El primer gran paso ya lo ha dado en la recientemente concluída edición de 2011 del Festival de Cannes, siendo ovacionada en su proyección, y entrando en las quinielas para optar a la Palma de Oro, que finalmente se llevó la cinta del ‘desaparecido’ Terrence Malick ‘El árbol de la vida’.
No obstante, ‘La piel que habito’ no se ha venido con las manos vacías y se ha traído del referido certamen dos galardones extraoficiales: el Premio de la Juventud, otorgado a través de la votación de 7 jóvenes cinéfilos seleccionados de entre 18 y 25 años; y el Premio Vulcain al mérito técnico, que fue a parar al director de fotografía del filme José Luis Alcaine.
A pesar de todo este nombrado reconocimiento, que dicen que sólo procedía de los medios internacionales, no sabemos si ese citado gran paso ha sido realmente como el que quería Almodóvar, a juzgar por las crónicas del pase.
Y es que, según han contado, los asistentes a la correspondiente proyección ovacionaron la cinta tomándola por una comedia, cuando su presentación se hizo como un relato de terror con aires de thriller y ciencia ficción, basándose en la novela ‘Tarántula’ del francés Therry Jonquet.
El largometraje se cataloga desmesurado, anacrónico y encantador. Un desaliño emocional con giros inesperados. Un ejercicio desinhibido de nostalgia por un tipo de cine que no volverá.
Sin embargo como thriller, aseguran que está falto de intensidad y de precisión. Como propuesta de ciencia ficción, es inocente, más propia de películas con ‘científico loco’ dentro. Y respecto al horror, es austero, concebido con un vago, ligero, forzado sentido de la opresión, y sin humor.
Lo curioso es que la gente se reía durante la proyección, disfrutando la propuesta como una comedia. El propio Pedro decía que sus compradores yanquis le habían dicho que es muy graciosa, hasta el punto de tener que avisar al pensar en un ¿terror gracioso?:
No, si acaso terror nervioso. El humor no era mi intención.
El próximo 2 de septiembre lo testearemos.
Vía:tu blog de cine
texto:David Cárdenas
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