Entre filmes de menor cuantía, el gran Al busca recuperar su 'mojo' presentando dos películas a la vez en la Biennale.
¿De qué se habla en Venecia hoy? De que después de la sobredosis de Al Pacino
a la que la Mostra nos ha sometido, ya hemos tenido suficiente de él
durante una buena temporada; de las insólitas similitudes –que no se
pueden revelar sin echar mano de spoilers— entre una de las películas proyectadas hoy, The Humbling, y la que inauguró el certamen, Birdman.
¿Qué hemos visto? 1. Words With Gods, película-compendio en la que diversos directores –Arriaga, De la Iglesia, Kusturica—,
meditan sobre las religiones, la fe y la falta de ella. Aparte de los
segmentos dirigidos respectivamente por Arriaga y De La Iglesia, el
nivel general es bastante lamentable. El de Mira Nair, en particular, es
de no creérselo.
2. The Humbling, de Barry Levinson.
Primera de las películas que Al Pacino presenta en la Mostra. En ella
interpreta a un actor que ha que ha perdido su talento interpretativo y
su conexión con la realidad, y que afronta la recta final de su carrera y
quizá también de su vida. En el proceso, se lía con una joven lesbiana.
Es una película curiosa pero fallida: su romance central nunca cobra
verdadera vida, y oscila de forma algo esquizofrénica entre lo cómico y
lo trágico.
3. Manglehorn, de David Gordon Green. Pacino
de nuevo en la piel de un hombre aislado, deprimido y bastante
perturbado, obsesionado por la memoria de la mujer que amó pero a la que
no supo retener. El mejor trabajo intertativo de Pacino en más de una década casi
se ve eclipsado por la molesta tendencia de Green a acumular metáforas
pesadas. La más obvia de ellas: el protagonista es cerrajero, porque
vive en una prisión creada por él mismo, pero también tiene la llave
para salir de ella—.
4. 3 Coeurs, de Benoit Jacquot:
melodrama pretendidamente desgarrador pero esencialmente risible sobre
un triángulo amoroso entre un hombre parisino y dos hermanas de
provincias. Su gran problema en realidad son dos: primero, la necesidad
de Jacquot de echar mano de improbabilidades, coincidencias y
comportamientos estúpidos para hacer avanzar la trama (ese tipo de
trucos son hasta cierto punto lícitos cuando hablamos de melodramas,
pero lo de Jacquot es un abuso); segundo, ¿quién va a creerse que un
tipejo como Benoit Poelvoorde es capaz de volver loquitas nada menos que a Chiara Mastroianni y Charlotte Gainsbourg?
¿Qué has comido? Ensalada verde —así llamaban en el restaurante a un puñado de canónigos— y un pedazo de carne a precio de entrecôte.
¿Con quién has hablado? Jornada sin entrevistas. La prevista con Larry Clark
ha sido cancelada. Finalmente, no ha podido viajar a Venecia porque,
parece ser, se ha roto un brazo. De lo que son capaces algunos para
esquivar a la prensa…
¿Qué esperas de la jornada de mañana? Generalmente, los
grandes festivales de cine acumulan su artillería pesada durante el
primer fin de semana, cuando la afluencia de prensa es mayor, para
asegurarse toda la cobertura mediática posible. Pero este año ni
siquiera espera al lunes para adoptar un perfil bajo. De hecho, para
aplacar el hambre de caras conocidas de que tiene la prensa
internacional tan solo cuenta con Viggo Mortensen, un tipo que, por otra parte, es tan habitual de los festivales que los periódicos ya lo han quemado. Mortensen presenta Loin Des Hommes, ambientada en la Guerra de Independencia de Argelia, en 1954.
Veneciómetro: A menos que al Jurado de preside Alexandre Desplat
–en algún momento podríamos hablar de la excéntrica ocurrencia que tuvo
la Mostra al escoger a un compositor de bandas sonoras para desempeñar
ese rol, y no a un cineasta como mandan la costumbre y el sentido común—
les encantara 99 Homes, de Ramin Bahrani (esperemos que no), Birdman sigue siendo la máxima favorita para hacerse con el León de Oro. Y no conviene olvidar The Look of Silence, de Joshua Oppenheimer.
Via:Cinemania
No hay comentarios:
Publicar un comentario