Pues nada, se ha cumplido practicamente al 100% el guión preparado para esta 81ª edición de los premios Oscars.
‘Slumdog Millonaire’ era la favorita con 10 nominaciones y ‘El curioso caso de Benjamin Button’ la anunciada ‘perdedora’ con 13 candidaturas. Y así ha sido: la cinta de Danny Boyle se ha proclamado como la triunfadora de la noche con 8 Oscars, recopilando las estatuillas de mejor película, mejor director para Danny, mejor guión adaptado, mejor fotografía, mejor sonido, mejor montaje, mejor BSO y mejor canción (’Jai Ho’, la de los créditos finales).
‘El curioso caso de Benjamin Button’ se ha tenido que conformar con tan sólo 3 Oscars, los de mejor dirección artística, mejor maquillaje y mejores efectos especiales. Unos premios demasiado técnicos para un filme al que le habían puesto los dientes largos. Aunque por la actitud y las caras vistas del equipo completo de la cinta, incluido Fincher y Brad Pitt, se veían que estaban resignados a que esta velada tendría sabor indio, así que la derrota no ha sido tan amarga.
El que sí se habrá ido mosqueado a su choza, y ahora entro en la gran sorpresa de esta gala, habrá sido Mickey Rourke que había hecho un hueco ya entre todos los reconocimientos recibidos por su papel en ‘El Luchador’, y que se va de vacío. El Sr. Sean Penn, rival alejado de Rourke en las apuestas, pero no para despreciarlo, ha sido el galardonado con la estatuilla al mejor actor principal por ‘Mi nombre es Harvey Milk’. Ovación del público que asistía al Kodak Theatre de Los Angeles porque todos esperaban ya el discurso macarra de Mickey.
La otra sorpresa ha sido la elección de la cinta japonesa ‘Okuribito’ como mejor película de habla no inglesa, pegándole una patada en el trasero a las dos que más posibilidades tenían de contar con este Oscar, como eran la francesa ‘La clase’ o la israelí ‘El vals de Bahir’, que han estado en boca de todos los cinéfilos de todo el mundo.
Por lo demás, cada uno de los ‘legítimos aspirantes’ al resto de estatuillas han pasado por el escenario para apropiarse de lo que era suyo. La alegría para España ha sido confirmarse el Oscar de Penélope Cruz como mejor actriz de reparto por ‘Vicky Cristina Barcelona’, muy emocionada y confesando en la sala de prensa que se ha pegado una pechá de llorar en el backstage, 15 minutos al menos (parece andaluza de exagerá). Lo ha dedicado a nuestro país y a todos los actores españoles, recordando esa frase parecida que soltó Javier Bardem el pasado año cuando recogía su Oscar al mejor actor de reparto por ‘No es país para viejos’.
También ha pasado por tribuna oratoria Kate Winslet para recoger su galardón como mejor actriz principal por ‘The Reader (El lector)’, y la familia de Heath Ledger, sus padres y su hermana, para retirar el Oscar póstumo como mejor actor de reparto por ‘The Dark Knight’. Todos esperabamos que ese momento fuera apoteósico, con una caída total del auditorio homenajeando al malogrado Heath, pero tristemente ha sido una recogida más bien fría por parte de su familia, con un entusiasmo comedido de la gente de la industria y demás figurantes que hacían relleno en las butacas.
Para rematar los premios grandes, ‘WALL·E’ se ha llevado su Oscar a la mejor película de animación, sin competidores de talla, y ‘Mi nombre es Harvey Milk’ el de mejor guión original, galardón que junto al de Penn ha maquillado su también etiqueta de perdedora, dejando escapar 6 estatuillas más.
En cuanto a la gala en sí, ese show que nos habían anunciado, rompedor, se ha quedado en un arranque espectacular, cayendo en interés conforme pasaban los minutos, iban saliendo los galardones cantados y se metían anuncios a tutiplén. Prácticamente parecía que los premios se entregaban en los descansos de la publicidad.
En consecuencia, hemos visto a un Hugh Jackman inconmensurable en la primera parte de la ceremonia, desplegando esa faceta de cantarín y bailarín que muchos desconocían, para quedar luego en un simple acompañante de una gala que en su tramo intermedio me ha aburrido y que al final ha remontado mínimamente, más que nada porque llegaban los Oscars ‘gordos’.
La novedad de tirar de actores oscarizados para alabar, individualmente, a los/as nominados/as de la noche con palabras bonitas, recurriendo a casi absoluto secreto previo de la identidad de esos presentadores, ha sido un buen intento de darle cercanía y camaradería al asunto, pero para mi gusto ha quedado un pelín noño y largo. Los números musicales no han estado mal, pero tampoco han sido una maravilla artística, y el homenaje a los fallecidos con Queen Latifah cantando el ‘I’ll Be Seeing You’ me ha resultado un trámite más.
Eso sí, la ambientación del Kodak Theatre de Los Ángeles, donde se celebraba el cotarro, ha sido una delicia.
En fin, que lo único que me ha hecho saltar esta noche del asiento de mi habitación junto al ordenata (lo siento, me dijeron que no quedaban entradas para la gala … temo que me engañaron) es el anuncio del ganador del Oscar al mejor actor principal. Lo demás ha sido más de lo de siempre. Veremos el próximo año.
La lista completa de los premiados de esta última edición la tenéis en la web oficial de los Oscars.
Texto:david Cárdenas
Vía:Tublogdecine
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