Cada una de las entregas de la trilogía anillera costó menos de 100 millones de dólares; la nueva aventura en la Tierra Media de Peter Jackson ya lleva 561 millones gastados. Por CINEMANÍA
Los 561 millones de dólares cubren los 266 días de rodaje, dos años de post-producción y dos meses de rodaje adicionales, que fueron programados cuando Jackson y MGM decidieron convertir las dos películas en las que iba a ser contada El hobbit en una trilogía. El alto coste de los filmes no se debe sólo a su sobreabundancia de efectos especiales, sino que la decisión de rodar a la vez en 3D y a 48 fotogramas por segundo fue un desafío técnico con un gasto considerable. No obstante, tampoco creemos que los ejecutivos del estudio estén muy preocupados por tanto dispendio, teniendo en cuenta que la primera entrega, Un viaje inesperado, recaudó en todo el mundo más de 1000 millones de dólares (sobre todo gracias al tirón de la taquilla fuera de EE UU y el más caro precio de sus entradas). ¿Superarán esa cifra las dos partes que quedan? De momento, el techo en taquilla de las adaptaciones de J. R. R. Tolkien lo ostenta El señor de los anillos: El retorno del rey con casi 1120 millones de dólares mundiales... y sin suplementos 3D.
El Hobbit: La desolación de Smaug se estrena el 13 de diciembre.
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