Llevamos varios días con noticias pocos halagüeñas
para el cine en España. Lo primero fue la confirmación por parte del Gobierno
del PP de un tremendo recorte
en la política de subvenciones a las películas españolas, algo para lo que ha
habido reacciones de todo tipo, desde los que han presagiado poco menos que la
muerte del cine español a los que se han alegrado sobremanera por esa medida
(los comentarios en el enlace del texto anterior). Era obvio que se iba a
producir tal recorte, ya que si se está reduciendo (o se va a hacer) el gasto de
forma considerable en partidas tan importantes como la Educación o la Sanidad,
¿Cómo iba a librarse el mundo del cine cuando
encima es un sector que no ha dudado en mostrar su simpatía en masa hacia el
PSOE? Lo ideal sería pensar que este último
punto da igual, pero todos deberíamos saber ya cómo funciona la política en este
aspirante a país democrático que es España.
No obstante, la noticia vino acompañada pocos días después de las cifras de
asistencia de los españoles al cine durante el primer trimestre de 2012. Algunos
no tuvieron problemas en apresurarse a destacar una resurrección en este aspecto
con el cierre de megaupload, pero la mayoría nos mostrábamos más
cautos. La realidad nos ha dado la razón a aquellos que no creíamos que el
cierre de esa página web fuese a servir de gran cosa: La recaudación se
ha reducido en 18,4% respecto al mismo período de tiempo, mientras que el
número de entradas vendidas se ha reducido en 17,7%. Obviamente, los habrá que
sigan empeñados en los mismos discursos caducos sobre que es la
piratería la gran responsable de estas cifras, pero lo cierto es que
el cine está herido de gravedad en España. ¿Hay alguna forma de curarlo
antes de que acabe muriéndose? Soy consciente de que aún hay no pocas personas que viven en su mundo de ilusión y brillantina en el que la crisis económica es algo que prácticamente no existe. Incluso no hay problemas en decirle a un mendigo que se vaya a pedir a otra parte porque queda feo hacerlo donde está en ese momento. Sin embargo, es obvio que la creciente tasa de paro (¿alguien se atreve con un pronóstico sobre cuál será su cota máxima? Porque parece difícil que deje de aumentar) y la necesidad de priorizar gastos hacen que ir al cine no deje de ser otro lujo del que poder prescindir. Soy consciente de que eso no hace que haya gente a la que le resulte duro prescindir de la que quizá sea su primera (y gran) afición. Yo mismo me sentía raro en su momento si encadenaba un mes sin ver una película en pantalla grande, pero, y no me odiéis por ello, eso es algo que ya no está peligro desde que puedo acudir a pases de prensa. Sin embargo, sí que estaría bien que al menos alguna gran cadena de cines se arriesgue con algo como que un día por semana se vendiesen entradas a precio especialmente reducido para los que puedan justificar estar en el paro. Obviamente, tendría que ser un día entre semana (¿el martes?), que es cuando la asistencia a las salas se reduce de forma considerable, y quizá los ingresos no fuesen exagerados, pero seguro que hay más de uno que lo agradecería y lo tendría en cuenta en el futuro cuando mejorase su situación económica.
Habrá quien vea mi propuesta anterior como una tontería que no lleva a ninguna parte, pero una de las quejas fundamentales por parte de la gente es que el precio de las entradas se ha disparado, y es algo cierto por muchos peros que algunos quieran. No sé si seréis de los que coleccionan las entradas de las películas que ven en cine, pero yo sí que lo hice durante unos cuantos años siendo una gran forma de calibrar esta evolución en el coste de la entrada. Y, la verdad, nos están timando al igual que en muchos otros campos (El timo ese del déficit tarifario de la electricidad es quizá el mejor ejemplo), llegando un punto en el que mucha gente considera un lujo el poder ver el último gran estreno cinematográfico en su sala más cercana. A eso hay que unir el hecho de que esa experiencia de ha vulgarizado y mecanizado en los últimos tiempos, y las pocas iniciativas que hay para luchar contra esto son insuficientes. Una buena forma de empezar a demostrar que no nos están estafando de forma deliberada sería ofrecer, tal y como ya se hace en Inglaterra, un abono mensual para ver todas las películas que quieras. Eso sí, de nada sirve una iniciativa así si le pones un precio estafador que anule lo positivo de la iniciativa, y lo digo con motivo, ya que recuerdo la existencia de abonos similares en su día, pero al triple del precio actual del abono inglés. Un timo para luchar contra una estafa no sirve para nada.
No creáis que me olvido del tema de la subvención al cine español, algo de lo que hablaré con más profundidad en breve, ya que estoy preparando un texto analizando los que considero que son los problemas del cine español, pero voy a pararme a hacer un par de puntualizaciones. En mi opinión, el sistema de subvenciones existente tiene varios fallos, y lo ideal sería reformarlo de cabo a rabo. No son pocas las veces que he leído comentarios sobre productores comprando entradas para llegar al menos al mínimo de recaudación exigida para poder recibir determinada subvención, o casos más graves como el de Salomon Shang. Además, también pueden darse casos tan absurdos como que una coproducción (ya revelaré cuál es en el artículo en cuestión) reciba más dinero del Estado que del productor español.
También tengo una propuesta en este
aspecto para intentar que las cosas sean más equitativas y se tenga más en
cuenta que ese dinero sale de los impuestos de todos los españoles: Los
espectadores que hayan pagado su entrada para ver una producción española
deberían tener la posibilidad de poder valorar la película en cuestión, y las
¿50? mejor valoradas cada año recibirían cierta cantidad de dinero en función de
su situación en el ranking y también del número de votos computados, que si no
se podría dar el caso de que una película con un espectador computado (también
hay al menos una en los últimos años) se llevase un 10 y se creara una
injusticia comparativa. Ya imagino que habrá quien vea mil formas de falsear
esto, pero también tengo varias propuestas: Cada persona que vote debería
identificarse con su número del DNI (y la entrada en
cuestión) para evitar que productores avariciosos compren entradas y voten con
10 a sus trabajos sin ton ni son, y para justificar la molestia que supondría
para el espectador se le premiaría con una entrada para ver un filme español
cada, no sé, ¿10 votos? Así se fomenta el cine español, se tiene en
cuenta la opinión de la gente que va a verlo (que aún lo hay) y se subvenciona,
creo yo, de una forma más justa. Por no hablar de lo bueno que sería, y
ya no hablo sólo de películas españolas, que las productoras premien con un
descuento en la edición en dvd/blu-ray a aquellos que hayan visto el filme en
cuestión en cines, así seguro que cesa el aumento de gente que directamente se
espera a comprar la película al rentarle más que ir a su sala más cercana a
verla cuando se estrena.
No obstante, yo no tengo mucha confianza en que se lleve a cabo ninguna medida que realmente se preocupe por el espectador (aún recuerdo a muchos director españoles diciendo que ellos hacen lo que ellos quieren hacer, sin importar para nada el público), el cual es, a fin de cuentas, el que paga. Es mejor quejarse amargamente y seguir dejando que el cine en nuestro país vaya muriendo, tanto en los estrenos en cine como en el interés de todo el mundo por las producciones españolas. Menos llorar y más luchar por cambios justos (¿Acaso alguien con muchos más datos que yo sobre la industria no podría pensar algo mucho mejor que mis simples propuestas?) que levanten la cosa. Sólo así iremos a mejor, tanto en el cine como en el resto de ámbitos de nuestro país.
Via:blog de cine
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