente:
La financiación se derrumbó alrededor de un mes y medio atrás. Yo no debería estar aquí. El plan era estar rodando ahora ‘Quijote’
Pobre, ya hasta da pena Gilliam.
Aún así dijo que quería terminar la película, que estaba buscando nueva financiación, y que Robert Duval y Ewan McGregor todavía seguían involucrados en el proyecto … entonces mejor que estos dos no lean esto.
- Vía | Variety
- Vía:Tu blog de cine
- Texto:David Cárdenas
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