Muere Run Run Shaw, productor pionero del cine de artes marciales

El último de los Shaw Brothers, la mayor productora de cine de Hong Kong, ha fallecido a los 106 años dejando un legado de más de 300 películas, entre ellas 'Blade Runner'. Por CINEMANÍA

No es posible entender el cine de kung fu y artes marciales de Hong Kong sin la productora Shaw Brothers. Entre 1958 y 1987 lanzó al mercado asiático e internacional cerca de un millar de filmes de género, cuyas fascinantes coreografías y atrevidas apuestas formales mantenían entusiasmados a espectadores de todo el mundo (entre ellos Quentin Tarantino, como se encargó de demostrar reutilizando la famosa careta de la compañía en Kill Bill Vol. 1). El último de sus responsables, el productor Run Run Shaw, ha fallecido a los 106 años en Hong Kong.

Run Run Shaw aparece acreditado junto a su hermano Runme Shaw (quien murió en 1985) como productor de más de 360 títulos, entre los que se encuentran clásicos de la talla de El espadachín manco (Cheh Chang, 1967) o Las 36 cámaras de Shaolin (Liu Chia-liang, 1978). Fuera de Hong Kong, su producción más importante fue la participación financiera (no acreditada) en Blade Runner (Ridley Scott, 1982). Al frente de Shaw Brothers, Sir Run Run y su hermano incorporaron el modelo de producción del Hollywood clásico a su compañía con docenas de estrellas contratadas en exclusiva (Lo Mang, Chiang Sheng, Ti Lung, David Chiang) a las que reutilizaba constantemente.

Los Shaw llegaron a convertirse en grandes magnates mediáticos capaces de dominar la taquilla del Sudeste asiático con espectaculares fenómenos de masas como el romance musical The Love Eterne (Li Han Hsiang, 1963). Fue a finales de los 60 cuando decidieron especializarse en el kung fu y el cine de artes marciales, exportando muchos de sus títulos a occidente. No les faltó competencia por parte de estudios rivales (Cathay, Golden Harvest), pero hasta que a finales de los años 80 la empresa decidió centrarse en el canal de televisión TVB nunca perdieron el peculiar toque de experimentación desenfadada que hacía las peleas tan fascinantes cuando se veían en Shaw Scope.