miércoles, 4 de abril de 2012
Duro recorte a la subvención del cine español
Malas noticias para los profesionales del cine en nuestro país. Como ya sabéis, hoy se han presentado los Presupuestos Generales del Estado para 2012, y, como se temía, el cine español ha sufrido un duro golpe. El Fondo Nacional de Cinematografía, de donde provienen las ayudas a la producción de las películas, pierde un 35% de su presupuesto, dispondrá de 49 millones de euros en lugar de los 76 del año pasado. Asimismo, el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales, que subvenciona los festivales de San Sebastián, Málaga y Huelva, también sufre un recorte del 35% (de 106 millones a 68,86). El cine es el sector cultural más castigado por los presupuestos del gobierno. Da que pensar.
Toca apretarse el cinturón, la expresión favorita de los que acaban de comprarse un pantalón con una talla más ancha. Lo cierto es que el tijeretazo se veía venir, en los primeros cuatro meses de 2012 comenzaron oficialmente 25 rodajes (cortometrajes incluidos), mientras en el mismo periodo en 2011 arrancaron 74. Y ojo, porque de los 49 millones de euros previstos para subvenciones hay que restar una cantidad que oscila entre los 35 y los 40 millones, destinada a pagar deudas del ministerio por películas que se estrenaron en 2010. Un panorama desolador para el séptimo arte con firma española.
He estado leyendo comentarios en varias páginas y la noticia ha generado todo tipo de respuestas, lo que está muy bien, el debate nos enriquece (¿se hacían demasiadas películas?, ¿conviene mirar más la taquilla y no hacer tanto “cine de autor”?, ¿debería limitarse la aplastante presencia de Hollywood?). Lo escandaloso, en mi opinión, es que el recorte haya sido recibido no ya con satisfacción sino con alegría, por parte de los tercos detractores de las películas españolas (no necesariamente votantes del PP), gente que no sabe cómo funciona el sistema de subvenciones, que mantienen que el cine norteamericano no las recibe (¡falso!) y que dicen barbaridades como que los cineastas de este país viven de lujo a costa de los impuestos de los pobres trabajadores. Hay cargos públicos con un sueldo inmoral (sin contar los numerosos privilegios) pero el problema es la ayuda al cine. En fin, igual hay suerte, y de la necesidad surge la inspiración, y asistimos al nacimiento o la consolidación de una nueva ola de cineastas, la “primavera del cine español”. Ya veremos.
Vía | El país
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