No.
No en estos momentos y en esta situación. Desde hace unos meses parece
que las previsiones, aún queriendo ser optimistas, tienen una base más
cercana a la suerte que a las normas del mercado. Los parámetros que se
usaban apenas tienen un sentido y si hay algo que ahora reina en nuestro
box office es lo imprevisible.
No solo son muchos los factores que han cambiado a nivel de
percepción de este ocio con los espectadores potenciales sino que
también la misma crisis general que vive el país ha llevado a un
retroceso que tiene la traducción directa de la taquilla a una reducción
de inversión en los lanzamiento incluso en los grandes eventos – qué
son los que evidencian un mayor desinterés ante el agudo cambio que han
vivido estas cifras.
Durante esta primera mitad de 2013 las cifras se han derrumbado un
agudo 14% hasta los 230 millones de €, lo que se traduce en una caída de
la audiencia de 18% – es decir, 33 millones de espectadores.
La extrema dificultad en el momento de prever cómo puede ir un
estreno se basa en qué hay un claro desconocimiento ante qué puede
interesar a la audiencia potencial. El agudo desequilibrio que hay entre
las cifras actuales y las de hace menos de un año y la comparativa con
otros mercados tampoco favorece a crear una base para orientar las
estimaciones.
Observando una evolución interesante vemos que los números uno de
este 2013 han presentado una media de 1,83€, un 12% menos que la media
de estrenos de la primera mitad de 2012 y un espectacular 33% menos de
hace dos años, cuando el primer puesto tenía una media de 2,8 millones
de €. Ante esta situación los ejemplos para ir creando una base de
parámetros y antecedentes obliga a revisar los estrenos con una
perspectiva más única que en el pasado.
Los diversos factores que permiten acercarse a la previsión de un
estreno hoy por hoy pasan por medir no solo el descenso de las cifras
generales, sino también un descenso agudísimo del interés de la
audiencia pero sin base sobre el porqué no acuden a las salas. Una
especie de “ruleta rusa” en el que sabes que normalmente solo gana un
estreno, no lo hace por goleada y a veces puede que nadie gane.
Viendo como ejemplos estrenos recientes, una cifra como la que presenta Gru. Mi villano favorito 2 en
su estreno español no puede interpretarse negativamente pese a estar
lejos de lo visto en Estados Unidos y otros mercados que no hace mucho
eran equivalente a España. La diferencia del volumen de ingresos de este
año y la aceptación de la audiencia son elementos por donde agarrarse
mejor a los resultados.
Seguramente establecer “espejos” ante los antecedentes similares y
los actuales podría dar nuevas pistas a la hora de entender las cifras,
pero a la vez ofrecería la trágica imagen que ni el número de salas ni
el promedio de estas es similar y como tal la industria de la exhibición
se enfrenta a un desequilibrio agudo a la hora de soportar según que
situaciones. Si la “necesidad” de pantallas se reduce ante esta
situación, aún más peligrosa es la aguante de las salas – y como clara
consecuencia están los cierres de dos cadenas como Renoir y CineBox.
Como en todo hay excepciones y este año seguramente las que más son Iron Man 3 que logra ser el mayor estreno de un film de superhéroes – 3,85 millones de € – y Mamá,
que presentó un robusto estreno siendo un producto de terror y que
además no contaba con el peso y locomotora de una gran cadena como
Antena 3 o Telecinco – 2,3 millones de €.
Para hacer las previsiones es necesario observar películas similares,
estrenos con parecidos elementos, la empresa, el tiempo, el contexto,
la competencia. Pero el cómo estos afectan al estreno no tiene relación
con los tiempos actuales, y menos aún podemos encontrar comparativos
sólidos.
Las previsiones de futuros estrenos son un ejercicio necesario en la
industria – como pasa en cualquier industria de consumo – ya que aquí se
basa el potencial del film. La situación grave de prever acertadas
aproximaciones a tan corto plazo son aún peores cuando se hacer a largo
plazo ya que tiene consecuencias a la hora de medir precios de
adquisición e inversiones en lanzamiento. Es dar palos de ciego con
costosas consecuencias.
¿Qué favorecería a que acertar mejor las previsiones? El cambio a una
situación con mayor atención de los espectadores, algo que pudiera
crear una base en la que la audiencia tiene la intención de acudir a la
salas por lo que las acciones y campañas tiene opción a ser efectivas.
El problema actual que se detecta en los lanzamientos – y que tampoco
favorece a saber que puede pasar – es que están basados en un contexto
en el que la gente acudía a las salas y estaba atenta a los
lanzamientos. Ejemplo valido es la diferencia entre el universo
mainstream y el aurtoal/limitado/arthouse. En este segundo se observa un
ritmo más similar al pasado, sin un gran desequilibrio consecuencia que
su audiencia sigue están ahí con un mismo contexto que en el pasado. La
base cinéfila y cultural es importante, y perderla trae las trágicas
consecuencias que observamos en el cine mayoritario.
VIA: BOX OFFICE
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