¿Eres capaz de recordar cuando estas estrellas de cine ascendieron a la fama? Pues eso quiere decir que ya vas teniendo una edad... Aunque no lo parezca. Por CINEMANÍA
Tom Cruise
Edad: 49 años (cumple 50 el 3 de julio)
¿Por qué nos sorprende? No es nada extraño que el poster boy de la Cienciología vaya a hacer diez lustros en breve. Al fin y al cabo, el tiempo pasa para todos. Pero saber que tiene edad para ser nuestro padre (o nuestro hermano muy, muy mayor) nos causa sensaciones contradictorias. Primero, una profunda envidia, porque recordamos sus escaladas en Misión: Imposible - Protocolo fantasma y nos entra mucho vértigo. Después, un enorme vértigo existencial: si Tom Cruise va para los 50, eso quiere decir que Maverick, Lestat, Ethan Hunt y Joel (Risky Business) tienen muchos más años de los que pensábamos, y eso nos hace sentir muy, muy viejos.
Julianne Moore
Edad: 51 años
¿Por qué nos sorprende? La actriz de Boogie Nights y Lejos del cielo se hizo famosa ya bien entrada en la treintena, así que no tenemos un recuerdo de ella como una jovencita propiamente dicha. Ahora bien: ¿nunca has notado que entre la Moore que calentaba a Mark Wahlberg en 1997 y la de 2012 no median diferencias muy apreciables? Con una capacidad para mantener la figura digna de Jordi Hurtado, Julianne parece destinada a ser el arquetipo de madurita interesante por los siglos de los siglos. Amén.
Denzel Washington
Edad: 57 años
¿Por qué nos sorprende? A estas alturas, convertido en todo un señor del cine estadounidense y con dos Oscar en las estanterías, Denzel es uno de esos actores que parece que siempre han estado ahí. Y tal vez esa frase no sea tan disparatada como parece: cuando saltó a la fama como actor fetiche de Spike Lee, cuando ganó su primera estatuilla por Tiempos de gloria y cuando defendió la causa de Tom Hanks en Philadelphia, muchos de nuestros lectores eran aún bebés, o puede que ni hubiesen nacido. Da que pensar, ¿verdad?
Johnny Depp
Edad: 49 años
¿Por qué nos sorprende? Al igual que en el caso de Tom Cruise, saber que a Johnny Depp le queda poco para cumplir los 50 parece ilógico. Imposible, incluso. ¡Pero si en las películas de Piratas del Caribe está hecho un chaval, y en Los diarios del ron se le da fenomenal encarnar a un periodista veinteañero! Y mira esa forma de vestir, ¿qué señor de más de 40 tacos se luciría por ahí con esa ropa a no ser que fuese el hijo de Keith Richards? Ah, vale, creo que ya lo vamos pillando...
Jennifer Tilly
Edad: 51 años
¿Por qué nos sorprende? Secundaria con cierto fuste en cine y TV, Tilly se dejó ver en los cines españoles por última vez en 2004, con La semilla de Chucky. Pese a que últimamente sólo interviene como dobladora en Padre de familia y The Cleveland Show, además de hacer algún telefilme que otro, su estatus como celebrity en EE UU es mayor que nunca. ¿Por qué? Pues porque es una verdadera fiera en el póker Texas Hold'em, habiendo vencido en varios campeonatos y acumulado unas ganancias de 5,2 millones de euros. Piensa en ello: una señora que podría ser la Jodie Foster de Maverick, sólo que con un canalillo de impresión, las curvas de un circuito de Fórmula 1... Y edad para ser tu madre. Uf...
Samuel L. Jackson
Edad: 63 años
¿Por qué nos sorprende? Te juramos que no nos lo estamos inventando: a Nick Furia (y, por añadidura, a Jules de Pulp Fiction) le quedan dos años escasos para cumplir la edad de la jubilación. Y pese a ello sigue luciendo su parche en el ojo, alternando con el compa Tarantino como si no hubiese un mañana y dedicándole miradas chulescas a Robert Downey Jr. y a Chris Evans, esos dos niñatos, cuando se pasan de la raya en el plató. Todo eso, a una edad en la que el común de los mortales ya comienza a pensar en matar el tiempo mirando a los paletas en una obra.
Chuck Norris
Edad: 72 años
¿Por qué nos sorprende? Acostumbrados a verle desde nuestra más tierna infancia (generalmente en formato VHS, o en episodios de Walker: Texas Ranger) habíamos acabado por asumir que Chuck era tan inmutable como el monolito de 2001. Siempre que el susodicho monolito atizase patadas voladoras, claro. Pero el tiempo también pasa por él. O, mejor dicho: Chuck pasa por encima del tiempo, salta sobre el unas cuantas veces para aplanarle mejor el costillar, y luego se va con Stallone a discutir sobre los tacos en Los mercenarios 2 y a planificar la tercera parte. Faltaría más.
Sigourney Weaver
Edad: 62 años
¿Por qué nos sorprende? Agraciada con un metro y ochenta centímetros de carnes sólidas como la roca, la Weaver no anda últimamente en el punto más álgido de su carrera, pero sigue desplegando un considerable talento (cuando le dejan) y sigue siendo la única persona a la que acompañaríamos a cazar aliens a la otra punta de la galaxia. Todo ello sin menospreciar ese gesto de señora amable que se le está quedando, como de invitar a la tripulación de la Prometheus a un té con pastitas para contarles anécdotas de los viejos tiempos.
Sean Connery
Edad: 81 años
¿Por qué nos sorprende? Alejado de la cosa pública tras el chasco de La liga de los hombres extraordinarios, Connery lleva desde 2003 sin dejarse ver demasiado, salvo ciertos escándalos inmobiliarios en Marbella. Y casi mejor, porque preferimos conservar de él el recuerdo de ese señor con el que no pudo ni Michael Bay en La Roca, que le dio serios problemas a su profesor de artes marciales (un tal Steven Seagal) y que en 1999, con 69 tacos a cuestas, se llevó el título de hombre más sexy del siglo XX.
Harrison Ford
Edad: 69 años
¿Por qué nos sorprende? Como ya hemos señalado en algunos epígrafes anteriores, ver envejecer a nuestros actores favoritos conlleva el agravante de que nosotros también nos sentimos viejos. Y a nadie se le aplica esa norma de forma tan radical como a Harrison: no es sólo que en su rostro veamos a Han Solo, Rick Deckard e Indiana Jones hechos unos abueletes (bueno, a este último ya le vimos así en El reino de la calavera de cristal), sino que ya tiene más años que Ronald Reagan cuando fue elegido presidente de EE UU en 1980. Pensemos en ello: Reagan fue el político estadounidense (y ex actor) más maduro en asumir su cargo. Por fortuna, a Ford no le ha dado por entrar en política.
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