Todos estos filmes prometían mucho, pero lo que más nos impactó en ellos fue el precio de la entrada. Por YAGO GARCÍA
'Fassy' aún se pregunta si 'Prometheus' es o no una precuela.
Recordemos las premisas del ránking: hablamos de esas que tampoco son malas del todo (bueno, la mayoría no lo son), pero a las cuales podemos achacar el haber estado muy por debajo de nuestras expectativas una vez estrenadas. Reboots que prometían mucho, pero que al final nos hicieron añorar a sus originales, películas de terror cuyo mayor susto era el precio de la entrada... Todas tienen su lugar en este rosario de mediocridades. ¿Estáis de acuerdo con nuestra selección?
Total Recall (Desafío total)
Lo que prometía: Un remake menos irónico, pero igual de destrozón, del clásico firmado en 1990 por Paul Verhoeven. Cambiando a Schwarzenegger por Colin Farrell, eso sí, y guardando mayor fidelidad al relato original de Philip K. Dick.
Lo que nos encontramos: El enésimo producto de ciencia-ficción urbana post-Blade Runner y post-Matrix: en absoluto un desastre, pero sí un filme que hacía aguas en los momentos en los que no optaba por los guiños a la versión de Verhoeven. ¿Y la paranoia existencial propia de Dick? Ni está, ni se le espera. Lo más salvable acabó viniendo de manos de Kate Beckinsale, digna sustituta de Sharon Stone como esposa asesina. Quién lo iba a decir.
Hubiera estado mejor si... Ya que a Len Wiseman (Underworld) le falta el talento de Verhoeven para el humor negro, podría haber acentuado el lado siniestro y brutal de esta distopía futurista.
Blancanieves y la leyenda del cazador
Lo que prometía: Kristen Stewart deja a un lado las virginidades vampíricas para convertirse en la princesa más violenta y cañera a este lado del Reino de Muy Muy Lejano, mientras Charlize Theron saca a relucir su lado perverso como malvada madrastra y Chris Hemsworth luce pectorales asgardianos.
Lo que nos encontramos: Una película de fantasía más bien normalita, que pretendía aliviar la flojera de su guión a base de fotografía en tonos grises y banda sonora de chunda-chunda épico. A la protagonista de Crepúsculo la armadura le sentaba como un tiro, la Theron (pese a resultar lo más salvable) sobreactuaba que daba gusto, y Hemsworth nos hizo añorar sus momentos cómicos en Los Vengadores. Vamos, que la Blancanieves de Julia Roberts y Tarsem Singh le ganó por la mano. Y el filme español de Pablo Berger acabó resultando el más hermoso del reino.
Hubiera estado mejor si... Dado que su competidora apostaba por el humor y la sátira, ¿por qué Blancanieves y la leyenda del cazador no se jugó el todo por el todo a base de sangre e higadillos Mejor eso que reciclar ideas de Hayao Miyazaki, como ese ciervo espiritual.
La mujer de negro
Lo que prometía: Harto de que todo el mundo le pregunte por su varita, Daniel Radcliffe se apunta al regreso de la mítica Hammer Film. La veteranísima productora pretende volver a primer plano con un cuento de fantasmas victoriano y morboso.
Lo que nos encontramos: En los 60 y los 70, las películas de la Hammer no destacaban sólo por sus sustos, sino también por su capacidad para romper tabúes y derramar mala leche. En La mujer de negro, por desgracia, ese sello de la casa brillaba por su ausencia, dejándonos sólo con un filme muy atmosférico pero que renquea en términos de ritmo y de horrores.
Hubiera estado mejor si... Antes del rodaje, los productores hubiesen quedado con Christopher Lee para invocar, ouija mediante, al espíritu de Terence Fisher. Seguro que el director de Drácula, príncipe de las tinieblas les hubiese dado unos buenos consejos de ultratumba.
Rock of Ages (La era del rock)
Lo que prometía: Para este musical, Tom Cruise se deja crecer el pelo. Y, acto seguido se lo suelta a golpe de headbanging, en una oda a ese rocanrol cuyos conciertos requieren estadios de aforo medio-alto.
Lo que nos encontramos: Resulta que el papel de Tom en la película, por más que su mayor atractivo, era el de un secundario glorificado. La mayor parte de la acción de Rock of Ages se centraba en Julianne Hough y Diego Boneta, dos actores que parecían recién sacados de una función escolar. El poco talento cantarín de secundarios como Alec Baldwin no ayudó a mejorar el producto, por muchas canciones de Scorpions y Boston que se colaran en la BSO. El resultado: uno de los grandes fracasos financieros del año.
Hubiera estado mejor si... Hubiera habido más Tom Cruise, un mejor guión, más Tom Cruise, números musicales más conseguidos, más Tom Cruise y, sobre todo, más Tom Cruise.
Battleship
Lo que prometía: Adaptar el juego de mesa Hundir la flota fue una idea criticada por casi todo el mundo desde que esta película llegó a los titulares. Pero, contando con Liam Neeson y con unos efectos especiales de relumbrón, esperábamos una disfrutable tajada de acción sin neuronas.
Lo que nos encontramos: Un guión, ya no de circunstancias, sino virtualmente inexistente y con más parches que el monstruo de Frankenstein recién salido del quirófano. En Battleship, los protagonistas Brooklyn Decker y Taylor Kitsch competían con esos aliens tan poco vistosos por el antipremio a la figura fílmica con menos carisma de 2012. Y, en general, la película mostraba tan poco garbo (pese a su falta de pretensiones narrativas) como Rihanna en un campo de fútbol.
