No son seductores, ni lolitas, ni mujeres fatales. Estos personajes
están bien jodidos –con perdón–, aunque no tanto como les gustaría.
TURISMO SEXUAL
Belle de jour (Luis Buñuel, 1967)
De un modo u otro, el erotismo más visceral estuvo siempre presente
en la obra del maño, pero cobró fuerza en su adaptación de la novela
de Joseph Kessel, donde Catherine Deneuve
es Severine, una mujer casada y por tanto insatisfecha que se lanza a
experimentar los recovecos de la prostitución como actividad
extraescolar.
POSTUREO EXHIBICIONISTA
Diario de una ninfómana (Christian Molina, 2008)
Una adaptación de la novela supuestamente autobiográfica de la divulgadora de sí misma Valérie Tasso,
que comparte con aquélla características de base: poco fuste, cero
morbo, coyuntura de mercado y tontería constituyente. Esto no hay por
dónde cogerlo, amigos, pero ahí está.
ESTRELLA CHALADA BUSCA
La masoquista (Giuseppe Patroni Griffi, 1974)
Entregada a un papel cuyo primer estímulo es que le permite mostrarse todavía sensual en su madurez, Elizabeth Taylor
podría sostener con su sola presencia el metraje de esta olvidada
película sobre la desecación de la sexualidad y la agonía del deseo.
Suspense con maneras erráticas que tiene en su reparto una sorpresa
platino: Andy Warhol.
NO SIN MI PORNO
Don Jon (Joseph Gordon-Levitt, 2013)
Una comedia romántica atípica, localizada en algún lugar entre Bigas Luna y Mike Nichols, escrita, dirigida y protagonizada con arrojo por Joseph Gordon-Levitt,
que interpreta a un sátiro de extrarradio aquejado de uno de los usos
más corrientes de nuestro tiempo: la pornografía como adicción.
LOS SEMENTALES TAMBIÉN LLORAN
Shame (Steve McQueen, 2011)
Michael Fassbender, más guapo que todas las cosas,
es un antihéroe galante en esta ordalía sobre la muerte del afecto
afectada de europeísmo. Cine más o menos ridículo firmado por un
señor que no merece el nombre que lleva, no al menos si convenimos en
que algo así sólo puede haberlo dirigido una mujer idealista, un niño
perdido en el espacio o un curita con muy mala intención.
EL REY DE LA PARAFILIA
Los sexoadictos (John Waters, 2004)
El término erótico-festivo cobra su pleno sentido en la última
orgía satírica y existencial que vimos en pantalla grande. Una serie
encadenada de incidentes absurdos despiertan la libido en el sector más
puritano de una pequeña población. Como siempre en John Waters, a la liberación por el paroxismo.
GEMIDOS EN LAS ONDAS
Entre las piernas (Manuel Gómez Pereira, 1999)
La siempre expansiva Victoria Abril encarna en este curioso y atrevido thriller
“marca España” a una locutora de radio, esposa de policía, que acude a
una terapia para superar su adicción al sexo sin prever que allí va a
conocer a otro que tal baila: ni más ni menos que Javier Bardem en su plenitud viril y enganchado a la línea erótica.
RICCI ENCADENADA
Black Snake Moan (Craig Brewer, 2006)
La querencia de la menudita Christina Ricci por los
papeles al límite la llevó a interpretar aquí a una lujuriosa
pueblerina rescatada por un viejo bluesman que la mantendrá en
cautiverio para curarle la voracidad. Una sinopsis bizarra y un
tratamiento que no lo es menos para una historia de atmósfera sureña y
fiereza pulp.
INTERIORISMO FRANCÉS
Yo soy ninfómana (Max Pécas, 1971)
Pura sexploitation, un melodrama de baratillo que puso en boga el cine picarón de Max Pécas, erotómano capital del cine popular francés. Sandra Julien
se atormenta y busca consuelo a su apetito en la iglesia y hasta en la
psiquiatría, la coartada habitual para ir mostrando fuero interno y
jaleo corporal mientras se encarama en lo que se conoce como “amor
verdadero”.
LAS NINFAS DE JESS
Diario íntimo de una ninfómana (Jesús Franco, 1972)
Una de las producciones francesas donde el tío Jess
se soltó la melena con una trama sórdida llena de sexo, rocambole y
jazz. Sugerente cine de improvisación, destinado al consumo rápido en
salas de tercera (ya fuera en su montaje blando o en el reforzado con
planos genitales), que contiene todos los tics del añorado heterodoxo.
PROVOCACIÓN PIONERA
Éxtasis (Gustav Machaty, 1933)
Incluyendo esta película hacemos trampa, porque en realidad Hedy Lamarr
interpretaba en ella a una adúltera común. En nuestro descargo
diremos que entonces la infidelidad femenina se entendía como el mismo
vicio luciferino que mueve a la ninfomanía, y por ello fue condenada
por el Vaticano y por todas las ligas de la decencia habidas y por
haber.
‘DESINTOEXCITACIÓN’
Amor sin control (Stuart Blumberg, 2012)
Gwyneth Paltrow, Mark Ruffalo y Tim Robbins
están los tres para que los encierren en esta envarada tragicomedia de
neoyorkinos con problemas (¡huyamos!). La adicción dichosa es el nodo
que liga a los personajes en un contexto chiflado, porque si antes el
sexo era un problema cuando faltaba, ahora, en plena era de colapso
capitalista, lo es porque sobra. ¡Algo va mal!
TRATAMIENTO DE CHOQUE
Corredor sin retorno (Samuel Fuller, 1963)
El clásico de Fuller donde un periodista se cuela
en un psiquiátrico para desentrañar un crimen contiene una de las
escenas más terroríficas que recordamos de las relacionadas con
nuestra patología: cuando el protagonista se ve atrapado en el
pabellón de las ninfómanas y el sueño de todo hombre se ve convertido
en pesadilla.
DOS ROMBOS, NINGÚN DOGMA
Nymphomaniac (Lars von Trier, 2013)
La adicción de Lars von Trier es buscar escándalos
con cada estreno. Experimentado como productor porno a finales de los
90, el danés ha filmado la vida sexual (“de los 0 a los 50 años”) de
una mujer interpretada por Stacy Martin y Charlotte Gainsbourg sin escatimar explicitud pero pegando digitalmente las caras de su estelar reparto (Shia LaBeouf, Uma Thurman, Willem Dafoe) a los cuerpos fornicantes de actores X.
VIA.CINEMANIA
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