sábado, 30 de agosto de 2014

Enganchad()s: adictos al sexo en el cine

No son seductores, ni lolitas, ni mujeres fatales. Estos personajes están bien jodidos –con perdón–, aunque no tanto como les gustaría.
Belle de jour

TURISMO SEXUAL

Belle de jour (Luis Buñuel, 1967)
De un modo u otro, el erotismo más visceral estuvo siempre presente en la obra del maño, pero cobró fuerza en su adaptación de la novela de Joseph Kessel, donde Catherine Deneuve es Severine, una mujer casada y por tanto insatisfecha que se lanza a experimentar los recovecos de la prostitución como actividad extraescolar.

POSTUREO EXHIBICIONISTA

Diario de una ninfómana (Christian Molina, 2008)
Una adaptación de la novela supuestamente autobiográfica de la divulgadora de sí misma Valérie Tasso, que comparte con aquélla características de base: poco fuste, cero morbo, coyuntura de mercado y tontería constituyente. Esto no hay por dónde cogerlo, amigos, pero ahí está.

ESTRELLA CHALADA BUSCA

La masoquista (Giuseppe Patroni Griffi, 1974)
Entregada a un papel cuyo primer estímulo es que le permite mostrarse todavía sensual en su madurez, Elizabeth Taylor podría sostener con su sola presencia el metraje de esta olvidada película sobre la desecación de la sexualidad y la agonía del deseo. Suspense con maneras erráticas que tiene en su reparto una sorpresa platino: Andy Warhol. 

NO SIN MI PORNO

Don Jon (Joseph Gordon-Levitt, 2013)
Una comedia romántica atípica, localizada en algún lugar entre Bigas Luna y Mike Nichols, escrita, dirigida y protagonizada con arrojo por Joseph Gordon-Levitt, que interpreta a un sátiro de extrarradio aquejado de uno de los usos más corrientes de nuestro tiempo: la pornografía como adicción.

LOS SEMENTALES TAMBIÉN LLORAN

Shame (Steve McQueen, 2011)
Michael Fassbender, más guapo que todas las cosas, es un antihéroe galante en esta ordalía sobre la muerte del afecto afectada de europeísmo. Cine más o menos ridículo firmado por un señor que no merece el nombre que lleva, no al menos si convenimos en que algo así sólo puede haberlo dirigido una mujer idealista, un niño perdido en el espacio o un curita con muy mala intención.

EL REY DE LA PARAFILIA

Los sexoadictos (John Waters, 2004)
El término erótico-festivo cobra su pleno sentido en la última orgía satírica y existencial que vimos en pantalla grande. Una serie encadenada de incidentes absurdos despiertan la libido en el sector más puritano de una pequeña población. Como siempre en John Waters, a la liberación por el paroxismo.

GEMIDOS EN LAS ONDAS

Entre las piernas (Manuel Gómez Pereira, 1999)
La siempre expansiva Victoria Abril encarna en este curioso y atrevido thriller “marca España” a una locutora de radio, esposa de policía, que acude a una terapia para superar su adicción al sexo sin prever que allí va a conocer a otro que tal baila: ni más ni menos que Javier Bardem en su plenitud viril y enganchado a la línea erótica.

RICCI ENCADENADA

Black Snake Moan (Craig Brewer, 2006)
La querencia de la menudita Christina Ricci por los papeles al límite la llevó a interpretar aquí a una lujuriosa pueblerina rescatada por un viejo bluesman que la mantendrá en cautiverio para curarle la voracidad. Una sinopsis bizarra y un tratamiento que no lo es menos para una historia de atmósfera sureña y fiereza pulp.

INTERIORISMO FRANCÉS

Yo soy ninfómana (Max Pécas, 1971)
Pura sexploitation, un melodrama de baratillo que puso en boga el cine picarón de Max Pécas, erotómano capital del cine popular francés. Sandra Julien se atormenta y busca consuelo a su apetito en la iglesia y hasta en la psiquiatría, la coartada habitual para ir mostrando fuero interno y jaleo corporal mientras se encarama en lo que se conoce como “amor verdadero”.

LAS NINFAS DE JESS
Diario íntimo de una ninfómana
Diario íntimo de una ninfómana (Jesús Franco, 1972)
Una de las producciones francesas donde el tío Jess se soltó la melena con una trama sórdida llena de sexo, rocambole y jazz. Sugerente cine de improvisación, destinado al consumo rápido en salas de tercera (ya fuera en su montaje blando o en el reforzado con planos genitales), que contiene todos los tics del añorado heterodoxo.

PROVOCACIÓN PIONERA

Éxtasis (Gustav Machaty, 1933)
Incluyendo esta película hacemos trampa, porque en realidad Hedy Lamarr interpretaba en ella a una adúltera común. En nuestro descargo diremos que entonces la infidelidad femenina se entendía como el mismo vicio luciferino que mueve a la ninfomanía, y por ello fue condenada por el Vaticano y por todas las ligas de la decencia habidas y por haber.

‘DESINTOEXCITACIÓN’

Amor sin control (Stuart Blumberg, 2012)
Gwyneth Paltrow, Mark Ruffalo y Tim Robbins están los tres para que los encierren en esta envarada tragicomedia de neoyorkinos con problemas (¡huyamos!). La adicción dichosa es el nodo que liga a los personajes en un contexto chiflado, porque si antes el sexo era un problema cuando faltaba, ahora, en plena era de colapso capitalista, lo es porque sobra. ¡Algo va mal!

TRATAMIENTO DE CHOQUE

Corredor sin retorno (Samuel Fuller, 1963)
El clásico de Fuller donde un periodista se cuela en un psiquiátrico para desentrañar un crimen contiene una de las escenas más terroríficas que recordamos de las relacionadas con nuestra patología: cuando el protagonista se ve atrapado en el pabellón de las ninfómanas y el sueño de todo hombre se ve convertido en pesadilla.

DOS ROMBOS, NINGÚN DOGMA

Nymphomaniac (Lars von Trier, 2013)

La adicción de Lars von Trier es buscar escándalos con cada estreno. Experimentado como productor porno a finales de los 90, el danés ha filmado la vida sexual (“de los 0 a los 50 años”) de una mujer interpretada por Stacy Martin y Charlotte Gainsbourg sin escatimar explicitud pero pegando digitalmente las caras de su estelar reparto (Shia LaBeouf, Uma Thurman, Willem Dafoe) a los cuerpos fornicantes de actores X.
VIA.CINEMANIA

No hay comentarios: