Cinco pequeñas piezas de animación que no podéis dejar pasar. Además, recuperamos la primera adaptación animada de 'El Hobbit' ahora que Bilbo Bolsón se estrena en formato largo en los cines de todo el mundo. Por PABLO GONZÁLEZ TABOADA
1. I'm Fine Thanks
Irlanda, 2011. Director: Eamonn O'Neill
Eamonn O'Neill es el nombre de uno de los nuevos talentos surgidos de la Royal College of Art, un director que con apenas cuatro trabajos ha conseguido atraer la atención de todo el mundo habiendo sido fichado en el prestigioso Studio AKA de Reino Unido. Razones no faltan: tiene una particular visión del mundo, como ya demostró en My Day (2008) y On the Quiet (2009), pero con su I'm Fine Thanks O'Neill se deja de preámbulos y se mete de lleno en la liga de los grandes inconformistas del medio, dando a luz a una especie de híbrido entre la locura de David O'Reilly (cuyo excelso The External World es de imprescindible visionado) y el existencialismo de Don Hertzfeldt. ¿La historia? La de un hombre que no encaja en el mundo. Durante menos de cinco minutos nos introducimos en su microcosmos y salimos tocados ante la negrura, pero al mismo tiempo veracidad, de ese universo representado por O'Neill. Hay que verlo para creerlo, excelente.
2. An Alien Claymation
Reino Unido, 2012. Director: Lee Hardcastle
Lee Hardcastle es ya un viejo conocido por estas páginas. Si en el tercer artículo de las píldoras animadas hablamos de T for Toilet (2011) y destacamos su trabajo para Sufjan Stevens (Mr. Frosty Man) en Clipmania , ahora de nuevo hay que volver a seguir su carrera porque con An Alien Claymation, recién salido del horno, se suma otro tanto consiguiendo crear en tres minutos de delirante splattermation (plastilina como material, gore como mecanismo) donde el guión es tan sencillo y efectivo como rara vez se ha visto, contando cómo unos alienígenas llegan a la Tierra, a la casa de un padre con su bebé, y tras ver a éste decidirán meterle en un microondas. Por supuesto su progenitor no lo permitirá, enfrentándose a los marcianos con todo lo que tenga en su mano. Salvaje y alocado, se trata de una pieza excelsa a nivel técnico (como siempre en Hardcastle) con un final delirante y repleto de inventiva. Quizá sea, junto al citado T for Toilet, su mejor trabajo hasta la fecha. Que ya es decir.
3. Wanted Melody
Francia, 2012. Varios directores
Wanted Melody from Wanted Melody on Vimeo.
Se han hecho westerns de todos los tipos, formas y colores; duraciones y nacionalidades. Pero nunca uno había tenido a los protagonistas de Wanted Melody, que convierte a los habituales clichés del género (indios y vaqueros) en... penes, que utilizan sus testículos a modo de piernas. Todo esto con una animación 3D la mar de vistosa y un evidente toque cartoon, que pese a saquear ideas de aquí y allá, como los Worms de la saga de videojuegos homónima o las creaciones del director belga Picha (sólo hay que ver la carátula de Tarzoon, la honte de la jungle), consigue destacarse como un sólido homenaje al género que prescinde de la palabra para narrar una historia de lo más básica, con falso culpable, un bomba y un tren a punto de ser el foco de esa explosión. Sus responsables, Paul Jaulmes, Boris Croisé y Guillaume Cuni, son graduados de la escuela francesa Supinfocom y aspiran a que este Wanted Melody sea el primero de una serie de cortos protagonizados por (cómo no) penes en diferentes situaciones: los Juegos Olímpicos, historias de superhéroes, etcétera. En su página de Indiegogo pueden conocerse sus intenciones.
4. El fin
España, 2011. Directores: Álex Cervantes & Diana Rodríguez
Que la animación española no pasa por un mail momento, es evidente. Películas como Chico y Rita, Las aventuras de Tadeo Jones o sobre todo Arrugas han conseguido poner en el mapa, a nivel de premios y reconocimientos, una parte de nuestra cinematografía que se mantenía poco cuidada por los organismos oficiales. Hampa Studio es uno de los pocos dedicados a este medio y El fin es uno de sus dos cortometrajes aspirantes a la nominación a los Premios Goya, que se harán públicas el próximo mes de enero. Hasta entonces podéis disfrutar de este pequeño drama sobre una pareja de ancianos que pasa el día en un banco, en pleno parque. Técnicamente sobresaliente, retrata la vejez con naturalidad sin forzar el drama, y aunque se queda corto en emoción su escasa duración (menos de cuatro minutos) lo hacen un trabajo que, como poco, es digno de verse.
5. Dumb Ways to Die
Nueva Zelanda, 2012. Director: Julian Frost
Nació como un cortometraje publicitario producido por las Metro Trains de Nueva Zelanda, pero se ha convertido en todo un éxito viral. ¿La razón? Una canción pegadiza y criaturas simpatiquísimas muriendo de forma grotescamente divertida, algo así como una versión Pixar de los Happy Tree Friends al ritmo de un tema musical tan calculado para quedarse en la cabeza como bien ejecutado. Más de 32 millones de visionados en Youtube en menos de un mes avala el éxito de Dumb Ways to Die, algo que ha derivado en la creación de parodias u homenajes entre los que se destaca el americano Cool Things to Find, un trabajo igual de simpático que apela más por los guiños cinéfilos y que reimagina al Rover Curiosity haciendo de las suyas por Marte. De nuevo, canción pegadiza (con la misma base que la anterior) para una pieza tan sencilla que cae en gracia.
Bonus - El clásico
El Hobbit
Checoslovaquia, 1966. Director: Gene Deitch
Gene Deitch fue uno de los grandes animadores de la edad de oro, reconocido por haber trabajado en cartoons clásicos como Tom y Jerry, asi como por ganar el Oscar con su pieza antibelicista Munro. Durante una época alternó su trabajo entre Checoslovaquia y Estados Unidos, y en ese contexto nace J.R.R. Tolkien's The Hobbit (1966), la primera adaptación animada que se hizo sobre el trabajo literario de Tolkien. Con ilustraciones de Adolf Born, el film estuvo perdido durante décadas, ahogado en un mar en el que los derechos de explotación estaban indefinidos y por tanto era imposible sacarlo a la luz. Así fue hasta primeros de este año, cuando por fin se hizo público gratuitamente a través de canales como Youtube. Qué decir sobre el corto: una adaptación libre pero muy interesante de El Hobbit, que narra a toda pastilla la historia (apenas doce minutos) mediante una narración en off. Fue el primer paso pero lo hizo bien, con poco o nada que envidiar a lo que once años después harían Jules Bass y Arthur Rankin Jr. con la mucho más conocida El Hobbit, una modesta producción animada para televisión de unos 80 minutos que sirvió como precuela a la famosa adaptación animada de El señor de los anillos llevada a cabo por el inimitable Ralph Bakshi.
Via:Cinemania
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