Un sistema de análisis matemático podría ser la clave para generar el guión de un 'blockbuster'. Y la industria se lo está tomando muy en serio. Por CINEMANÍA
Por la módica cantidad de 20.000 dólares (algo más de 15.000 euros), Bruzzese y su compañía Worldwide Motion Picture Group desglosan guiones y los comparan con los de filmes de éxito contrastado mediante un sistema de algoritmos, conjuntos de reglas y operaciones -matemáticas o no- que permiten obtener un resultado concreto. Es decir: que si a Iron Man 3 le ha llevado un número "x" de explosiones, otra cantidad de escenas de acción y una cierta proporción de momentos jocosos para convertirse en la película más taquillera en la que llevamos de año, este método podría ayudarte a crear el taquillazo perfecto siguiendo esa fórmula. ¿O no?
Los ejemplos proporcionados por Bruzzese al New York Times oscilan entre lo sublime y lo ridículo. Sin ir más lejos, los 487,19 millones de euros acumulados por El hombre de acero durante dos meses y pico no sólo se deberían al aplastante potencial de márketing generado por Superman, sino también a que "un superhéroe protector resulta más atractivo que un superhéroe oscuro o maldito". Dado que, durante un año de vida en cartelera, El caballero oscuro sumó 807 millones de euros (ajustados), la sugerencia no es descabellada, aunque le falte todavía pasar la prueba del tiempo. Otro estreno reciente, Expediente Warren (79 millones hasta la fecha) podría haberse beneficiado de otra de las normas del estadístico: "Los demonios de cine pueden ser invocados, o atacar a personas inocentes. En este último caso, las películas de terror resultan más rentables". Lo cual, de ser cierto, explicaría por qué aquel anunciado remake de Hellraiser fue a parar al cubo de la basura.
Por otra parte, el prestigio de Vincent Bruzzese y de Worldwide Motion Picture tiene casos concretos para sustentarse. Uno de ellos: El inocente, aquel filme de 2011 protagonizado por Matthew McConnaughey y una Marisa Tomei recién oscarizada, del que nadie esperaba mucho y que acabó obteniendo muy buenas críticas y 56 millones de euros (casi el doble de su presupuesto) en las taquillas internacionales. añadamos que Worldwide Motion Picture ha rehecho otros éxitos recientes, como Oz: Un mundo de fantasía(372 millones). Y que, según una fuente anónima, el fracaso de Abraham Lincoln: Cazador de vampiros podría deberse a que sus productores, entre ellos Tim Burton, habrían ignorado los consejos del márketing matemático.
"En unos años, todo el mundo usará este sistema", explicó al rotativo neoyorquino Scott Steindorff, productor de El inocente. "Los únicos que se resisten son los guionistas: piensan que lo que ellos hacen es arte, y no quieren pasar por el aro". Además, el New York Times cita entre sus testimonios el de un guionista ganador del Oscar, que prefiere no dar su nombre y según el cual uno de sus textos le fue devuelto por la empresa de Bruzzese con "los mejores consejos que he leído en mi vida". Porque el analista afirma que lo suyo no es una simple martingala numérica, y que el factor humano (en forma de lectores profesionales con mucha experiencia en la industria) también ocupa un lugar importante.
"Cuando trabajo en un guión, acepto consejos hasta de mi abuela", comenta algo alarmado el escritor Ol Parker (El exótico hotel Marigold). "El problema es que, visto esto, los ejecutivos preferirían escuchar a mi abuela que escucharme a mí". Desde luego, el ejemplo está bien traido: el blog británico Planet Ivy comenta que el auge de este tipo de análisis supondrá un auge del "cine sin sustancia", y que las majors están mucho más dispuestas de lo que parece a recurrir a ellos. Desde Moneybox (el blog especializado en economía de la web Slate), el experto Matthew Yglesias le quita hierro al asunto: según explica, las tarifas de Worldwide Motion Picture son minúsculas en comparación con lo que una gran productora estaría dispuesta a desembolsar a cambio de un éxito.
"Esto no es una simple cuestión de números", remachó Bruzzese en un comentario al artículo de Moneybox. E insistió: "En lugar del proceso actual, que deja al guionista fuera de cuadro, nosotros nos ponemos en contacto con los escritores y les asesoramos". El matemático prosigue advirtiendo de que, en el sistema tradicional de los estudios, un libreto está condenado a separarse de su creador para caer en manos de script doctors y coguionistas que lo reformarán de arriba abajo sin contactar siquiera con su primer responsable. Pero, no obstante sus protestas de inocencia, la repercusión de la noticia nos confirma algo tan triste como cierto: Hollywood siempre estará dispuesta a renunciar a la personalidad a cambio de un negocio seguro.
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