¿Te has portado mal últimamente? Cuidado, no te vaya a pasar como al protagonista de 'Si quiero silbar, silbo' y acabes en uno de estos lugares. Por YAGO GARCÍA
Los 400 golpes (1959)
El chico conflictivo: Antoine Doinel (Jean-Pierre Léaud), un chaval parisino de familia muy desestructurada y con serios problemas de actitud.
El centro: Las peripecias de Doinel en el reformatorio ocupan una parte relativamente pequeña de este filme, aunque nos basta con lo que vemos para saber que es un lugar rematadamente aburrido y del que conviene escapar cuanto antes, haciendo (por ejemplo) una excursión a la playa. Cualquier parecido entre la historia de Doinel y la juventud del director François Truffaut no es pura coincidencia, ni mucho menos.
La soledad del corredor de fondo (1962)
El chico conflictivo: Tom Courtenay, delincuente juvenil y orgulloso de serlo. A fuerza de huir de la pasma, sólo se le da bien una cosa en la vida: correr.
El centro: Cuando a Michael Redgrave (papá de Vanessa y director del reformatorio) descubre las habilidades del prota para poner pies en polvorosa, le falta tiempo para alistarle en el equipo de atletismo del centro. Feliz con su buena suerte, Courtenay quema sus zapatillas con fruición... Hasta que intuye que hay cosas en la vida peores que montar máscaras antigás.
Escoria (1979)
El chico conflictivo: ¿Acostumbrado a ver a Ray Winstone en el papel de macarra británico con malas pulgas? Pues el tipo ya apuntaba maneras desde chaval, como enseña esta película.
El centro: Todo lo infernal que podía ser un borstal (reformatorio inglés) en los años 70. La dureza de esta película, concebida como un telefilme para la BBC, hacía que La soledad del corredor de fondo pareciese una de Disney, con lo que la cadena rechazó el trabajo. Afortunadamente, el director Alan Clarke se las apañó para estrenar Escoria en pantalla grande, aunque con la clasificación X.
Perros callejeros (1981)
El chico conflictivo: Aunque el protagonista de este filme sea Ángel Fernández (alias 'El Trompetilla'), la película está basada en las peripecias de José Moreno Cuenca 'El Vaquilla'.
El centro: Debido a su trayectoria delictiva (y a que liberó, escopeta en mano, a uno de sus compinches, cual Johnny Depp en Enemigos públicos) el Vaquilla ingresó en la Cárcel Modelo de Barcelona antes de cumplir la mayoría de edad penal. Aun así, Perros callejeros aparece en nuestra lista por dos razones: porque un ejemplo de cine quinqui español tenía que figurar en ella, y porque el atracador barcelonés se había fugado de todos los reformatorios de España (sí, todos) antes de cumplir los 15 años.
Bad Boys (1983)
El chico conflictivo: Todos sabemos que, de joven, Sean Penn era bastante gandalla, pero ¿de verdad hacía falta ponerle a la sombra? Échale un vistazo a esta película y no te quedarán dudas.
El centro: Si los reformatorios ingleses y franceses de los títulos anteriores eran sucursales del Averno, imagínate un centro de menores estadounidense donde se dan cita los cachorros de las mafias irlandesas, italianas y latinas. Además de Penn, en Bad Boys hallamos a Ally Sheedy (El club de los cinco) y Esai Morales (La Bamba).
Motín en el reformatorio de mujeres (1986)
La chica conflictiva: ¿Estamos seguros de que el personaje de Linda Carol es menor de edad? Porque, para serlo, luce una anatomía de lo más generosa...
El centro: Tratándose de una película softcore (en cristiano: porno blando) no podían faltar las guardesas sáficas con sobrepeso, las abusonas con mucho peligro (encabezadas, ojo, por Wendy O. Williams, la cantante de los Plasmatics) y, sobre todo, esas escenas en las que las internan se duchan durante larguísimos, y húmedos, minutos.
Sleepers (1996)
Los chicos conflictivos: Puedeque los jóvenes macarras que protagonizan esta historia (encabezados por Brad Renfro) no sean ningunos santos, pero su destino no se lo merece ni Satán en persona.
El centro: Para los cinéfilos jóvenes de los 90, el correccional de Sleepers era tan aterrador como la cárcel de Cadena perpetua, debido a los abusos del guardia jefe Kevin Bacon. Más tarde, y ya con los curtidos rostros de Billy Crudup, Brad Pitt y Jason Patric, se cobrarán una venganza tan compleja como cruel.
El cielo abierto (2001)
El chico conflictivo: Más que un delincuente juvenil, el personaje de Jorge Alcázar es un gafe de dimensiones olímpicas, convertido en asesino por culpa de un abrelatas.
El centro: Aunque no sea un lugar demasiado agradable, el correccional de El cielo abierto es menos espeluznante que el del resto de filmes de nuestra lista. En él puedes hacer amigos, relacionarte con guardias no especialmente sádicos y recibir la asistencia de Álex Casanovas, abogado enrrollao donde los haya.
Los chicos del coro (2004)
Los chicos conflictivos: Toda una ralea de jóvenes huérfanos, matones en embrión y víctimas potenciales. Tras la II Guerra Mundial, Francia tenía estas cosas.
El centro: Dirigido por un maldito bastardo (François Berléand) con el lema "acción y reacción" (es decir: "incórdiame y te mato a palos"), la escuela Fond de l'Etang es un lugar tan pesadillesco que hace falta el carisma musical de un Philippe Junot para poner a sus chavales en armonía.
La vida en juego (2006)
Los chicos conflictivos: Una panda de kíes con trencitas y tatuajes encabezada por el rapero Xzibit, al que tal vez conozcas por presentar MTV Tuning.
El centro: Ante semejante panda de irredimibles, sólo cabe una política: poner en juego los biceps (y la conciencia social) de un Dwayne Johnson en busca, como siempre, de la credibilidad interpretativa. "Puestos a que los chicos se arreen, que lo hagan en la cancha", piensa el mazas, así que monta un equipo de fútbol americano.
Via:Cinemania
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