El actor austríaco, ganador de un Oscar por 'Vencedores o vencidos', falleció a los 83 años en la ciudad de Innsbruck. Por CINEMANÍA
Dados su origen y su muy teutónico rostro, Schell vistió muchas veces los uniformes de la Wehrmacht o de las Waffen SS frente a las cámaras: véanse sus intervenciones en La cruz de hierro (Sam Peckinpah, 1977) y Los clandestinos de Asís (A. Ramati, 1955). Pero su carrera también hubo huecos para el cine de género más desaforado, como Vampiros de John Carpenter (1998) y El abismo negro, un mastodóntico fracaso de la factoría Disney en el que su rol de mad doctor espacial (creador, además y para colmo, de un robot llamado Maximilian) es una pura delicia histriónica.
Dramaturgo, director, músico y escritor además de actor, Schell nunca se retiró del todo, y cuando le sobrevino la muerte acababa de terminar su trabajo en la producción francesa Les brigands.
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