Hubiera estado mejor si... El almirante Neeson hubiese retado a los extraterrestres invasores a un duelo de miradas fijas, haciéndoles regresar a su planeta con el pseudópodo entre las piernas.
El legado de Bourne
Lo que prometía: ¿Que Matt Damon abandona el mundo de las peleas a muerte y los montajes a velocidad absurda? No importa: aquí tenemos a Jeremy Renner para relevarle como el espía más duro del siglo XXI.
Lo que nos encontramos: A la postre, el cuellicorto semblante de Damon no fue lo único que se echó de menos en esta película. Viéndola, todos aprendimos que el director Paul Greengrass era un elemento todavía más importante de la calidad de la franquicia. En cuanto a Edward Norton, villano titular, nos demostró lo bien que se le da encarnar a un señor que da gritos en un despacho, pero no consiguió que le odiaramos lo suficiente. Finalmente, un guión tan alambicado como falto de sorpresas acabó de arrancarnos los ronquidos.
Hubiera estado mejor si... Por una vez, Tony Gilroy (guionista elevado a la silla del director) hubiese renunciado a equilibrar los tortazos con el argumento, decantándose a favor de los primeros.
Ghost Rider: Espíritu de venganza
Lo que prometía: Más violencia. Más carreras motorizadas. Más meadas ígneas. Y, sobre todo, más Nicolas Cage. Esos eran los ingredientes con los que Neveldine & Taylor (Crank) aspiraban a relanzar al héroe más satánico de Marvel.
Lo que nos encontramos: Conociéndoles, no íbamos a exigir que los directores armasen la película a base de planos fijos de 15 minutos. Pero sí, al menos, que mantuviesen las imágenes en pantalla el tiempo suficiente como para que nos diésemos cuenta de qué estaba pasando. Por otra parte, si la idea del filme era demostrarnos lo peligroso y maloso que es el Motorista Fantasma, ¿a quién se le ocurrió la idea de emplearle como canguro de un pequeño Anticristo?
Hubiera estado mejor si... En lugar de colarnos un argumento de circunstancias, la película hubiera sido un reportaje sobre los rituales vudú empleados por 'Nic' para meterse en el papel.
Sombras tenebrosas
Lo que prometía: El eterno dúo de Johnny Depp y Tim Burton abandona los trabajos de encargo y los musicales con poca voz para volver a sus orígenes góticos, adaptando una añeja serie televisiva.
Lo que nos encontramos: En EE UU, donde la teleserie Sombras tenebrosas es objeto de culto, la película de Burton causó cierta indignación. En España, donde el programa pasó sin pena ni gloria, las andanzas de la espectral familia Collins en su señorial mansión nos resultaban indiferentes. Por lo tanto, la película sólo nos confirmó que el director de Eduardo Manostijeras y Ed Wood continúa su estupefaciente cuesta abajo.
Hubiera estado mejor si... Alguien hubiese viajado en el tiempo para suplantar al Burton actual por el juvenil, ese que rodó Bitelchús.
The Amazing Spider-Man
Lo que prometía: Nuevos rostros (los de Andrew Garfield y Emma Stone, nada menos) para un reboot más oscuro y menos colorista de nuestro amistoso vecino arácnido.
Lo que nos encontramos: Con la prueba definitiva de que la influencia de Christopher Nolan no tiene por qué ser siempre buena para el cine de superhéroes. Mientras Los Vengadores probaba que el género puede dar mucho de sí respetando su esencia aventurera y fantástica, The Amazing Spider-Man nos entregaba a un hombre-araña muy atormentado, muy caballeroscurizado y muy bajo de carisma y adrenalina. Para colmo, los chistes eran malos (peores que de costumbre, queremos decir) y el sentido arácnido resultaba bastante cutre.
Hubiera estado mejor si... Los guionistas y el director Marc Webb hubiesen recordado que, ante todo y por encima de todo, las aventuras de 'Spidey' son una tragicomedia adolescente con telarañas, aprovechando más la química entre la pareja protagonista.
Prometheus
Lo que prometía: ¡Alejaos, secuelas sin fuste y crossovers de saldo! Ridley Scott vuelve a la franquicia que él mismo creó para devolverla a sus orígenes oscuros y cósmicos. Porque esto es un relanzamiento de la saga Alien, ¿verdad?
Lo que nos encontramos: El peor veredicto posible sobre Prometheus es que, con mucha menos pretenciosidad, menos presupuesto y menos 3D, la película rodada por Scott en 1979 conseguía provocarnos un vértigo existencial mucho mayor. Según reveló el guionista John Spaihts, el filme iba a guardar en principio una relación mucho mayor con la saga xenomorfa, pero la intervención de Damon Lindelof (Perdidos) acabó transformándolo en un potaje con ambiciones filosóficas. Combinar una historia de terror, el relato de una familia disfuncional (en la cual, para colmo, el niño mimado es un androide) y una fábula sobre el origen de la vida es posible, pero para una pirueta tan arriesgada hace falta tener las ideas mucho más claras.
Hubiera estado mejor si... Lindelof y Scott se hubiesen aclarado sobre lo que querían hacer, envainandose las ganas de revolucionar la ciencia-ficción en pro de contarnos una historia coherente. Más minutaje para los personajes de Charlize Theron y Michael Fassbender hubiera mejorado el asunto.
Via:Cinemania
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