El autor de 'Salvatore Giuliano' y 'El caso Mattei' ha fallecido en Roma
a los 92 años. Ganó un León de Oro, una Palma de Oro y diez David de
Donatello.
Francesco Rosi, director y guionista italiano de
larga trayectoria, falleció hoy en Roma a los 92 años a causa de una
dolencia pulmonar. Nacido en Nápoles, y activo en el mundo del teatro
desde la década de 1940, Rosi había iniciado su periplo en el cine
colaborando con los fundadores del neorrealismo, como Luchino Visconti (fue ayudante de dirección en La terra trema y Senso, y guionista en Bellísima) y Michelangelo Antonioni (I vinti). En 1958, Rosi consiguió el premio al mejor debut en el Festival de Venecia gracias a La sfida.
La trayectoria de Rosi, como la de casi todos los directores
italianos de su generación, estuvo marcada por las turbulencias
políticas del país: cintas como Las manos sobre la ciudad (León de Oro en Venecia, 1963), la tremenda Salvatore Giuliano (Oso de Plata al Mejor Director en Berlín, 1962) y El caso Mattei, que deparó al director su única Palma de Oro en Cannes (ex aequo con La clase obrera va al paraíso, de Elio Petri) retrataban
a una nación enfrentada a demonios pasados (las huellas del fascismo de
Mussolini), presentes (la corrupción institucional) y aparentemente
eternos, como el dominio del crimen organizado en sus regiones más
deprimidas. Y, al igual que otros miembros de su quinta, se asomó a
España para rodar una coproducción: el resultado, El momento de la verdad (1965) resultó ser una mirada agria sobre el mundo del toreo con guión del muy experimental Pere Portabella.
Ganador de 10 David de Donatello (los ‘Oscar’ del
cine italiano), incluyendo dos estatuillas honoríficas, Rosi emprendió
el camino del retiro en 1987, adaptando una novela de Gabriel García Márquez en Crónica de una muerte anunciada. Diez años después, dirigiría su último filme, La tregua.
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