Clint Eastwood es un ser totalmente incombustible, y no seré yo el que se queje, desde luego. Cuando aún esperamos al estreno de ‘J. Edgar’, biopic sobre la figura de J. Edgar Hoover, con Leonardo DiCaprio al frente, nos llega la noticia de la posibilidad de que el mítico director y actor regrese a la interpretación. Una sorpresa —no tanto en realidad, pues su promesa de no volver a ponerse delante de las cámaras se remonta a principios de los 90— para todos aquellos que añoramos al Eastwood actor. El proyecto en cuestión se titula ‘Trouble with The Curve’, y supone la ópera prima de Robert Lorenz, productor de muchas de las películas de Eastwood, y asistente de dirección en algunas de ellas. De esta forma, el actor se pondría a las órdenes de otro director que no sea él, cosa que no ocurre desde 1993 con ‘En la línea de fuego’ (‘In the Line of Fire’, Wolfgang Petersen).
‘Trouble with The Curve’ tiene un guión de Randy Brown, que narra la historia de un viejo ojeador de béisbol que se está quedando ciego, y que realizará un último viaje a Atlanta para ver a una nueva promesa del deporte. En el viaje le acompañará su hija, con la que no tiene una buena relación. O sea, que las posibilidades de que Clint Eastwood sea nominado al Oscar al mejor actor son enormes, dado el tipo de papel, y las posibilidades de que lo gane son también muy altas. En cualquier caso, la operación es excelente. ‘J. Edgar’ tendrá sus nominaciones, está cantado, y mientras espera que Beyoncé dé a luz, para así poder realizar el remake de ‘Ha nacido una estrella’ —otra historia que huele a Oscar por los cuatro costados—, Eastwood descansa de sus labores de dirección y regresa a la interpretación con un papel muy adecuado.
Vía | Deadline
Vía:blog de cine
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