domingo, 2 de febrero de 2014

Disney: 'Música maestro', de VVDD


Por más que los artistas de Disney no se encontraban nada cómodos en ellas, la coyuntura económica derivada de las estrecheces propias de la contienda bélica unidas a los muchos cortometrajes de carácter educativo que los estudios habían preparado durante los años de la Segunda Guerra Mundial habían finalizado por determinar el tipo de producciones que iban a caracterizar a la compañía durante los años cuarenta. Y hacia 1946, cuando ya habían transcurrido cuatro años desde que se estrenara el último largometraje animado en el estricto sentido de la palabra, parecía improbable que pudiera volverse de forma inmediata a contar una historia única como aquellas con las que la productora había iniciado su andadura a finales de los años 30.
Y así, una vez más, Disney estrenaba en los cines de Estados Unidos un vehículo enhebrado a partir de varios segmentos que, con el título de ‘Música maestro’ (‘Make Mine Music’, VVDD, 1946), volvía a incidir en los intereses de Walt por experimentar con música e imagénes. Un experimento que, recordemos —aunque no sea necesario—, le había llevado en 1940 al estreno de su magistral ‘Fantasía’ (‘Fantasia’, VVDD), costándole más de un disgusto al fundador de la casa de Mickey por la poca aceptación que tuvo una cinta considerada demasiado extraña en su momento y que, a todas luces, se eleva como una de las cumbres incuestionables del cine de animación.
Musica maestro 2
Desafortunadamente, no se puede decir lo mismo de este ‘Música maestro’ que hoy nos ocupa, y salvo contados momentos, los 75 minutos de metraje de la cinta albergan poco a lo que asirse para no relegarla al mismo grupo de producciones en las que cabría meter a las dos cintas que hemos visto hasta ahora en este interludio de la compañía, cintas que, como hemos dicho, deslucen la trayectoria previa de los estudios y que, no obstante, servirán como el perfecto abono para que, a finales de la década de los cuarenta, Disney esté en perfectas condiciones para volver con fuerza a desarrollar sus “clásicos”.
Es muy probable que lo idóneo, llegados a este punto, fuera ir centrando el discurso en el somero análisis pormenorizado de lo que los diferentes segmentos de ‘Música maestro’ van ofreciendo pero, considerando que ni siquiera ‘Fantasía’ en toda su magnificencia justificó el esfuerzo de acercarse de forma aislada a la valoración de cada una de sus partes, el que la cinta que hoy nos ocupa detente tan inane calado hace aún menos válida una aproximación exhaustiva, máxime cuando, a la vista de los 10 títulos que conforman el filme, sólo tres merecerían de una especial atención.
Musica maestro 3
Dicha terna es la que conforma ‘All the Cats Join In’, ‘A Fairy Tale with Music: Peter and the Wolf’ y ‘Opera Pathetique’, tres cortos de desigual duración que, como pasará en el resto de la proyección, carecen de nexo de unión: a la manera de ‘Fantasía’ y prescindiendo de cualquier intento, por mínimo que éste pudiera llegar a ser, de aportar un hilo conductor a la narrativa del filme, el interés se centra aquí en experimentar con las posibilidades de la música y las imágenes animadas, unas posibilidades que alcanzan cotas de auténtico genio con el primer segmento de los tres citados —el mejor de la cinta y una auténtica maravilla predecesora de la ‘Rapdosia en azul’ que veremos en ‘Fantasía 2000’ (id, VVDD, 1999)— gracias a ese lápiz que va dibujando la acción y los personajes conforme la música de Benny Goodman va avanzando.

Complementado éste primero por una pequeña pero algo desaprovechada versión de esa fantástica pieza que es ‘Pedro y el Lobo’ de Prokofiev —una recomendación para quien no la haya escuchado, haceros con la versión narrada por Rafael Taibo, una maravilla— y por esa historia de la ballena que quería ser cantante de ópera, el resto de ‘Música maestro’ se mueve entre lo correcto de sus dos primeras estaciones y la penúltima de sus paradas —con un ‘A Tone Poem’ que no es más que el corto deshechado del ‘Claro de Luna’ de Debussy que incluímos en la entrada de ‘Fantasía‘— y lo poco o nada representativo del núcleo intermedio, que se visiona con interés limitado y que, ante todo, sirve como perfecto muestrario de lo poco que queda para el recuerdo de un filme que, si bien volvería a ser un éxito comercial con sus dos millones de recaudación, ha sufrido sobremanera el desgaste y olvido derivado del paso de los años.

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