lunes, 23 de julio de 2012

¿Pifia o genialidad? Diez finales que levantaron polémica


Originales, arriesgados, tramposos y fallidos. Repasamos algunos de los finales de películas que han dado mucho de qué hablar. Con barra libre de SPOILERS, claro. Por JAVIER SÁNCHEZ NAGORE

pifia o genialidad? diez finales que levantaron polemica

Puede ser que poner un punto final digno a una buena película sea uno de los trabajos más complicados para un cineasta. No vale con haber hecho un buen trabajo; además, hay que conseguir que el último instante deje al espectador con la satisfacción de haber disfrutado de una gran obra. Lograr un final a la altura de la película es una tarea complicada que sofoca incluso a los directores y guionistas más experimentados. Repasamos diez de los finales más polémicos de los últimos años, ¿son genialidades o pifias? A partir de aquí, empiezan los SPOILERS.

La guerra de los mundos


Tras un arranque pelopúntico de muchos quilates, la última versión del clásico de H. G. Wells perpetrada por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Cruise se va desinflando lentamente hasta su frío final. Podemos aceptar que los invasores mueran de un catarro masivo, ya que así lo manda el texto original, pero ¿necesitábamos pasar por la casa de los horrores de Tim Robbins antes de llegar a eso? ¿Había que juntar al cienciólogo con su hijo con vocación de marine para regocijo de los más sensibleros?

Los caballeros de la mesa cuadrada


Criticar el final de una película de los Monty Python por ser demasiado absurdo sí superaría los límites del propio absurdo. Sir Lancelot y sus caballeros de la Mesa Cuadrada son detenidos por la policía instantes antes de asaltar la fortaleza francesa en un final que, según las malas lenguas, se realizó así porque los cómicos ingleses ya se habían merendado el presupuesto a esas alturas de la película. ¿Es digno de una película de culto o decepcionante?

Million Dollar Baby


Queda claro que, al menos para la Academia de Cine norteamericana, Clint Eastwood no pinchó en hueso con su Million Dollar Baby a juzgar por la lluvia de premios que se llevaron él y Hilary Swank. Sin embargo, hay quien considera que la película cambia demasiado de registro en el momento en que Maggie sufre el accidente, pasando de ser una muy buena historia de superación a un durísimo drama sin concesiones donde la protagonista en realidad es la eutanasia.

La lista de Schindler


No es la primera vez que nos encontramos a Spielberg en esta lista y, cuidado, porque tampoco va a ser la última. El 'Rey Midas de Hollywood' parece sufrir demasiado a menudo el síndrome Álex de la Iglesia y se enroca en finales excesivos. Con La lista de Schindler Spielberg se consagró como director de drama, capaz de registros más profundos que el de aventura, pero pecó de exceso de militancia con un final demasiado sensiblero, apartado de la línea de crudeza del resto del film.

El bosque


La disparidad de opiniones entre los espectadores es un continuo en la carrera de M. Night Shyamalan, excepto por El sexto sentido, donde las alabanzas son unánimes. La tertulia entre espectadores tiene en El bosque una de sus obras de referencia; una película a la que se le puede aplicar la máxima de “no deja a nadie indiferente”. ¿Así que no había ningún monstruo y todo era una invención de un grupo de urbanitas cansados de los peligros de la vida moderna? Si el director indio no siembra la polémica, revienta, y con este film lo consigue de pleno.

American Beauty


Supongo que podría estar bastante cabreado con lo que me pasó”, dice la voz en off del cadáver de Kevin Spacey en referencia a su propio asesinato. Algo parecido podría pensar el espectador sobre la manera de contar la historia de Sam Mendes, que si bien consigue un final redondo para su obra más aclamada, también podría ser acusado de hacer trampas en la narración. ¿Pero estamos ante un final con truco o ante un giro magistral?

El truco final


Ya que hablamos de trucos, no podemos dejar pasar El truco final -o El prestigio, según se prefiera-, donde la trampa visual es el motor que hace funcionar la película, de manera premeditada y descarada. La competitividad entre los dos magos protagonistas (Christian Bale y Hugh Jackman les lleva a una carrera de sacrificios donde el más masoca conseguirá el mejor truco. Bale se lo curra, pero morir en cada actuación por el bien del espectáculo convierte a Jackman y su ejército de clones en indiscutibles campeones. ¿Aceptamos barco?

Sunshine


Ahorrándonos la sensiblería propia de las películas del género héroes espaciales (Armageddon, Deep impact, Space cowboys, etc.), Danny Boyle consigue con Sunshine un producto tan original como efectivo, alcanzando grandes cotas de poesía visual a base de bordear en muchas ocasiones el absurdo. La aparición de un ser sobrenatural al final de la película está a punto de dar al traste con el invento, aunque es complicado afirmar si lo estropea o lo potencia.

Inteligencia artificial


Terminamos la trilogía de finales de Spielberg con Inteligencia artificial, otra demostración más de que el director norteamericano tiene un serio problema con los finales. Da la impresión de estar tan orgulloso de su obra, de sentirse tan encantado de haberse conocido a sí mismo, que no permite salir al espectador de la sala hasta no haberle descargado encima hasta la última gota de sensiblería que la película podía ofrecer. Habrá quien lo considere un final redondo, pero también quien acuse un excesivo e innecesario barroquismo.

La niebla


Acostumbrado a trabajar siempre con obras de Stephen King, Frank Darabont decide aportar a La niebla su granito de arena para hacer el relato del afamado escritor de Maine un poco más salvaje. El director y guionista retuerce hasta el extremo el martirio del protagonista de su película más terrorífica y deja al espectador con cara de circunstancias: “cómo os habéis pasado con el pobre hombre”.

Via:Cinemania

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